miércoles, 2 de febrero de 2011

Hoy, 129 años del natalicio de James Joyce

James Joyce
James Augustine Aloysius Joyce (Dublín, 2 de febrero de 1882 – Zúrich, 13 de enero de 1941) fue un escritor irlandés, reconocido mundialmente como uno de los más importantes e influyentes del siglo XX.

Aclamado por su obra maestra, Ulises (1922), y por su controvertida novela posterior, Finnegans Wake (1939), también se valora la serie de historias breves titulada Dublineses (1914), así como su novela semiautobiográfica Retrato del artista adolescente (1916). Joyce es representante destacado de la corriente literaria denominada modernismo anglosajón, junto a autores como T. S. Eliot, Samuel Beckett, Ezra Pound o Wallace Stevens.

Aunque pasó la mayor parte de su vida adulta fuera de Irlanda, el universo literario de este autor se encuentra fuertemente enraizado en su nativa Dublín, la ciudad que provee a sus obras de los escenarios, ambientes, personajes y demás materia narrativa.


La Enciclopedia Británica destaca en el autor el sutil y veraz retrato de la naturaleza humana que logra imprimir en sus obras, junto con su maestría en el uso del lenguaje y su brillante desarrollo de nuevas formas literarias, motivo por el cual su figura ejerció una influencia decisiva en toda la novelística del siglo XX. Los personajes de Leopold Bloom y Molly Bloom, en particular, ostentan una riqueza y calidez humanas incomparables.

El escritor argentino Jorge Luis Borges afirmó sobre el autor: «Es indiscutible que Joyce es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo. Verbalmente, es quizá el primero. En el Ulises hay sentencias, hay párrafos, que no son inferiores a los más ilustres de Shakespeare o de Sir Thomas Browne.»


En enero de 1904, trató de publicar una obra en la que había estado trabajando, A Portrait of the Artist as a Young Man (Retrato del artista adolescente), una historia con elementos ensayísticos centrada en cuestiones de estética. La novela fue rechazada por la revista de librepensamiento Dana. Joyce entonces, con motivo de su vigésimo segundo cumpleaños, decidió revisar la obra y convertirla en una novela que tituló Stephen Hero (Stephen el héroe). Sin embargo, no publicaría nunca la novela con ese título. 1904 fue el mismo año en que conoció a Nora Barnacle, una joven de Galway que trabajaba como camarera de pisos en el hotel Finn’s, de Dublín. Se dice que tuvieron su primera cita el 16 de junio de 1904, y por tal motivo ésta, según sus biógrafos (v. gr. Ellmann: p. 179), fue la fecha elegida para ambientar su obra capital, Ulises.

Joyce- Dublin
En 1914, a punto de desatarse la Primera Guerra Mundial, consiguió por fin que un editor londinense al que conocía de tiempo atrás, Grant Richards, publicase Dublineses. La mayor parte de las críticas surgidas fueron buenas, aunque censuraban algunos cuentos por cínicos o sin sentido. Se vendieron pocos ejemplares, por lo que Joyce se quejó al editor, pero éste le contestó que desde que había empezado la guerra las ventas habían caído en picado. Entretanto, el escritor siguió trabajando en el Retrato, terminó Exiliados y empezó Ulises, novela que tenía en la cabeza ya desde 1907.


En diciembre de 1916 se publicaron la primera edición norteamericana de Dublineses y la primera mundial de Retrato del artista adolescente. Ambas se llevaron a cabo por los esfuerzos del editor neoyorquino B. W. Huebsch, complaciendo en ello a Joyce; éste, en octubre, había sufrido una especie de colapso nervioso o depresión, sin embargo había asegurado a Huebsch que 1916 era su año de la suerte. El Retrato, basado en la inconclusa Stephen el héroe, es en parte un monólogo interior de sentido profundamente irónico, en el que Joyce demuestra su maestría en el retrato psicológico. La publicación en Estados Unidos le dio a conocer a un público mucho más amplio.

A mediados de 1920, fue atraído a París por Ezra Pound, que le tentó con la posibilidad de que se tradujesen al francés el Retrato y Dublineses. Joyce iba para una semana, pero al final se quedó veinte años.

1921 fue un año de intenso trabajo para rematar Ulises. Durante el mismo, mantuvo una estrecha relación con el escritor norteamericano Robert McAlmon, quien le prestó dinero y le sirvió accidentalmente de mecanógrafo para el último capítulo de Ulises: “Penélope”. En ese año tuvo también mucho contacto con Valéry Larbaud y con Wyndham Lewis, y conoció a Ernest Hemingway, que llegó a París recomendado por Sherwood Anderson.

Joyce tuvo su único encuentro con Marcel Proust en mayo de 1922, ya publicado Ulises. Al salir de una cena en París, a la que también estaban invitados Picasso y Stravinsky, ambos escritores tomaron el mismo taxi de regreso, junto a otras personas. Según el biógrafo de Proust, George D. Painter, se habló “de trufas y duquesas”, y Joyce, que iba algo bebido, se quejaba de su vista, mientras Proust lo hacía del estómago. Alguien preguntó a Proust si conocía la obra de Joyce, y el francés aseguró no conocerla, a lo que repuso Joyce que tampoco conocía la de Proust. Joyce quiso fumar y abrió una ventanilla del taxi, que fue cerrada de inmediato, en atención a la mala salud de Proust. El vehículo dejó a cada cual en su casa, y eso fue todo. Joyce aludió a Proust y a su obra en Finnegans Wake
Lapublicación de Ulises (Ulysses, en inglés), considerada su obra maestra, representó su consagración literaria definitiva. La obra fue publicada por la estadounidense afincada en París Sylvia Beach, propietaria de la famosa librería Shakespeare & co. Se trata de una novela experimental, cada uno de cuyos episodios o aventuras pretendía no sólo condicionar, sino también generar su propia técnica literaria. Junto al flujo de conciencia o monólogo interior (técnica que había usado ya en su novela anterior) se encuentran capítulos escritos al modo periodístico, teatral, de ensayo científico, etc.


Ulises es una novela llena de simbología, en la que el autor experimenta además continuamente con el lenguaje. Sus ataques a las instituciones, principalmente la Iglesia católica y el Estado, son continuos, y muchos de sus pasajes fueron juzgados intolerablemente obscenos por sus contemporáneos. Inversión irónica de la Odisea de Homero, la novela explora con meticulosidad las veinticuatro horas del 16 de junio de 1904, en la vida de tres dublineses de la clase media baja: el judío Leopold Bloom, que vaga por las calles de Dublín para evitar volver a casa, en la que sabe que su mujer, Molly (segundo personaje), le está siendo infiel; y el joven poeta, Stephen Dedalus, que presenta un perfil ya más maduro que el del protagonista de su obra anterior, Retrato del artista adolescente. El Ulises es a grandes rasgos un retrato psicológico de nuestro tiempo, y desde su publicación, numerosos críticos han tratado de rastrear en él las conexiones con la literatura inmediatamente anterior (Zola, Mallarmé), y con la clásica (Homero, Shakespeare), en un intento de interpretar sus múltiples facetas.

Una breve estancia en Inglaterra, en 1922, le había sugerido el tema de esta nueva obra, que sería la última. No alcanzaría su forma definitiva hasta 1939, fecha de su publicación, con el título de Finnegans Wake. Unos años antes, en 1931, atendiendo a los ruegos de su hija y de su padre, Joyce contrajo matrimonio con su compañera, Nora Barnacle, con la que convivía desde hacía casi treinta años.

Finnegans Wake no fue bien acogida por la crítica, aunque grandes estudiosos, de la talla de Harold Bloom, la han defendido a capa y espada. En esta novela, la tradicional aspiración literaria al estilo propio es llevada al extremo y, con ello, casi hasta el absurdo, pues, partiendo del vanguardismo característico de Ulises, el lenguaje deriva experimentalmente, y sin ninguna restricción, desde el inglés llano hacia un idioma apenas inteligible, muchas veces sólo referente al propio texto y autor. Para su composición, Joyce amalgamó elementos de hasta sesenta lenguas diferentes, vocablos insólitos y formas sintácticas completamente nuevas. Puede dar una idea de su dificultad el hecho de que, pese a su importancia, hasta hoy (2008), la novela no se encuentra vertida en su totalidad al castellano.

El 11 de enero de 1941 se sometió a una operación de úlcera de duodeno perforada. Si bien mejoró en los primeros momentos, al día siguiente recayó y, a pesar de varias transfusiones, entró en coma. Se despertó a las dos de la madrugada del 13 de enero de 1941, y pidió a una enfermera que llamara a su esposa e hijo, antes de perder la conciencia de nuevo. Murió quince minutos más tarde, antes de que llegase su familia.

Joyce está enterrado en el cementerio Fluntern; desde su tumba se oyen los rugidos de los leones del zoo de Zúrich.

Foto en Paris, 1923, con quienes apoyaban la circulación en USA de Ulysses. De izquierda a derecha Ford Madox Ford, editor, James Joyce, Ezra Pound, poeta y escritor, y John Quinn abogado que defendía a la “Little Review” de las causas por la censura.

























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