martes, 6 de septiembre de 2011

Uruguay: ANA NOILISIE: “LA CACICA VIEJA”

Mujer indígena fumando en pipa
Por: Martín Delgado Cultelli
Los charrúas en tiempos de guerra elegían a un Cacique o “Suaj” (en lengua charrúa) que los comandaría durante durara el conflicto. Esto significa que la institución del cacicazgo es belicista. Uno entendería perfectamente el echo de que sean hombres los Suajs ya que debía ser una persona fuerte, que supiera pelear, de estrategias militares y que supiera guiar a su pueblo durante el conflicto. Lo españoles mayormente tuvieron contacto con este pueblo a través de la violencia. Los charrúas siempre se mostraron rebeldes a la dominación española y por eso permanecieron en guerra durante más de 300 años. Como el contacto era a través de los conflictos no es de sorprender que sepamos muchísimo más del hombre charrúa que de la mujer. La mayoría de los nombres son de hombres y los Caciques más conocidos. Debido a esto se tiende a pensar que era una sociedad machista y que la mujer no tenía participación alguna. Sin embargo esto no es así. La falta de contacto entre visitantes europeos y mujeres originarias se debe al temor de las violaciones y del rapto. Como bien queda plasmado en las primeras crónicas, hombres y mujeres iban a recibir juntos a los extraños visitantes. Las mujeres charrúas antiguamente solían tener los pechos al aire y al ver VII cuando se tenía contacto solo participaban los hombres
Mujer Timbú (perteneciente a la Nación Charrúa) con los pechos al aire.
 Ilustración del siglo XVI.




En los pocos casos que algún europeo o criollo allá presenciado un Consejo de Ancianos (órgano rector máximo de una comunidad) queda la constancia que en él participan tanto hombres como mujeres y sus palabras son igualmente respetadas.

Sin embargo hay un caso olvidado por la historia de una charrúa. Muchas veces se suele poner a Guyunusa como símbolo de la mujer charrúa pero esto puede ser porque su historia es más conocida. Hay registro de una mujer que era Cacique entre los charrúas. Por ser mujer y por no haber participado en alguna Gran Batalla se la olvido de los libros de historia y de antropología. Se debe señalar que tampoco hay muchos datos sobre ella. Este es un tributo a Ana Nolisie la “Cacica Vieja”.
En setiembre de 1787, en la reducción de la Purísima Concepción, llegaban para tener buen trato los Suajs (debe señalarse que en los registros de la reducción se señala que eran charrúas y no guaraníes) Francisco Mauco y Ana Noilisie. Se encargaban junto con otros niños, niñas y viudas charrúas, del cuidado de las haciendas, de labrar tierras, reparar las obras del pueblo y de cortar madera en los montes, para su utilización en trabajos de carpintería. Probablemente este grupo de charrúas fue victima de alguna gran matanza en el sur y por lo cual tuvieron que emigrar hacia el norte. Se quedaron sin hombres ya que la mayoría eran mujeres y muchachos jóvenes (el mismo Francisco Mauco era casi un niño). Frente a estas dificultades fue una mujer la que asumió el mando y llevo a su gente a un lugar seguro. Los curas siempre trataban de evangelizar a los charrúas y para lograr esto les ofrecían cosas. Nolisie sabía perfectamente que los curas le brindarían protección de las persecuciones si se bautizaban. Pero como todo charrúa que se acercaba a una reducción no permanecieron mucho tiempo. Cuando la comunidad estuvo fuerte y tras haber vivido con los curas un par de años ellos volvieron a los montes. Tras abandonar la Misión no se volvió a encontrar ningún otro registro de Nolisie.
A pesar de que la mayoría de las crónicas hablan de los “hombres de armas” es debido a las mujeres que practicas culturales como la Presentación del Niño a la Luna han sobrevivido. También debido a las mujeres es que a permanecido el sentido identitario del pueblo charrúa.
FUENTE:
Barrios Pintos, Anibal. 1991. “Los Aborígenes del Uruguay”. Montevideo, ED Linardi y Risso.

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