Tan corrupta se encuentra la USAID que, en Afganistán, financia a la insurgencia Taliban - JEAN-GUY ALLARD

Talibanes

Tanto es el desorden, la confusión y la corrupción en la USAID, la llamada Agencia Norteamericana de Ayuda Internacional, que en Afaganistán logra financiar por negligencia a la insurgencia.
Lo denuncia un informe emitido esta semana por el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) que revela como gran parte de la “ayuda” de EE.UU. “se ha malgastado, malversado o indirectamente entregado a los militantes”, debido a la falta absoluta de supervisión por parte de los EE.UU. y la corrupción que se atribuye, por supuesto, “a las autoridades afganas”.

Enormes cantidades de fondos de EE.UU. fluyen a través de la administración afgana, “dejándolos vulnerables a fraude o desvío de los insurgentes”, reconoce el organismo.
“En primer lugar, las agencias de EE.UU. no registran los números de serie de efectivo desembolsado a los contratistas y los demás destinatarios”, señala el informe de la SIGAR.
En segundo lugar, “los bancos comerciales no registran los números de serie de los pagos electrónicos realizados por las agencias de EE.UU. a los contratistas cuando los pagos electrónicos se convierten en dinero en efectivo”.
Finalmente, “EE.UU. no prohíbe el uso de contratistas sin licencia para pagar los subcontratistas, ni requieren el uso de bancos capaces de manejar las transferencias electrónicas de fondos”.
Estas vulnerabilidadeslimitan la capacidad de los Estados Unidos para vigilar el uso de los fondos a medida que entran y circulan a través de la economía afgana, concluye el estudio.
Ya en el 2009, un informe del GlobalPost escandalizó el Congreso al exponer que el Talibán tiene un porcentaje de los miles de millones de dólares en ayuda de EE.UU. y otros miembros de la coalición internacional a cambio de protección en áreas remotas controladas por la insurgencia
El diario The Washington Post informó, hace unos meses, que es usual en Kabul ver grandes cantidades de efectivo cuando se cargan en el aeropuerto, a la vista de todos, incluso de los funcionarios de aduanas, en aviones con destino a Dubai, donde viven muchos afganos ricos.
“Debido a desacuerdos entre los EE.UU. y los gobiernantes de Afganistán, el gobierno afgano ha prohibido a los asesores del gobierno de EE.UU. de trabajar en el DAB [banco central de Afganistán]”, reporta el organismo.
Desde el 2002, Washington ha canalizado más de $ 70 millones para la “asistencia a la seguridad” y los “proyectos de desarrollo” en Afganistán.
En América Latina, en el caso de sus “contribuciones secretas” a la subversión y la desestabilización de la Revolución Cubana, la USAID tiene un largo historial de malversación que, incluso, llevo al Senador John Kerry a “congelar” en dos oportunidades los fondos asignados.
El caso más conocido es sin dudas el de Felipe Sixto, brazo derecho del agente CIA Frank Calzón, que se embolsó medio millón de dólares traficando radios supuestamente destinados a la “disidencia” cubana, generada y financiada desde Washington.
En Venezuela y otros países progresistas del continente, los fondos “humanitarios” de la USAID han desaparecido a menudo en los bolsillos de distintos grupos opositores bajo el cómodo pretexto de la lucha para la democracia y la libertad de expresión.
Es bien conocido en Washington el proceso por el cual la USAID atribuye sus generosos subsidios a “contratistas” y “subcontratistas” que, en muchos casos, fueron ya funcionarios del Departamento de Estado ya aprovechan les canales que conocen para conseguir lucrativos contratos