IMÁGENES PARA REFLEXIONAR

Fijate bien. Es una mujer, aunque no lo parezca.
Está aterrorizada. Su vida es un infierno.

Antes tenía dignidad. Se cuidaba. Le gustaba verse atractiva, sentirse deseada, amada.
Ahora solo le queda el miedo. Su existencia carece de sentido.

El amor que tantas ilusiones despertó en su vida, ahora se ha convertido en una sombra oscura, en una tortura diaria, en una amenaza latente

.Fíjate bien, hombre. Porque tu eres su hombre ¿no?.
Eso que ves es tu obra, el reflejo de tu cobardía, el espejo de tus frustraciones.

Se supone que un día la amaste y ahora la utilizas para dar salida a tus más bajos instintos.
Eres un cobarde.

Aunque en realidad lo que sucede es que la temes, por eso la maltratas.
Has descubierto que es mejor que tu, más inteligente, más resistente, mas persona. Y no lo soportas.


Sabes que te supera, también en la cama. Y no lo soportas.
Eres un miserable.

Fíjate bien, porque estás destruyendo tu vida. Porque descargas tus miserias en ella, pero en realidad te estás anulando a ti.
Así que, además, eres estúpido.

Ella es una mujer, aunque tú no lo veas así, porque te has quedado ciego.
Podrás destruir su cuerpo, pero nunca su espíritu femenino.
Nunca vencerás lo femenino. Estás condenado a ser inferior a lo femenino. Y eso es lo que no soportas, es lo que da fuerza a tus manos para golpearla.
Te sientes inferior a ella y no lo soportas.

Fíjate bien, porque no puedes detener la evolución, y esta nos dice que llegó el tiempo de la mujer, de su liberación, de que sus cualidades afloren por el bien de la humanidad.

Tu, maltratador, representas el ocaso del macho, la impotencia de quien sabe que no puede detener lo inevitable.

Fíjate bien, porque su imagen transmite dolor y rabia, pero tú, sin imagen, nos transmites lástima.
Eres un miserable, derrotado y acabado.

Fíjate bien, maltratador de mierda, porque esta imagen es tu futuro, no el de ella.

Fuente Revista Fusion