viernes, 2 de septiembre de 2011

Camila Vallejo. Abriendo las Grandes Alamedas - Eduardo

Camila Vallejo
La reacción chilena anda inquieta por estos días. Una fuerza poderosamente telúrica, que hasta ahora no han podido contrarrestar, recorre las calles de las mayores ciudades de Chile, fundamentalmente de Santiago y Valparaíso. La singular explosión energética que aterroriza a los herederos de Pinochet, vive la etapa más pletórica de su prometedora vida. Es una joven mujer de belleza singular, que por si fuera poco proclama orgullosa su membresía en la Unión de Juventudes Comunistas de Chile.
Con su cara de ángel y solo 23 años, se está convirtiendo día a día, en una líder de inmenso arraigo entre las masas estudiantiles, y el pueblo todo de la patria de Bernardo O’Higgins. Responde al nombre de Camila Vallejo y es Presidenta dela Federaciónde Estudiantes dela Universidadde Chile (FECh). La joven graduada de Geografía rompe con algunos de los esquemas ideológicos que las élites de poder latinoamericanas, y sobre todo sus poderosos medios de desinformación tratan de imponer, a fuerza de propalar paradigmas importados fundamentalmente del imperio norteamericano.

El primero de ellos es que los líderes revolucionarios de estos días, siempre serán generalmente personas con un considerable número de años sobre sus costillas, que rumian dolorosamente la derrota ideológica que constituyó la caída del campo socialista europeo, y se aferran a sus arcaicas ideas. Que en un país como Chile, donde el imperialismo implantó una dictadura de las más sangrientas de Latinoamérica, y al cual durante muchos años le convirtieran en la punta de lanza de la implantación del modelo neoliberal en nuestras tierras, surja una líder comunista de solo 23 años, hábil oradora, con una imagen de alto poder mediático, de impacto nacional, y evidente proyección fuera de las fronteras chilenas, los debe tener más que desconcertados.
Otra muralla que Camila Vallejo está derribando, es la concepción sexista y machista, de que una joven, y sobre todo muy bella mujer, solo podría relacionarse intelectualmente con el mundo de frivolidades y vanidades, que cientos de revistas rosas y televisoras a nivel mundial, transmiten como propuesta de lo que debería constituir el acervo cultural de una muchacha de su edad. Estoy casi seguro que la joven dirigente chilena no pierde un minuto de su vida en preocuparse si las locas hermanas Hilton chocaron un Ferrari después de su última juerga, o si Shakira es la causante de la lesión de Piqué, y mucho menos si Jennifer López estrenó hace unos días un modelo de Dior. Las encopetadas damas de la burguesía chilena, aquellas que al decir del inmortal Víctor Jara, viven todavía en las “casitas del Barrio Alto”, preferirían que la singular Camila se dedicara a modelar para una revista de modas u optara por un título de belleza.
Una de ellas, la cual pertenece ideológicamente al grupo que menciono, aunque pudiera no vivir en el Barrio Alto, Tatiana Acuña Seles, funcionaria del Ministerio de Cultura, y secretaria ejecutiva del Fondo del Libro refiriéndose a Camila expresó una infeliz frase “se mata a la perra y se acaba la leva”. Matar, siempre matar, es la palabra de orden para los pinochetistas, que se aferran a sus privilegios de clase. Como si a Chile no les dolieran todavía los miles de muertos, desaparecidos y torturados. Como si las vidas implacablemente segadas de Allende y Jara, el exilio forzoso de Gladis Marín, Luis Corvalán, Miguel Littin y tantos otros, la macabra DINA, el Plan Cóndor, el bombardeo del Palacio dela Moneda, el asesinato de Letelier, y el 11 de septiembre nuestro, el que nos duele a todos los revolucionarios latinoamericanos, fuesen solo meros recuerdos que es necesario extirpar de la memoria histórica del hermano pueblo chileno.
Otro grupo de neofascistas, desde su cuenta en Twitter ponía a disposición de quien así lo desease, la dirección residencial de la dirigente juvenil y su número telefónico, e incitaba groseramente a ejercitar la coacción y la violencia contra la valiente muchacha. Pero todo parece indicar que Camila es tan brava como lo fueron en su tiempo Manuelita Saenz y Juana Azurduy de Padilla. Nada la intimida, nada la hace ceder en sus principios.
Para aquellos que un día hablaron del fin de las ideologías y hasta de la historia; el arraigo popular dela Presidentadela FECh, y su posición en defensa de los intereses no solo de los estudiantes, sino del pueblo chileno en su totalidad, desmiente cualquier profecía elucubrada por los tanques pensantes de la reacción mundial. Proyecta además hacia los difíciles tiempos que se avecinan para las “dolorosas Repúblicas dela América Nuestra” al decir de Martí, un mensaje esperanzador, de que los nuevos aires que se respiran en Latinoamérica, están cruzando los Andes, como hace doscientos años lo hicieran las tropas del prócer José de San Martín.
Aunque ha manifestado que por ahora no desea dedicarse a una carrera política, los acontecimientos de los últimos días, y el enfrentamiento con el ejecutivo del neoliberal Sebastián Piñera, por el derecho de todo niño y joven chileno a recibir educación gratuita de calidad, subvencionada por el Estado, la están situando en el mismo ojo del huracán. A través de diversas entrevistas que ha concedido a la prensa, el lector habituado a la lectura de temas políticos puede ya vislumbrar los primeros esbozos de lo que quizás en un futuro constituya un programa político de cambio estructural y sistémico, que la joven revolucionaria, estoy seguro que podría liderar.

La vida de Camila Vallejo no será fácil de ahora en adelante. La burguesía y las cúpulas políticas de la derecha chilena cargarán contra ella, con toda la furia y la sed de venganza que les caracterizan. Haciendo uso de los poderosos medios de creación de matrices de opinión que poseen, la denigrarán, la calumniarán, y por si esto fuera poco, continuarán incitando a ejecutar en su contra acciones violentas, aunque ello conlleve a su desaparición física. La derecha es previsible y no cambia sus métodos y estilos desde la época dela Revolución Francesa.Pero yo soy optimista; y aunque el Golpe de Estado de Honduras me enseñó como a muchos otros revolucionarios, que la contrarrevolución apuesta por sus tradicionales métodos fascistas, confío en que el pueblo chileno, a quien el imperialismo ya le arrebató al Presidente Allende, la acompañará, y la protegerá, en este recio batallar que ahora comienza. Creo, que está cada vez más cercano el día, en que se abran al fin las Grandes Alamedas, por las que entrarán los hombres y mujeres libres de Chile, para construir una sociedad mejor.
Fuente: La jóven Cuba


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