El mensaje fue leido por Francesca Vaselli (Presidenta) y Carmen Vernier
De izquierda a derecha, Carmen Vernier y Francesca Vaselli durante la lectura del mensaje de saludo |
Muchas gracias a todas y a todos por asistir junto a nosotros a esta nueva celebración del Día de la y del Liberado en la cual se conmemoran, además, 26 años de la liberación de los últimos compañeros de las cárceles de la Dictadura.
Los liberados, eran, éramos, apenas una parte de los miles de hombres y mujeres, integrantes del movimiento popular, víctimas del Terrorismo de Estado que no vacilaron en enfrentar y resistir el autoritarismo estatal durante el largo período de las décadas de los 60 a los 80.
Para nosotros, desde nuestra fundación institucional, el 14 de marzo, es el día de la y del liberado, es decir el día de las personas que durante el terrorismo de Estado, sufrieron prisión por razones políticas, gremiales o ideológicas. Celebramos el día de las y de los ex presos políticos de este país. De los que estuvieron presos unas horas, unos días, unos meses, unos años o de quienes estuvieron detenidos por más de una década. De todas y de todos.
Día del Liberad": un día de reafirmación militante.
No es un día de nostalgia, porque no vivimos de cara al pasado sino de cara al presente y al futuro de nuestro país. Para nosotros fue, es y será un día de reafirmación de nuestro pasado militante, de nuestra historia, de nuestras convicciones, de nuestros sueños, de nuestros valores, de nuestra identidad política, ética y humana, de la fraternidad, de la solidaridad que era común a todas y a todos y que nos hermanó y nos posibilitó sobrevivir y salir adelante.
Como colectivo, organizados en Crysol, celebramos el día del liberado todos los años porque consideramos un Honor haber sido luchadores sociales y políticos, haber participado activamente en las luchas sociales que conmovieron a nuestro país en las décadas de los 60, de los 70 y a comienzos de los 80 junto a los trabajadores y todos los sectores populares.
Fuimos miles y miles, integrábamos diferentes y distintas organizaciones políticas, con diferentes ideologías, filosofías, estrategias, tácticas, metodologías de lucha y posicionamientos ante la vida y el mundo. Fuimos miles que participábamos en diferentes movimientos sociales, gremiales, culturales y artísticos. Proveníamos de diferentes ámbitos de la sociedad. La mayoría proveníamos de los más vastos sectores populares. Éramos mujeres y hombres, viejos y jóvenes, algunos muy jovencitos. Pero todos luchando por una sociedad mejor y más justa.
Para todas y todos, en mayor o menor medida, la cárcel fue una experiencia traumática y dolorosa, que marcó nuestra existencia y nuestra vida. Pero también fue y lo reivindicamos, una experiencia diaria de lucha con la vida, con nuestras convicciones, con nuestros principios y valores, con nuestros sueños y un lugar de lucha apasionada, de combate, de resistencia frente a los intentos de destruirnos política, física, psíquica, ética y moralmente por parte de quienes se habían adueñado de los destinos del país a sangre y fuego.
Como colectivo organizado es un día de reafirmación de nuestros valores comunes, de nuestras aspiraciones, de nuestros deseos y de los derechos que las normas internacionales de derechos humanos nos otorgan a todas y a todos ya sea que hayamos estado recluidos en Cabildo, en Carlos Nery, en Cárcel Central, en Punta Carretas, en Punta de Rieles, en Paso de los Toros, en el Fusna, en Prefectura Naval, en Boiso Lanza, en el Penal de Libertad, en los diferentes cuarteles que oficiaron de centros de reclusión en el país o en los centros clandestinos dentro y fuera de las fronteras nacionales.
La liberación fue fruto de la resistencia y de la lucha inclaudicabe del pueblo.
No es por casualidad que la liberación de los presos políticos coincidió con el retorno a la democracia y la recuperación de los derechos cívicos de toda la sociedad.
La lucha incesante del pueblo fue logrando los espacios que permitieron que sus hijos recuperaran la libertad, fueran restituidos a sus trabajos, retornaran del exilio y que, poco a poco, se fuera reconstruyendo la verdad sobre nuestros hermanos desaparecidos.
Ni el más creativo guionista de ciencia ficción habría imaginado, en aquellos años oscuros y dolorosos de la patria, que un día habría un gobierno en el cual, sean hombres y mujeres sobrevivientes de las cárceles del régimen opresor quienes ocupen las principales responsabilidades a nivel gubernamental como ocurre en la actualidad.
Tampoco habríamos imaginado que a 26 años del retorno a la democracia existiera la aberración inconstitucional de la Ley 15 848 o Ley de Caducidad, declarada inconstitucional por el Poder Ejecutivo del anterior gobierno, por el Parlamento, por la Suprema Corte de Justicia, cuya anulación demanda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desde la sentencia 29/92 y por la cual Uruguay será condenado en las próximas semanas por la Corte Interamericana de DDHH de la OEA.
Al amparo de la Ley de Caducidad, la sociedad uruguaya sigue enferma de impunidad, y con la amenaza potencial de que las futuras generaciones puedan sufrir las consecuencias de nuestras omisiones y claudicaciones de hoy.
Las FFAA siguen ocultando información vital para conocer el destino de los detenidos desaparecidos y sin repudiar institucionalmente su pasado terrorista como brazo armado de la oligarquía vinculada a la patria financiera que se enriqueció con la dictadura cívico militar, arruinó la economía nacional, empobreció al país, endeudó a la nación y redujo el poder adquisitivo de los trabajadores y de los sectores populares.
El Estado uruguayo sigue sin cumplir a cabalidad con sus obligaciones hacia las víctimas del terrorismo de Estado, sin pedir las disculpas que corresponden tal como lo establecen las normas internacionales de DDHH como la Resolución 60/147 de las Naciones Unidas y sin rendir el debido homenaje institucional que corresponde a todas ellas, con Verdad y Justicia para que nunca más haya terrorismo de Estado.
Tampoco se han abierto los archivos al público ni se han otorgado las Historias clínicas a los ex presos políticos. Hoy, numerosos compañeros han iniciado el camino de hacer juicios por tortura, comenzando por los compañeros que fueron torturados en Boiso Lanza, única manera de sacar a luz lo que realmente pasó en las cárceles de nuestro país.
En momentos en que se avizora en el horizonte que la Ley de Impunidad tiene sus días contados, en que el Poder Judicial comienza a cumplir con sus obligaciones constitucionales, a investigar, juzgar y condenar, los terroristas de siempre, desde el spa de Domingo Arena, con el soporte de los centros militares que los nuclean, con el concurso de los medios de comunicación que siempre estuvieron a su servicio, desatan una enorme campaña de amenazas, de presiones, de chantajes contra los fiscales y los jueces que no se someten a sus designios.
Ayer fue contra la fiscal Mirtha Guianze, en estos días, el furor de la impunidad se ensaña con la Dra. Mariana Mota alegando que no se brindan las garantías del debido proceso, presentándose como víctimas inocentes, cuando el mismo Gilberto Vázquez ha reconocido públicamente y justificado incluso, lo que toda la población conoce y repudia y está ampliamente documentado por las investigaciones académicas y periodísticas.
Compañeras y compañeros:
La movilización desplegada por nuestro colectivo en todos estos años, ha permitido la aprobación de leyes importantes para las víctimas del Terrorismo de Estado, para mitigar en parte los sufrimientos, los daños, las secuelas y perjuicios de la tortura, de las condiciones de reclusión y de la exclusión social, laboral y previsional que sufrimos, incluso desde el retorno a la democracia.
La ley jubilatoria 18 033, aprobada en el año 2006, fue sin dudas un gran avance, aún con sus limitaciones, carencias e insuficiencias, para asegurar una vejez digna a miles de luchadores sociales y políticos.
La ley de reparación 18 596 consagra en la legislación uruguaya derechos que las normas internacionales otorgan a todas las víctimas del Terrorismo de Estado y cuya efectiva implementación hay que seguir impulsando, para superar la lentitud, la incomprensión, la falta de infraestructura adecuada y los obstáculos.
El derecho a la libre opción en salud consagrado en el Artículo 10 de la ley es una demanda de todo el colectivo, de la misma manera que los esfuerzos para concretar ya y sin dilaciones los beneficios estipulados por el Decreto 297/10 a través del Ministerio de Salud Pública y de ASSE.
Como colectivo de ex presas y de ex presos políticos, Crysol, lucha y continuará luchando por los Derechos Humanos, por la conformación de la Institución Nacional de DDHH, por la Anulación de la Ley de caducidad, impulsando los juicios a los crímenes de Lesa Humanidad, por la búsqueda de la verdad, por nuestros compañeros desaparecidos, por la construcción de la memoria, por transformar al Centro de Altos Estudios Nacionales (CALEN) en un espacio de Memoria y por lograr una auténtica Reparación Integral de acuerdo a la Resolución 60/147 de las Naciones Unidas y a la Convención Internacional contra la Tortura.
Uruguay no puede seguir avanzando hacia una democracia plena y no podremos vivir sanamente libres hasta que conozcamos la verdad y haya justicia!
Para construir una sociedad más justa y extirpar definitivamente la impunidad, el Estado uruguayo debe asumir plenamente su responsabilidad y cumplir con las demandas de los organismos de DDHH internacionales!
Compañeras y compañeros todos:
Viva la unidad de las y los ex presos políticos
Viva el Día de la y del Liberado
Por Verdad, Justicia, Memoria y Reparación Integral
Todos iguales ante la ley
NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO
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