martes, 19 de agosto de 2014

Uruguay: No nos moverán

por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad

Pareciera ser la consigna que mueve a cierta gente y la estimula a capa y espada por sus sillones y privilegios. Desde su punto de vista tal vez tengan razón. No aspiraban a otra cosa y la verborragia empleada en el pasado, era sólo la cortina de humo que ocultaba sus verdaderos propósitos. Pero como alguien dijo alguna vez, se puede engañar a poca gente durante mucho tiempo, pero no se puede engañar a mucha gente durante mucho tiempo. Y será seguramente esa misma gente, quien deberá decidir si la sentencia es válida.

En mis años de ciudadano comprometido con la suerte de mi país, es decir con uno de los deberes del ciudadano, he oído decir que "el poder corrompe". Y yo digo que es falso o por lo menos una verdad dicha a medias, que no es otra cosa que la forma más canallesca de ocultar la verdad. El poder corrompe al que ya estaba corrompido, a los que reunen todas las cualidades para ser atraidos por la corrupción. Y ésta, va mucho más allá de algún negociado o de algún tratado de inversión firmado a espaldas del Pueblo. La corrupción es mucho más amplia y se interna en las zonas donde habita la mentira, el engaño, en la falta de escrúpulos, en el mirar para otro lado y hacerse el desentendido,en la venta de espejitos de colores por brillantes y esmeraldas. En mostrar triunfos y conquistas, en donde sólo existe la entrega, la venta de la soberanía y la intromisión extranjera en nuestros asuntos. Y para el corrupto, el "potable", el flexible,estas son cosas normales. Y por supuesto que también, radicales, extremistas y violentos, todos aquellos que se atrevan a denunciarlos. Hoy como ayer, los administradores del poder no admiten cuestionamientos y la verdad oficial no puede ser puesta en tela de juicio. Y para ello cuentan con un sin fin de recursos, que van desde aquellos que se benefician o esperan alguna regalía, hasta los medios de información que más que informar, crean opinión y ya sustituyen a los partidos políticos sin audiencia. Y no resulta tarea fácil competir con estos mounstros: "Lo dijo la TV o lo leí en el diario". Pero sin embargo y a pesar de todos estos factores, poco a poco va creciendo una corriente de opinión, que no compra más estos mensajes optimistas basados en la venta de nuestros recursos naturales a precio de liquidación. Sin hablar del daño ambiental que pagaremos todos de uno u otro modo.

Dentro de los marcos del capitalismo dependiente y sin buscar otras salidas colectivas, el futuro uruguayo seguirá condenado a producir,lo que otros decidan comprar. Y no será precisamente jugando aquí y allá que lograremos salir del estancamiento que nos lleva a extender la mano, cuando no a posar de víctimas. No será amenazando con dejar un bloque para sumarse a otro, ni querellándonos con nuestros vecinos. Menos aún, seremos respetados en estas políticas de ambiguedades. Y todas estas cosas son percibidas, sobretodo por una Juventud sin porvenir, una Juventud que sueña con irse del país no bien se presente la oportunidad. Desde esferas oficiales se ha reconocido, que somos un pais de viejos. Para quien gobiernan entonces? Qué Uruguay se podrá construir con jubilados que ya hicieron lo suyo y están en edad de descansar? Y esta es una realidad que las encuestas no reflejan, de la quien nadie habla. En Chile también ganaron los "socialistas", pero gobiernan para la mitad del país. La otra mitad ya no cree ni en unos ni en otros. En ese sentido la urnas uruguayas, cuentan con la ventaja del voto obligatorio, pero así y todo los votos castigo amenazan con superar los de algún partido político, por lo que el sistema de engaños ya puede tener motivos de preocupación. Y muchos de aquellos que se sienten inamovibles, verán como comienza a temblarles el piso. A quien echarán las culpas?

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