‘Cacería’ de indígenas en Colombia´

El 31 de diciembre murió a balazos el último de los 118 líderes indígenas asesinados en Colombia en 2011

Jaime Alberto Chazatar Bastidas

La 'cacería' no cesa y tiene mucho que ver con la Ley de Restitución de Tierras. El Gobierno no ha implementado ninguna medida de protección de las determinadas por la justicia nacional y de las pedidas por la Organización Nacional Indígena.
El 31 de diciembre fue asesinado otro líder de los pueblos originarios de Colombia. En esta ocasión la víctima fue Jaime Alberto Chazatar Bastidas, líder de la comunidad de los Pastos perteneciente al Resguardo Indígena de Guachavés (Nariño) y alcalde electo de las Autoridades Indígenas de Colombia – AICO para el periodo 2012 -2015.

La Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC) ya había denunciado el día 22 de diciembre que a esa fecha, y durante 2011, 117 indígenas habían sido asesinados en el país. Luis Evelis Andrade, presidente de Onic, aseguró que muchos de ellos son líderes de restitución de tierras que adelantan esta labor en departamentos como Cauca, Antioquia y Tolima. “Todos estos compañeros participaron del proceso de consulta de la ley de víctimas, eso nos deja muy preocupados porque hasta la fecha llevamos alrededor de 117 asesinatos de lideres indígenas”.

Con Jaime Alberto Chazatar la cifra se eleva a 118. En 2010, fueron 122 los líderes indígenas asesinados. Chazatar Bastidas, según las organizaciones que han hecho la denuncia pública, murió violentamente el día 31 de Diciembre de 2011, aproximadamente a las 8:30 de la mañana, como resultado de la acción de dos sicarios que se movilizaron en una moto Suzuky roja hasta su lugar de residencia, donde le dispararon en repetidas ocasiones. A pesar de que la estación de Policía está ubicada muy cerca de la residencia del líder asesinado, los agentes no capturaron a los sicarios.
Por mandato de la comunidad indígena y campesina del municipio, se posesionaba el primero de Enero de 2012, como primera autoridad del municipio de Santa Cruz de Guachavés. Su asesinato deja huérfanos a tres menores de edad, a Damián de 17 años, a José de 10 años y a Valeria de 3 años; y viuda a la señora Nancy Pazos Arteaga.

El 18 de diciembre otros sicarios asesinaron a Sergio Parra Mendoza, presidente de la Asociación de Resguardos Indígenas del Tolima (ARIT), en la vía entre el Municipio de Coyaima con el Corregimiento de Castilla en el Departamento del Tolima.
La violencia no cesa en un país que presume de estar en una fase post conflicto. El observatorio de Derechos Humanos del propio Gobierno reconoce que entre enero y octubre de 2011 hubo, al menos, “unos 90.000 desplazados; 32 masacres; 79 homicidios de indígenas; 20 asesinatos de sindicalistas, 32 de líderes de organizaciones sociales y comunitarias, 36 de defensores de derechos humanos, entre los que hay nueve de reclamantes de tierras; 1.550 eventos por explosión de minas antipersonales; 114 voladuras de torres de energía, de instalaciones petroleras y de vías; 249 secuestros y 388 ‘actos terroristas’, entre otras manifestaciones de aguda violencia”, segun reportaba la revista Semana.
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