Hoyme propongo fundar un partido de sueños, talleres donde reparar alas de colibríes. Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor, tullidos, enanos, vampiros y días sin sol. (Silvio Rodríguez)
Octavio Fraga Guerra
Para Kaos en la Red
Las palabras se deshacen ante el reiterado intento de armar los sueños para todos.
La verdad no está escrita en ninguna parte, se teje con los hilos del tiempo sin previo aviso. Ausentes de carreteras por donde transitar para esculpir el lecho de la vida.
Mientras esta aventura toma su cauce, he preferido andar por donde están los que aman el silencio de la noche y los que fundan para todos y no para el otro. La vida es un poquito de nada, un tropel de años, de historias y memorias repetidas. Al final nos vamos vacios de todo. En esa cabalgata, nos quedamos desnudos hacia algún lugar que en verdad no importa.
Ahora estamos aquí, todos, reunidos en un espacio pequeño, en una casa de mares, de torrentes y aguaceros. Estamos anclados ante una tierra tullida que nos pide a gritos compartir los abrazos. Pernoctamos en este minúsculo lugar, los que fundan y los que matan. Los que desamarran su ingenio para todos y los que guardan la mejor póliza para la ocasión de los aplausos, para firmar el “pacto por la posteridad”.
La tierra gime de dolor, sus faldas se van deshilachando por esa premura que tienen los de siempre. Van hurgando en sus vestiduras para venderla al mejor postor. Le van tomando cada centímetro de espesor sin importarle que la dejaran hueca.
Ahora "toco" un verso tardío para los desahuciados de la vida, para los excluidos de esta página estrecha –la tierra-, que nos exige una respuesta mayor. Recolectar panes y peces no basta. Hacer acto de caridad para contentar las palabras dadas, es engañar la inteligencia de esta tierra que nos ha querido abrazar a todos.
La libertad y la igualdad, se fundan y se forja, “Con todos y para el bien de todos”.
No habrá paz de domingos mientras la voluntad de vivir con dignidad de los muchos, esté doblegada por el cinismo de los que sostienen la gran muralla para contener las palabras.
En esta tierra caben todos los abrazos, en este mar se ha de dejar todo nuestro ingenio. Para que toque cada puerto, para que encienda los aguaceros. No los devolverá con esa misma fuerza que nos vislumbra, pues ella ha sabido estar en todas partes.
Mientras redacto estas líneas de soliloquio, escribo versos vestidos de verdad, de ternura. Son estrofas tomadas de la voz de los que deambulan inversos por esta vida. Cada parte ha de ser intensa, real, comprometida. No habitaran los gerundios en sus portales, ni los adjetivos frívolos y mezquinos. Las palabras han de ser llanas, pues la urgencia de la dignidad por la vida, -de muchos- exige luz y silencio. Silvio escribió su canto para todos con Alas de colibrí.
Tema: Ala de colibrí
Autor: Silvio Rodríguez
Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.
Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.
Por una calle descascarada
por una mano bien apretada.
Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural
que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.
Por el levante, por el poniente,
por el deseo, por la simiente.
Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.
Ala de colibrí,
liviana y pura.
Ala de colibrí
para la cura.
Ho
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