La cercanía con el actual Gobierno dejó sin libreto a los grupos de Derechos Humanos. Los temas de los que por años se abanderaron se han agotado políticamente. Estos son: los casos de represión a partir el gobierno de León Febres Cordero (1984-1988) y la crisis en la frontera norte por cuenta del conflicto armado colombiano.
Mientras en el país se configura una nueva agenda en este campo, las organizaciones más representativas lucen extraviadas. Lo reconocen abiertamente la Oficina Regional de Asesoría en DD.HH. (Inredh), la Comisión Ecuménica (Cedhu), la Asamblea Permanente (APDH) y la Asociación Latinoamericana (Aldhu) y la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos - ALDHU
(Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos - ALDHU)
http://www.comminit.com/es/node/65279
Entre los temas del momento están los procesos judiciales iniciados por el Gobierno tras la revuelta policial del 30 de septiembre. Ahí, los familiares de los acusados denuncian ser víctimas de una persecución política.
También está la preocupación de grupos de oposición y organismos internacionales por el debilitamiento de la Libertad de Expresión. El presidente Rafael Correa ha iniciado demandas civiles contra periodistas. A esto se suman las demandas por terrorismo como una forma de judicializar la protesta social.
Ciudadanos y políticos no saben por qué las agrupaciones de DD.HH. han guardado silencio.
Un ejemplo: la muerte del sargento de policía Froilán Jiménez. Este hecho todavía no ha sido aclarado por la Justicia. Carlota Jiménez es la hermana del oficial del GOE, quien cayó el 30-S, cuando protegía el vehículo del Presidente en los exteriores del Hospital de la Policía, señaló que nadie se ha preocupado por tratar de transparentar los hechos.
Tampoco ha obtenido el respaldo de ninguna organización humanitaria. “El primero en ser llamado a transparentar lo sucedido es el Presidente, porque mi hermano fue escudo humano. Pero a nadie le interesa; nosotros tenemos la vida destrozada”.
Con esto coincidió Diego Cordovez, director de Marcha Blanca. Para él, es incomprensible que estos grupos no estén presentes para ayudar, por ejemplo, a las víctimas de delitos. “¿Por qué no se involucran en esta lucha?”.
Sobre los múltiples cuestionamientos de Correa a los periodistas, el silencio ha sido la tónica. Según Margarita Carranco, de la Fundación Nuestros Jóvenes, el Gobierno ha realizado una campaña tan fuerte para descalificar a la prensa y a cualquier persona que lo cuestiona, que ya no hay fuerzas para seguir insistiendo.
¿Qué responden los grupos de DD.HH.? Según Inredh, a partir del 2007 este sector volcó sus ojos a la Asamblea Constituyente, que prometía un cambio en la concepción de los derechos de las personas. Así lo advierte Luis Saavedra, director de Inredh.
Por eso fue el respaldo abierto y público al Presidente. Pero el primer “desencanto” llegó en el 2008, cuando las comunidades de Dayuma (Sucumbíos) fueron reprimidas violentamente por la Policía para reactivar el bombeo de petróleo, que había sido suspendido en un paro provincial.
Saavedra dijo que “esto causó el primer quiebre en la relación con el Gobierno”. Esta grieta se hizo más grande cuando en la Constituyente “se dio primacía a los derechos económicos y sociales”.
En la APDH, su entonces director, Alexis Ponce, fue un actor importante en la Constituyente. En una entrevista a este Diario, en el 2008, Ponce habló del “garantista” gobierno de Correa, por lo que su trabajo como vigilante del respeto los DD.HH. había cambiado hacia el apoyo al Régimen.
Esta cercanía generó una crisis interna en la APDH; Ponce perdió liderazgo y la agrupación dio un nuevo giro. Su actual director, Mauricio Gallardo, asegura que quieren recuperar el rumbo siendo más críticos con el Gobierno.
En ese esfuerzo no están aún temas espinosos como el 30-S. Gallardo admite que estos casos están fuera de su ámbito, sin descartar retomarlos en el futuro.
La Cedhu aún se muestra cercana al Régimen. Su directora, Elsie Monge, fue nombrada presidenta de la Comisión de la Verdad, para investigar las violaciones desde la época de Febres Cordero. Este encargo, según César Duque, asesor jurídico, no ha significado bajar la guardia y dice que más bien han sido muy críticos con el Estado.
Su carta de presentación ha sido cuestionar la detención del dirigente shuar, Pepe Acacho, acusado de sabotaje y terrorismo, por las protestas indígenas en septiembre del 2009.
Para la Cedhu, la libertad de expresión no es un tema prioritario y puede ser asumido por los gremios. Ante los juicios por el 30-S, Duque advierte que nada pueden hacer mientras no haya un pedido expreso de las víctimas.
Más datos
El mayor impedimento que tienen los organismos de Derechos Humanos para profundizar y ampliar su cobertura es la falta de recursos. Tantos económicos como de personal
La mayoría de organizaciones prefiere centrar su ayuda en las zonas rurales y no en Quito, porque, según las agrupaciones, son áreas más desprotegidas. Estos organismos funcionan en redes de trabajo, con el fin de llegar a las organizaciones de como de base
Así, por ejemplo, Inredh trabaja con campesinos, indígenas, pescadores... en su mayoría de las provincias del Oriente y de la Costa. Mientras que la APDH se ha centrado en la frontera norte, con la militarización del conflicto. Creó una red de campesinos para alertar sobre conflictos, pero también para trabajar para formar una cultura de paz
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