jueves, 15 de septiembre de 2011

El patriarcado no tolera la carcajada femenina, las caricaturistas sufrimos el bullying” - Mario Casasús

Cintia Bolio
Clarin de Chile En entrevista con Clarín.cl Cintia Bolio (1969), habla del papel de las caricaturistas: “Existe un gran problema en México: somos una sociedad conservadora, harto machista. La femenina carcajada no es bien vista, y si es a costillas del poder, resulta intolerable para el patriarcado. A la par del innegable avance de las mujeres, va la exacerbación del machismo, ejemplo de ello son los feminicidios; en un país que no lee, la caricatura es muy poderosa. Yo soy una creyente de la utópica equidad y como deseo ser parte de la solución para hacerle un mundo mejor a las que nos siguen, aporto mi granito de arena. Aunque a veces le ruego a Dios -varón, anglosajón y barbón, nuestro Señor- que mi trabajo no termine con el machismo de hombres y mujeres esta semana, pues si lo logra, ¿luego qué hago, qué dibujaría?”.
.MC.- ¿A quiénes admiras dentro de las caricaturistas latinoamericanas?
.CB.- ¡A todas las valientes de Latinoamérica -como dices- y del mundo!, añado, pues no deseo reconocer sólo el trabajo de mis colegas de acá. He notado que la caricatura política y el humor se perciben como propiedad masculina, y esto de irrumpir –según dicen- en gremios considerados de tal manera y permanecer a pesar de ir a contracorriente habla de vocación y tiene gran mérito.

.MC.- ¿Inauguraste la caricatura de género en México?, lo pregunto por tus cómics: “Puras Evas”, “Las noticias de Frida” y “A Mano Izquierda”…

.CB.- ¿La caricatura de género, un subgénero?, No, pero se puede decir que la he consolidado, por resistencia e insistencia. Este 2011 cumplo mis quince años como monera. Desde niña dibujo, y desde entonces me enamoré de la belleza gráfica de la caricatura y de su carácter irreverente, así que cuando empecé a publicar estaba bastante hecha en la onda crítica y caricaturística. Nunca vi este trabajo como de hombres. Ha habido y hay pocas caricaturistas políticas por cuestiones culturales que se retiran la mayoría sí, pero todas trataron nuestros temas. Existe un gran problema en México: somos una sociedad conservadora, harto machista. La femenina carcajada no es bien vista, y si es a costillas del poder, resulta intolerable para el patriarcado -perdón, ¡eso no existe!-.

La problemática de las mujeres –que siendo más del 50% de la población somos tratadas como minoría, y entre las minorías, la más discriminada y violentada del país- se deja al último, desde la casa hasta el poderoso poder, situación que se refleja en y se apuntala desde los medios. A la par del innegable avance de las mujeres, va la exacerbación del machismo, ejemplo de ello son los feminicidios -que se están multiplicando dada la impunidad imperante- por lo que hay que insistir en la tarea y para esto, en un país que no lee, la caricatura es muy poderosa. Yo soy una creyente de la utópica equidad y como deseo ser parte de la solución para hacerle un mundo mejor a las que nos siguen, aporto mi granito de arena. Aunque a veces le ruego a Dios -varón, anglosajón y barbón, nuestro Señor- que mi trabajo no termine con el machismo de hombres y mujeres esta semana, pues si lo logra, ¿luego qué hago, qué dibujaría?
.MC.- Publicaste tus primeras historietas al ganar un concurso en la revista “El Chamuco”, sin embargo, el pasado 22 de mayo renunciaste; ¿por qué te alejaste de Los Hijos del Averno?, ¿en qué términos quedaste con sus cofundadores: Ruis, Helguera, El Fisgón y Patricio?

.CB.- Yo no me alejé. Los colegas editores responsables me renunciaron antes de que yo formalizara el hecho. En 1996 empecé a publicar, en la primera época de la revista. Fue un gran honor ganar dicho lugar. Llevo en mi corazón lo que compartieron conmigo en el plano profesional y en el personal Rius y Helguera, agradezco su generosidad y congruencia. Llevo en el corazón a El Chamuco y le deseo lo mejor. Pero no es bueno permanecer en donde no se te quiere y se te discrimina. También mi familia fue insultada, un exceso. Fue un proceso largo que superé desde la primera época, todo mundo tiene problemas en el trabajo. Por lo mismo no tenía ganas de participar en la segunda época. Ya había ganado en 2007 un lugar para cartonistas en el periódico El Centro, tenía mi blog y los proyectos internacionales, sin embargo acepté por la invitación del maestro Rius.

Ponderé la publicación de mis historietas por encima del acoso que -otra vez- me aplicaron los editores responsables, cuando llegó al fin su censura después de avisarme en una carta que les inquietaba mi trabajo y que tenían que cuidar lo que publicaban, ya que consideraban que éste no respetaba a las y los lectores por mal dibujado, defendí mis temas y tratamiento del guión, sí atendí sus preferencias en la cuestión estética y volví a la plumilla y la tinta, pero ya no tuve espacio. Tampoco me permitieron hacer portada; hubo un doble rasero hacia mi persona entre elitista, machista y sectario. Hice un balance y decidí cerrar este ciclo de mi vida. Por dignidad, y porque nuestro trabajo se basa en la libertad de expresión y en la independencia de criterio. Agradezco haber empezado en El Chamuco, fue un enorme honor como caricaturista, pero no fue una dádiva y era una pelea equivocada pues el enemigo está afuera y está grandote. Gracias a mi querido “lectorado”, que me distinguió con sus lecturas pues mi trabajo le significó algo. Sigo con mi línea blanca y electrónicamente mujeril, sigo pensando que la derecha es una desgracia, que la izquierda partidista es una vergüenza, que hubo fraude en 2006 pero Andrés Manuel López Obrador no escucha voces que cuentan, y que nuestra tarea como moneros es decir todo eso. Mi pliego petitorio consta de sólo dos puntos: la devolución de mis dibujos -aunque he insistido, no he tenido noticias de mis originales desde principios del año pasado- y el pago total de mis colaboraciones –bastante atrasadas y a cuentagotas- pues apoyé la revista hasta que me fue imposible y desde octubre de 2010 ellos saben que esperando pagos –que mi trabajo ya les generó- he perdido herramientas de trabajo. Dibujan pobres, pero son como los empresarios que criticamos.
.MC.- ¿Qué espacios quedan en México para una caricaturista?, ¿con la libertad para dibujar en un blog pierdes la textura del papel?

.CB.- Pareciera que no tengo espacios pues no hago cartón editorial para ningún periódico, pero mi trabajo es valorado en distintos espacios: gracias al PUEG y la DGACU de la UNAM, al Centro Cultural de España en México, la CDHDF, el Conapred, las organizaciones Contra la violencia, el Arte y ¡Ni uno ni una más!, Greenpeace México, el sitio web CartónClub, y la revista CONTRAfirma. En estos espacios publico mis dibujos mensualmente y realizo proyectos especiales.

En la UNAM estoy participando en dos de sus programas y direcciones. En 2010 la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria (DGACU) me invitó a montar la exposición individual “Ser mujer tiene su chiste” que desde entonces está itinerando por las facultades de la UNAM e integra presentaciones. Y desde abril, hablando de creación, he sido invitada a dibujar cartón editorial mensual para el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG), para su portal de Internet. Me siento muy feliz y honrada, pues el de la universidad es uno de los reconocimientos más importantes que he recibido en México. Muy significativo también es el espacio que me ha abierto el Centro Cultural de España en México –tengo una historia muy bella con España, que ha sido la primera en hacerme los honores-, en este 2011 he sido invitada a participar en distintos proyectos especiales, que involucran arte y harta perspectiva de género. Empezamos con dos murales en la Terraza de su sede sobre los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, realizados en junio y que se exhiben hasta septiembre, y ahora estamos impartiendo un taller de historieta dedicado a mujeres en reclusión -queremos que nos compartan su visión por medio de- y la cosa va muy bien.
Como he sido despedida de prácticamente todos los medios en los que he publicado incluyendo los que se dicen progresistas, y son tan reducidos los espacios que se convierten en verdadera conquista. El surgimiento de Internet ha sido generoso para mí, pues al tener el blog se combinan las virtudes de la no censura y la de ser un espejo para constar la repercusión del trabajo al tener una relación más cercana con mis lectoras y lectores, y con alcance mundial. Igual me gusta acariciar el papel que subir y visitar mis monos en la red.
.MC.- ¿Quién te invitó a colaborar en la revista argentina Clítoris?, ¿cómo llegaron tus cartones al sur?

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http://mujeresporlademocracia.blogspot.com/2011/09/el-patriarcado-no-tolera-la-carcajada.html

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