Revista Insurrección 243
Los primeros 100 días de gobierno de JM Santos, unos los califican, como "más de lo mismo", mientras otros los valoran como una gestión reformista.
Ante la horrenda crisis económica mundial, los gobiernos de derecha descargan su peso sobre el pueblo, mientras inyectan grandes sumas de dinero a las Corporaciones capitalistas; por ello, Uribe sostuvo económicamente a los mayores agros exportadores y hasta ahora, el Presidente Santos, no muestra cambios en esta política.
Sigue llegando la inversión extranjera directa para minería y petróleo, lo que significa un nulo aporte a crear empleo; que es lo mismo que hizo el gobierno anterior. El cambio que introduce Santos, es monopolizar en el Palacio presidencial, las regalías que se reciben por estos recursos, centralizando la corrupción y dejando a las regiones productoras, sin estos ingresos.
La inseguridad urbana empeora, a causa de las bandas narco paramilitares, que hasta 2008 fueron aliadas del régimen en la guerra sucia, pero que desde entonces, además de seguir eliminado opositores, hostigan a toda la sociedad. Esta herencia de Uribe, es también un legado de Santos, desde cuando ejercía como su Ministro de Defensa.
La reforma principal de este presidente está en las relaciones internacionales, ahora más integradas con Latinoamérica; aunque como fiel servidor de Estados Unidos, le está cumpliendo al pie de la letra, con la entrega de nuevas Bases militares en territorio colombiano.
Como sigue la entrega de Colombia al capital transnacional, al igual que el terror de Estado y la penuria de la mayoría de la población, se demuestra que Santos continúa aplicando las estrategias de Uribe.
Otro cambio, es el destape de antros de corrupción, heredados de la era Uribe. La transparencia en el gobierno es sana, pero habrá que ver si la denuncia a la corruptela del gobierno anterior, Santos la aplica también a su gestión; porque de no ocurrir así, estaríamos asistiendo a una fenomenal lavada de imagen del régimen, con la cual echarían las culpas al presidente saliente y exculparían al actual, quien como todos saben, ha sido un firme soporte de Uribe, desde hace más de 15 años.
La corrupción ya no la podían seguir escondiendo. Varias instituciones estatales dedicadas a la contrainsurgencia y por tanto relacionados con Santos, en su época de Ministro de Uribe, hoy son exhibidas ante la opinión, como entes infiltrados por el narco paramilitarismo, puestos al servicio de mafias y en contra de los colombianos; como son los casos de la Dirección de Estupefacientes, Fondelibertad, el DAS y el INPEC.
Otras instituciones las convirtieron en legalizadoras y financiadoras de los aprovechados, con el despojo de tierras hecho por escuadrones narco paramilitares a campesinos, comunidades aborígenes y afroamericanas, entre ellos están el Incoder, el Banco Agrario e Ingeominas. Santos como jefe de las fuerzas militares, está al tanto de las alianzas con estos escuadrones.
Está por verse, si a los cambios hechos por Santos, se les podría llamar reforma o poda, porque lo que muestran sus primeros 100 días de gobierno, son una poda de ramas podridas, para fortalecer el régimen de extrema derecha neoliberal, que heredó de Uribe.
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