jueves, 15 de septiembre de 2011

En Uruguay no hay okupas: Topadoras en Punta del Diablo


Punta del Diablo demoliendo
 En Uruguay, Punta del Diablo es un pintoresco pueblo de pescadores. Con calles curvadas por el viento, con una arquitectura rústica y playas casi despobladas, es un balneario con posibilidades de expansión en el futuro.
Ubicado casi en el kilómetro 300 de la ruta 9 que nace en Montevideo, Punta del Diablo pertenece al departamento de Rocha y se encuentra a 140 kilómetros de Punta del Este y a 60 kilómetros de la localidad de La Pedrera, rodeado al norte por el Parque Nacional Santa Teresa, al sur por reservas forestales de pinos y eucaliptos, al este por el océano Atlántico y al oeste por la fantástica Laguna Negra.
Al igual que en otros conocidos balnearios uruguayos, sus playas más visitadas son La Brava, con olas grandes y movedizas -y aguas profundas, aptas para salir rumbo a la pesca del tiburón-, y La Mansa, mucho más tranquila porque descansa sobre una pequeña bahía que la resguarda del viento.
Por algún motivo, con el transcurso de los años, alguna gente -artesanos, bohemios, artistas y también algunos profesionales llegados a esa localidad-, decidieron instalarse 'de facto' en la solitaria playa La Viuda, y construir unas 70 viviendas, algunas bastante precarias y otras muy pintorescas, ocupando espacios que son públicos. El municipio les advirtió, durante varios años, que estaban cometiendo una acción ilegal pero, inspirados en los casos de sus vecinos argentinos, los okupas decidieron hacer oidos sordos a la intimación de la autoridad competente.
Desde hace 10 años que las autoridades de Rocha quieren terminar con las construcciones ilegales en Punta del Diablo, Cabo Polonio, Barra de Valizas y otros puntos de la costa oceánica, promocionados como íconos del promocionado Uruguay Natural.
En cambio los okupas hablan de "derechos adquiridos" al haber transcurrido, algunos de ellos, 10 años ya en el lugar. Y de la tolerancia que debería exhibir el progresista Frente Amplio en el poder.
Algunos de ellos deslizaron que les venderían/alquilarían durante la temporada veraniega "a la élite", tal como se referían a los veraniantes llegados desde la Argentina o desde la capital uruguaya, Montevideo.
Pero Uruguay no es la Argentina, y desde la Intendencia salieron las topadoras acompañadas por una custodia de 50 efectivos de la Prefectura Nacional Naval y de la Jefatura de Policía de Rocha, al mando del subjefe, inspector Walter Britos, y el capitán de navío, Caryl Borderre, quienes iniciaron, el martes 13/09 la demolición de 25 ranchos, y continúan hoy miércoles 14/09, para concluir el jueves 15/09 la liberación del balneario.
Los pobladores solicitaron a la fuerza pública los documentos que avalaban sus acciones. Por supuesto que hubo actos de rebeldía, escenas de congoja, nerviosismo y acusaciones cruzadas mientras la retroexcavadora destruía casas.
Pese al cordón de seguridad, los operarios que trabajaban en la demolición y las autoridades municipales recibieron todo tipo de insultos. Los manifestantes reclamaban la presencia de "un juez" que dictara un amparo, al mejor estilo argentino, lo cual fue desestimado por la Intendencia.
El argumento municipal fue que la causa judicial aún estaba en trámite (apelación a un recurso de amparo rechazado por un juzgado), pero que ese trámite no tenía "efecto suspensivo" y que la Intendencia estaba actuando legítimamente como "policía de la construcción".
A las 7:30 cayó el primer rancho. Al operador de la retroexcavadora le tomó tan solo 3 minutos reducir la construcción a un montón de escombros.
Es más: entre las 70 viviendas que, en total, serán reducidas a escombros en La Viuda se encuentra la del artista plástico y docente Carlos Seveso. También la de un hombre que prefirió prenderla fuego antes de que la pala arrasara con la estructura. Y una pareja se subió al techo de su rancho para impedir la demolición.
Luis Perroni, psiquiatra infantil y de adolescentes, dijo al diario uruguayo
El País que "las autoridades de la Intendencia me violentaron la puerta, ingresaron a mi casa, me llevaron mis cosas y ni siquiera sé dónde están".
"Hace 28 años que construimos este rancho; la Intendencia nos ayudó con madera traída desde Santa Teresa", afirmó Mónica Aquines, quien ocupaba la vivienda.
"Punta del Diablo empezó a crecer, hoy es una mina de oro", dijo Pedro, conocido músico de los boliches locales, quien se resistió al desalojo junto a su pareja. Ella fue sacada de la casa esposada. pero recuperó la libertad durante la tarde.
En la zona del acceso a La Viuda solo quedará un rancho en pie, a 150 metros del Atlántico. Los vecinos indicaron que una enfermera y un pescador, residentes permanentes, continuarán por ahora viviendo allí.
Una vez despejado, el espacio que ocupaban esas viviendas será, simplemente, una zona pública de acceso a la playa.
En 10 días como máximo -según las estimaciones de las autoridades- los escombros serán retirados.Para hacer ese trabajo será necesario abrir calles provisorias en la arena que permitan a los camiones acercarse a los restos y ser cargados por una pala mecánica.
Fuente:Urgente24

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