La paz con justicia social es posible, luchemos por ella. .Repensar el marxismo en tiempos de crisis generalizada"El cambio civilizatorio que requiere la humanidad no es solamente económico"
FARC-EP
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A LOS PRESOS POLÍTICOS Y PRISIONEROS DE GUERRA: "AQUÍ ESTAMOS PARA SIEMPRE"
Escrito por Manuela - Guerrillera de las FARC-EP-
Jueves, 12 de Enero de 2012 21:10
‘Aquí estamos, y estaremos siempre, En el fragor de la lucha o en la quietud de la muerte.’
Camaradas, hermanos y hermanas de lucha que hoy nos llenan de mayor moral con su ejemplo de dignidad desde las cárceles del régimen, ha muerto nuestro comandante Alfonso cano, quien desde hacía ya varios años, nos acompañaba en nuestro camino hacia la victoria. Hombre veraz y abnegado; a pesar que el enemigo lo acechaba, y lo calumniaba en los noticieros, nunca dio su brazo a torcer; al contrario, ofrendó su vida como muchos otros combatientes, por esta causa altruista que entraña el proyecto libertario de Bolívar.
Con la muerte de Alfonso, nos hemos llenado aún más de valor y rabia para avanzar, y derrotar aquel enemigo que tanto daño le hace a Colombia. Por eso camaradas, ni un paso atrás, una voz de aliento retumba entre nuestras montañas hacia ustedes, un abrazo acompañado por toda la resistencia de los árboles que arroja nuestra madre tierra y el recuerdo siempre presente de ustedes y su gran ejemplo de decoro .
Nosotros, los indignados, los marginados, y excluidos, cada vez más nos levantamos en un solo impulso, avanzando a paso de vencedores, como con las marchas estudiantiles contra la privatización de la educación, que se constituyeron en gran triunfo para nuestra patria.
Con las enseñanzas y orientaciones que nos ha dejado nuestro Comandante en Jefe, seguimos por este sendero hermoso, pero lleno de adversidades. Ya que hemos decidido estar en esta confrontación defendiendo los intereses de los desposeídos, nuestra determinación debe ser indoblegable. No nos acallarán, no se puede aplacar el canto libertario, porque nuestra causa es justa, porque nuestros sueños son invencibles, y porque el pueblo confía en sus verdaderos soldados insurgentes.
En nuestra colombia llena de miseria y exclusión, ya se sienten aún más los brotes insurreccionales. Nuestro pueblo se está cansando de estar siempre sumiso, y manipulado; por ello está dispuesto a sacrificarlo todo.
Para todos aquellos que sienten la indignación, y el dolor de ser torturados, encarcelados, y golpeados por este régimen de terror, los cobija la alternativa política de las FARC con el Movimiento bolivariano, impulsado por el comandante Alfonso Cano en el 2000; por ustedes que están privados de la libertad ‘física’, peleamos a capa y espada, para defender nuestros sueño, estamos dispuestos, incluso a dar nuestra vida, si es necesario, porque sabemos que al final, la victoria será de nuestro pueblo.
¡Mi voz, la que está gritando, mi sueño, el que sigue entero, y sepan que solo muero, si ustedes van aflojando, porque el que murió peleando, vive en cada compañero!
¡Alfonso Cano Vive!
¡Viva la memoria de Alfonso cano!
Por: Manuela
Guerrillera de las FARC-EP
Montañas de colombia - Enero de 2012-
La paz con justicia social es posible, luchemos por ella, No 36
2012-01-12-abpnoticias-Juan Leonel Pérez-
Finalizamos el año 2011 e iniciamos el año 2012, en medio de combates entre la fuerza pública y la insurgencia guerrillera, que deja un saldo de varias decenas de muertos y heridos en ambos bandos, significa esto dolor y lagrimas en las familias de cada una de estas víctimas que se habrían podido evitar si el indolente gobierno de Juan Manuel Santos quisiera la paz para Colombia.
Desafortunadamente, el presidente solo habla de paz para que lo escuchen a nivel internacional pero cuando se trata de concretar un diálogo para buscarle soluciones políticas al conflicto social y armado que vivimos en Colombia desde hace más de 60 años, las respuesta es evasiva, ¡! La guerrilla tiene que dar muestras de querer la paz!! La guerrilla tiene que entregar los prisioneros!! ¿Y qué dice el gobierno de los más de 7.500 prisioneros políticos que se encuentran en las cárceles de Colombia y en los Estados Unidos? Absolutamente nada. La ley del embudo lo ancho para ellos lo angosto para uno.
Afortunadamente en el campo insurgente las cosas son diferentes, a fin de año dieron la noticia que alegró a las familias de los prisioneros de guerra, dejaran en libertad a seis de ellos tan pronto el gobierno de la garantía de que no van a ser asesinados como lo hizo con la anterior entrega.
Las FARC proponen iniciar diálogos y retomar la Agenda Común para el Cambio, aprobada por el gobierno y la insurgencia en San Vicente del Caguán. No estamos en ceros ya hay una agenda aprobada, solo falta la voluntad política del Presidente para reiniciar un proceso que nos lleve a la paz con justicia social.
Las fuerzas democráticas debemos tener claro. La clase dominante no quiere la paz, no le interesa, sus familiares no están muriendo, el más interesado en la paz es el pueblo que pone los muertos, por eso el diálogo tiene que ser exigido por todo el pueblo colombiano, desde los campos y veredas hasta las grandes ciudades debe escucharse el grito por la paz.
A continuación damos a conocer los resultados de los combates entre la fuerza pública y la insurgencia de las FARC del 27 de diciembre del 2011 al 08 de enero de 2012. Según la prensa de Colombia.
27/12: Ataque de las FARC en Arauca: 1 policía muerto y 6 heridos.
http://www.radiosantafe.com/2011/12/27/emboscada-de-las-farc-en-arauca-deja-un-policia-muerto-y-seis-heridos/
28/12: FARC dinamitan más torres de energía en Antioquia, dejando sin fluido a varios municipios y corregimientos.
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/F/farc_destruyo_dos_torres_de_energia_en_el_norte_de_antioquia/farc_destruyo_dos_torres_de_energia_en_el_norte_de_antioquia.asp?CodSeccion=211
30/12: FARC destruyen la estación de la Policía de Orito, Putumayo: 1 uniformado muerto y varios heridos.
http://www.google.com/hostednews/epa/article/ALeqM5ip3QH9hklBJrHSQOPMME0-LrBdTA?docId=1684783
30/12: Hostigamiento de las FARC a la estación de la Policía de Jambaló, Cauca.
http://www.radiosantafe.com/2011/12/30/guerrilleros-hostigan-estacion-de-policia-de-jambalo/
31/12: Carro bomba de las FARC bloquea la vía Convención-Ocaña, en el Catatumbo.
http://www.caracol.com.co/noticias/judicial/abandonan--presunto-carro-bomba-en-el-catatumbo/20111231/nota/1599939.aspx
31/12: Ataque de las FARC deja cuantiosos daños materiales a establecimientos comerciales en Chaparral, Tolima.
http://www.caracol.com.co/noticias/regional/cuantiosos-dano-deja-atentado-de-presuntos-guerrilleros-de-las-farc-en-chaparral-tolima/20111231/nota/1599927.aspx
31/12: FARC lanzan cilindros contra la pista del aeropuerto de Tumaco, Nariño, paralizandolo.
http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/violento-dia-ano-viejo-en-varias-ciudades-colombia
01/01: FARC destruyen la estación de Policía de Suárez, Cauca.
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/en_2012_las_farc_hablan_de_guerra/en_2012_las_farc_hablan_de_guerra.asp
01/01: Ataque de las FARC a la estación de Policía de El Tarra, Norte de Santander: 2 uniformados heridos.
http://www.caracol.com.co/noticias/judicial/a-primeras-horas-del-2012-la-guerrilla-ataco-estacion-de-policia-en-norte-de-santander/20120101/nota/1600070.aspx
03/01: Duros combates entre las FARC y el Ejercito en el Tolima: 1 suboficial y 3 militares muertos, varios heridos.
http://feeds.univision.com/feeds/article/2012-01-03/mueren-suboficial-y-tres-soldados
03/01: Más hostigamientos de las FARC contra la fuerza pública en el norte de Antioquia impiden reactivación del fluido eléctrico en Anorí.
http://www.caracol.com.co/noticias/judicial/hostigamientos-de-las-farc-impiden-restablecer-el-servicio-de-energia-en-anori-antioquia/20120103/nota/1601121.aspx
06/01: FARC incendian bus en la vía Tame-Arauca, Arauca.
http://www.llanera.com/?id=13279
06/01: Ataque de las FARC a estación de policía en el municipio de La Hormiga, Putumayo, deja 1 uniformado muerto.
http://www.caracol.com.co/noticias/judicial/fallece-policia-tras-ataque-de-las-farc-en-putumayo/20120106/nota/1602753.aspx
07/01: Campo minado de las FARC cerca de Anorí impide la reactivación del fluido eléctrico en este municipio: 2 soldados heridos, 1 de ellos mutilado.
http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10938944.html
08/01: FARC atacan a unidad del Ejército en el Tolima: 5 militares muertos y 8 heridos.
http://www.vanguardia.com/judicial/138555-fallece-soldado-en-combates-en-el-tolima
08/01: FARC atacan a la estación de policía de Lejanías, Meta.
http://www.eltiempo.com/colombia/llano/hostigamiento-de-las-farc-a-lejanias-meta-deja-un-muerto_10940183-4
Tenemos que crear un fuerte movimiento que arranque de las cárceles de Colombia a las y los prisioneros políticos que pasan de los 7.500, es un deber de todo demócrata luchar por la libertad de sus compañeros.
Repensar el marxismo en tiempos de crisis generalizada
2012-01-12-abpnoticias-Néstor Kohan- Prólogo al libro «Disparos vermelhos» [Disparos rojos] de Carlos Morais Prologar este libro constituye para nosotros un honor, una alegría y un placer. Conocimos a su autor, el compañero Carlos Morais, hace menos de un lustro, cuando nos invitó a unas «Jornadas Independentistas Galegas» impulsadas por la organización comunista Primeira Linha. Hoy puedo confesar que dudé mucho en aceptar la invitación.
A diferencia de lo que sucede con gran parte de la intelectualidad de nuestro país, el eurocentrismo nos tiene hartos y saturados. Muchos compañeros con los que estudié y quizás la mayor parte del mundillo universitario argentino sueña con ir a Europa, con la mandíbula caída, las manos en la espalda y las pupilas dilatadas, como buenos alumnos sumisos dispuestos a humillarse ante las metrópolis ensoñadas que les quitan el aliento y el pensamiento propio. En esas fantasías que idealizan lo que no se conoce, la izquierda europea —por más moderada, derrotada o institucionalizada que se encuentre— siempre ha jugado el papel de “guía” y de “faro”. París sigue siendo la meca cultural para gran parte de nuestros intelectuales, incluyendo los “rojillos”.
En cualquier grupúsculo juvenil argentino mínimamente “progresista” o con poses izquierdistas se conoce mucho más del mayo francés de 1968 que de la Reforma Universitaria que lo antecedió medio siglo, tomando por asalto las universidades argentinas y latinoamericanas desde 1918 en adelante. Una tímida y mesurada huelga del correo francés, realizada con los mejores modales, el reformismo más tibio y sin molestar a nadie, genera en segmentos importantes de la izquierda de mi país orgasmos intelectuales mientras que al mismo tiempo se le da con toda petulancia la espalda a una guerrilla comunista latinoamericana que cuenta con 10.000 combatientes.
Una mentalidad típicamente colonial y cipaya, atravesada de cabo a rabo por complejos de inferioridad política y cultural.
Es por eso que dudé mucho cuando Carlos Morais me contactó para ir a Galiza. Para ser justo, debo reconocer que me equivoqué totalmente. Al conocerlo cara a cara y al tomar contacto con su organización comunista —de notoria mayoría juvenil— me encontré algo bien distinto y completamente diferente a esa izquierda europea, altanera y soberbia, ya cansada de pelear, institucionalizada, hegemonizada y cooptada por el poder, siempre rápida para condenar a los que luchan mientras se somete mansamente a la disciplina del gran capital cuyas guerras de conquista considera, curiosamente, “civilizadas” y “humanitarias”.
¿Con qué me encontré en Galiza, a contramano de mis prevenciones? Con un compañero, rodeado de muchos otros y otras jóvenes, dispuesto a la lucha y la confrontación y abierto —en serio, sin simulación alguna— hacia las experiencias insurgentes del tercer mundo. Incluso Carlos me sorprendió al conocer perfectamente quien era Mario Roberto Santucho, mientras también me hablaba con admiración y entusiasmo del galego Antonio Soto (líder comunista libertario de la rebelión obrera del sur argentino a comienzos de la década del ’20) y del galego Fernández Palmeiro, combatiente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP-22 de agosto). Sin quererlo ni esperarlo, conversando con Carlos y sus compañeros y compañeras de Galiza, me sentía en mi propia casa .
Por eso la alegría y el orgullo de prologar este libro, volumen que ve la luz en el momento justo, en medio de una crisis formidable del capitalismo mundial que atraviesa como nunca al Estado español y a todas las zonas, regiones y naciones sometidas por éste.
Leer este libro permite pensar la crisis capitalista —todavía más aguda y feroz que la de 1929, como han reconocido Paul Volcker, George Soros y hasta Angela Merkel— desde abajo, desde el ángulo de las clases explotadas y los pueblos que luchan y resisten. No desde la perspectiva de “los mercados”, los banqueros y el empresariado sino desde la fábrica, la escuela, la universidad, el barrio y los diversos territorios de resistencia popular. No desde la “gobernabilidad” sino desde la rebeldía callejera y la indisciplina juvenil.
En medio de esa crisis capitalista y frente a los restos decadentes de la vieja izquierda que se desmorona sin pena ni gloria, el pensamiento político de Carlos Morais y la organización Primeira Linha que este libro condensa expresan la emergencia de una nueva izquierda revolucionaria e independentista. Nueva izquierda que aspira a ser no sólo cultural sino también política, constituyéndose en abierta disputa de hegemonía con el nacionalismo burgués galego y otras expresiones análogas de la burguesía.
No debemos olvidar que la extrema derecha española, heredera del franquismo (corriente en la que militan desde Manuel Fraga a Mariano Rajoy, recientemente elegido presidente de España), no pocas veces ha encontrado en las corrientes burguesas de Galiza uno de sus más fuertes bastiones. De allí que la lucha que encabezan Carlos Morais y su corriente sea doblemente dificultosa y compleja.
Hace ya largos años que hemos aprendido con Antonio Gramsci que el pensamiento y la filosofía marxista, si pretenden ser revolucionarios en serio, deben devenir política concreta y proyecto orgánico a largo plazo, no sólo teoría crítica cultural o literatura de circulación exclusivamente universitaria. Ese espíritu centralmente político anida en este libro y hacia allí apunta claramente su autor, si no hemos entendido mal su prosa y su pensamiento.
El pensamiento político de Carlos no pertenece sólo a un individuo —donde la biografía y la propia experiencia de militancia dejan su huella indeleble—. En tanto intelectual orgánico, su punto de vista también expresa y condensa el horizonte de toda una corriente. Sus entonaciones principales son antimperialistas, anticapitalistas, descolonizadoras, feministas y radicales.
Carlos Morais pertenece a una generación joven de militantes políticos revolucionarios que se formó después de la transición española, remando a contracorriente del pragmatismo, el posibilismo y la realpolitik que las viejas formaciones del PSOE y el PC, así como también los sectores reformistas del nacionalismo galego, imprimieron a la mayor parte de la izquierda ibérica.
La principal meta que se ha trazado, junto con sus compañeros y compañeras de militancia, ha sido y sigue siendo la de recuperar y recrear la herencia de la izquierda extraparlamentaria de los años ’60 y ‘70 en las nuevas condiciones de globalización capitalista. Sin nostalgia alguna sino con un proyecto de futuro. Su corriente incorpora y recluta viejos cuadros sindicales —los hemos conocido— que han luchado durante décadas contra las empresas españolas y galegas (a pesar de lo cual han sido abandonados por la izquierda tradicional y la burocracia sindical) pero la mayor parte de su corriente está formada por militancia joven, forjada en las luchas actuales y en el horno de los últimos años.
La tarea más difícil y al mismo tiempo la más urgente que se han propuesto Carlos Morais y estos nuevos revolucionarios de la izquierda independentista galega consiste en sintetizar la lucha de clases y la lucha de emancipación nacional en una nueva fusión donde la cultura juegue un lugar central (por ejemplo la defensa del idioma galego-portugués frente al español-castellano) sin subestimar tampoco las luchas feministas de género y el ecologismo radical. Ese intento de fusión se esfuerza por superar y dejar atrás el pesado e inútil lastre de los viejos esquemas economicistas, donde únicamente importaba “el factor económico” en la historia (economicismo ácidamente criticado desde Antonio Labriola, Lenin y Antonio Gramsci hasta Raymond Williams, EP Thompson y muchos otros marxistas actuales).
El marxismo de Carlos, de su corriente política y de todo este libro (pues lo atraviesa como un hilo rojo a lo largo de todas sus páginas) constituye un marxismo revolucionario e independentista, crítico del reformismo y otras variantes aggiornadas de la dominación al interior de las filas populares. Un marxismo crítico pero al mismo tiempo organizado que promueve la lucha de liberación nacional y social del pueblo galego en un mismo movimiento, sin separarlas artificialmente en “etapas” mecánicas, mutuamente excluyentes.
Ese marxismo renovado se nutre explícitamente del internacionalismo del Che Guevara (marxista revolucionario analizado en detalle en varios de los capítulos de Disparos vermelhos), entendido como la piedra de toque de toda perspectiva auténticamente radical.
Carlos promueve con orgullo y sin rubor, sin hacer caso de los llamados a “madurar” y a “entrar en razón”, la solidaridad activa con las luchas antimperialistas del tercer mundo (desde la insurgencia colombiana de las FARC-EP a la resistencia en Irak, Afganistan, Libia o cualquier otro país agredido por el imperialismo en nombre de “la democracia”, los “derechos humanos” y otros mitos legitimadores del genocidio imperial de nuestro tiempo que pretende convertir al planeta tierra en una inmensa despensa para alimentar la voracidad ilimitada del gran capital financiero). No casualmente en muchos países en lucha nos hemos encontrado las camisetas comunistas de Primeira Linha (que llevan como consigna “Por una Galiza Rebelde y combativa”), portadas por militantes de las organizaciones revolucionarias más diversas.
Desde ese internacionalismo militante y concreto, eludiendo cualquier visión “provinciana” o cerradamente localista, Carlos Morais pone en discusión la existencia misma de la Unión Europea y su proyecto imperial (incluyendo dentro suyo toda la arquitectura jurídico-institucional que pretende legitimarla) y, como parte central de ella, el lugar que juega en esa estrategia de la dominación la defensa de la “unidad española”, bandera reaccionaria desde los antiguos tiempos de Franco hasta los más «modernos» del PSOE y el PP.
Ese internacionalismo consecuente y radical, fiel heredero de Lenin y lo mejor que produjo la Internacional Comunista impulsada por los bolcheviques, así como también por la revolución cubana y Vietnam, no sólo está expresado en el terreno teórico de Disparos vermelhos. Carlos Morais, su organización política y la corriente ideológica que ellos expresan y defienden, forman parte orgánica del Movimiento Continental Bolivariano (MCB), uno de los destacamentos políticos fundamentales del reagrupamiento internacional contemporáneo de los revolucionarios y las revolucionarias a escala mundial.
Como parte fundamental de ese internacionalismo que combina la dimensión de clase y el proyecto de emancipación nacional, el anticapitalismo y lucha cultural, el antimperialismo y las diversas rebeldías contemporáneas, Carlos Morais no es ajeno ni desconoce los combates de otros pueblos por la libertad. Aprovecha eses referentes para la lucha insumisa de la Galiza rebelde.
Indagación y pensamiento político donde Carlos aferra el toro por las astas y no teme reflexionar con todas las letras sobre el lugar de la violencia (la de arriba y la de abajo, la estatal y la revolucionaria) en la sociedad contemporánea. Esa violencia que las clases dominantes viven condenando desde sus monopolios de (in)comunicación y sus airadas declaraciones periodísticas mientras la ejercen sin piedad y día a día como herramienta de sometimiento de los sectores populares.
Pero el autor de Disparos vermelhos no copia mecánicamente eses ejemplos sino que los recupera a partir de una mirada propia, ubicando en el centro de gravedad lo específico de la historia y la tradición rebelde galega, en la cual se inscriben nombres-símbolos emblemáticos como Benigno Álvares, José Gomes Gaioso y Moncho Reboiras.
Cada página del libro, cada trabajo aquí reunido, vibra, late y palpita al calor de la lucha, tanto la que se desarrolla en el territorio de Galiza, como la que transcurre en el Estado español, en Europa occidental, en América latina y en otras partes del mundo. Ninguno de los textos y trabajos está redactado de manera formal, según el estilo insulso y falsamente neutral de los papers y tesis académicas, inodoras, incoloras, insípidas. Por el contrario, Disparos vermelhos está guiado por la evidente y no ocultada intención de intervenir en la coyuntura y tomar partido a partir del «análisis concreto de la situación concreta», como le gustaba repetir a ese jovencito que algo sabía de revoluciones y que no casualmente constituye la principal fuente de inspiración ideológica y política de los análisis de Carlos.
Ordenado de manera cronológica, Disparos vermelhos reúne trabajos redactados entre 2002 y 2011, a lo largo de la primera década del siglo XXI. Aunque inspirado en el marxismo clásico, su marxismo pertenece al nuevo siglo. No destila una gota de nostalgia ni posee un gramo de revival melancólico. Recorriendo sus páginas se puede ir entonces recomponiendo las diversas tomas de posición que el autor y su corriente política han ido adoptando durante la última década.
De la mano de Morais, vamos descubriendo diversas aristas de la formación económico social galega, no asentada en reflexiones especulativas o intuiciones caprichosas sino repleta de datos empíricos. El libro sintetiza un análisis en serio de la sociedad que se pretende transformar.
También incorpora un balance crítico y el intento de realizar un beneficio de inventario con la propia izquierda, europea y española en general y galega en particular. Desde la guerra civil española (y lo que el el autor denomina en uno de sus trabajos “el holocausto galego” refiriéndose a los asesinatos en masa del franquismo que en Galiza alcanzan entre 7.000 y 10.000 personas) hasta el día de hoy, pasando por un impiadoso y exhaustivo análisis crítico de la llamada “transición”. Punto de vista crítico que alcanza a algunas figuras emblemáticas como el mediático y famoso juez Baltazar Garzón.
El espíritu general que recorre como un hilo rojo todos los ensayos y artículos de Disparos vermelhos, más allá de su diversidad temática, apunta a recuperar y recrear el legado comunista en las nuevas generaciones galegas, dejando atrás el complejo de inferioridad que dejó en varias generaciones de viejos militantes la caída del muro de Berlín y las reiteradas desventuras políticas del stalinismo (en general y en particular español).
Ese esfuerzo de recuperación y recreación crítica aparece formulado de manera abierta, digna y con orgullo, sin pretender esconder en ningún momento la fuente de inspiración, las enseñanzas y la admiración por Lenin que tanto odio y rechazo genera en muchos ex revolucionarios conversos, hoy transformados en posmodernos, timoratos, pusilánimes y políticamente correctos, siempre atentos a la pesca de becas de la socialdemocracia o de un empleo “progresista” en alguna que otra ONG o ministerio estatal.
No debemos olvidar que el historiador inglés Perry Anderson nos enseñó que el principal déficit del marxismo occidental ha consistido durante ya demasiadas décadas en proponernos diferentes y atractivas elaboraciones teóricas y discursos críticos sobre el capitalismo pero sin acompañarlas de un proyecto político estratégico revolucionario, concreto, viable y realizable para Occidente. Haciéndose cargo de aquel déficit (no siempre confesado y ni siquiera admitido por la izquierda europea), el libro de Carlos Morais nos invita a pensar las condiciones de posibilidad de la revolución hoy en la periferia del corazón de Europa, adentrados en el siglo XXI. Una tarea pendiente que apunta, no sólo a solidarizarse con las luchas de “allá lejos”, en los márgenes del sistema mundial capitalista, sino también a prepararse para confrontar en el propio territorio imperialista. Un desafío apasionante dirigido de manera inequívoca a la militancia juvenil, donde sin duda se encuentran los sepultureros y sepultureras del capitalismo en Galiza y en toda Europa.
Al reunir estos textos y entregarnos estas lúcidas Disparos vermelhos Carlos Morais, intelectual orgánico y entrañable compañero, camarada y amigo, debe haber tenido presente aquel pensamiento con que Lenin cierra su obra El Estado y la Revolución: “es más agradable y más provechoso vivir la «experiencia de la revolución» que escribir acerca de ella”.
Estamos seguros que las elaboraciones aquí presentes —valiosas por sí mismas— no quedarán limitadas al papel y la tinta, sino que se prolongarán más allá del libro, de la imprenta y la biblioteca, en la lucha cotidiana, organizada y práctica, por un mundo mejor. Eso y no otra cosa es el marxismo revolucionario.
Entrevista con la filósofa argentina Isabel Rauber
"El cambio civilizatorio que requiere la humanidad no es solamente económico sino también cultural"
El principal reto que afronta la humanidad en los tiempos actuales ante la crisis multidimensional del capitalismo es la construcción de una nueva civilización a partir de la activa participación de las grandes masas populares, sostiene la filósofa argentina y educadora popular, Isabel Rauber.
No se trata de un cambio de sistema, explica, sino de un reto mucho más ambicioso que apunta a un cambio sustancial de modo de vida, lo que "requiere de la constante transformación de los sujetos de cambio" que se construyen "en las luchas y resistencias concretas no solo en el plano territorial local, sino también global".
Si bien este proceso requiere de una larga transición, Rauber considera que "construir una civilización superadora de lo construido hasta ahora no es tarea de pocos ni de elegidos, requiere de la participación de la humanidad toda, al menos de la mayoría absoluta, y esto reclama de la sucesión concatenada de procesos histórico-concretos que vayan abriendo canales para la participación en dimensiones diversas, creando y acuñando, a la vez, nuevas prácticas de inter-relacionamiento humano en lo social, político, económico y cultural.
En tal sentido, los actuales procesos de luchas sociales, y las experiencias de los gobiernos raizalmente transformadores, constituyen laboratorios del nuevo mundo que pueden ayudarnos a crecer colectivamente en saberes, si somos capaces de dar seguimiento y apropiarnos críticamente de las experiencias. Ellas constituyen, a la vez, por ello, fuentes de inspiración para la vida. Y la brújula está en el accionar-pensar constante de los movimientos".
En diálogo con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET en la ciudad de Buenos Aires, esta científica social hace hincapié en el ímpetu del accionar que vienen protagonizando los movimientos sociales al despuntar el siglo XXI cuyo eje articulador es el de la lucha por la vida. "Tienen en claro que, -afirma- en su estadio actual, la continuidad de la lógica de producción y acumulación del capital amenaza a toda la humanidad. Y esta amenaza se resume y expresa en la contradicción antagónica vida-muerte, al tiempo que caracteriza el problema fundamental del tiempo actual, y resume y articula, además, nuevas contradicciones sociales".
Rauber es doctora en Filosofía de la Universidad de La Habana, directora de la revista Pasado y Presente siglo XXI y coordinadora de la red de investigación del mismo nombre. Además, es Investigadora adjunta del Centro de Estudios sobre América, coordinadora del Laboratorio de Pensamiento Argentino del Centro Cultural Caras y Caretas de Buenos Aires, docente de la Universidad Nacional de Lanús, profesora adjunta de la Universidad de La Habana, miembro del Consejo Científico Asesor de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) e integrante del Foro del Tercer Mundo y del Foro Mundial de las Alternativas. También es investigadora de la UNESCO en temas de género, pobreza urbana y procesos de transformación social, así como asesora de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Se ha especializado en estudios de sociología política, análisis de coyuntura, memoria histórica, ensayos filosóficos y estudios antropológicos de movimientos sociales, barriales, sindicales, indígenas y de género. Ha publicado artículos, reseñas y más de dieciocho libros en Latinoamérica.
Es investigadora invitada del Centro de Estudios Tricontinental (Cetri) de Lovaina la Nueva, colabora con el Instituto de Estudios para el Desarrollo de Ginebra, y dirige el Programa de Formación Sociopolítica a Distancia (Profosd). Entre sus obras más recientes están: Dos pasos adelante, uno atrás. Lógicas de superación de la civilización regida por el capital (2010); Cayo Hueso, estampas del barrio (2010); Miradas desde abajo (2008); sujetos políticos (2006); Movimiento social y repercusiones políticas, articulaciones (2004).
Su vida académica y de investigación ha estado dedicada a sistematizar y conceptualizar las experiencias de los movimientos sociales e indígenas latinoamericanos en búsqueda y construcción de una civilización desde abajo.
La humanidad requeire de herramients culturales
- En su libro "dos pasos adelante, uno atrás" usted sostiene que en esta crisis civilizatoria del capitalismo están dadas las condiciones para una transición que permita cambiar el sistema. ¿Esta crisis capitalista será la oportunidad para comenzar este proceso de transformación?
- Yo he dejado de hablar de cambio de sistema para plantear cambio civilizatorio. Podría pensarse que es lo mismo pero no lo es porque un cambio civilizatorio implica una transformación de las lógicas profundas que vienen dominando la civilización actual, y lo que aprendimos del socialismo del siglo XX fue el planteamiento de una alternativa superadora del capitalismo y ciertamente podemos decir que mal o bien lo logró en el sentido de que hubo varias revoluciones pero quedaron entrampadas en la lógica de la competencia económica del capitalismo. Se pensó que hacer la revolución pasaba por apropiarse de los medios de producción por parte del Estado, reduciendo el poder a las personificaciones institucionales, sin ver otras aristas, sin contemplar la hegemonía, simplemente teniendo una visión institucionalista y economicista del poder y eso automáticamente produciría la liberación humana. La historia no es así y lo que hubo fue un cambio de dueños que no modificó la lógica, por eso yo creo que el problema no es superar el capitalismo sino superar toda la civilización del capital, el desafío es mayor. Nosotros vivimos una civilización deshumanizada en el sentido de que promueve una alienación muy grande de los seres humanos porque somos cada vez más objetos de consumo. Cada vez vivimos menos para nosotros y mucho más para el mercado.
- Pero esto tocó fondo…
- No, nunca toca fondo, se profundiza cada vez más, esto no se termina espontáneamente. El ser humano está tan enajenado que se sigue autoflagelando para responder a la cuestiones que se consideran normales y no se piensa en los cómo y en los para qué. La humanidad no se va a dar cuenta de todo lo que está pasando: guerras, destrucción de la naturaleza, etc., porque para darse cuenta tendría que tener las herramientas culturales y no las tiene. Y aquellos que quieren cambiar el mundo en vez de estar simplemente en la calle deberían dedicarse a concientizar. Y no quiero decir que estar en la calle sea una pavada porque a veces hay que estar en ella, pero hay que avanzar en la concreción del pensamiento estratégico, en el sentido de Paulo Freire, no ir a meter conceptos sino tratar de razonar y discutir las realidades. El problema del mundo es la inexistencia de una humanidad consciente para lo cual tenemos que encontrar un nuevo modo de vida entre todos y todas, y eso no se logra por decreto sino que hay que construirlo, por eso la construcción del poder es desde abajo. Es decir, tenemos que cambiar el modo de producción y de reproducción y eso hay que pensarlo, hay que inventarlo, y es todo un caminar de muchos años. Pero además, la humanidad tiene que saber porqué lo hace para querer hacerlo.
- ¿Si bien el capitalismo no se va a caer sólo, una manera de reproducirse no son las propias crisis y las guerras que él mismo genera?
- Por supuesto que sí pero sobre todo porque la humanidad sigue los dictámenes del mercado. Lo que necesitamos es una superación real, histórica, civilizatoria, no necesitamos actos, requerimos construir un nuevo tipo de producción y reproducción que no es solamente económica sino que es también cultural, con la naturaleza y con los seres humanos. Implantar la solidaridad no se puede hacer con el mercado por lo que es preciso comenzar por despreciar el consumismo de manera autónoma y conscientemente, y ese es un proceso de muchos años.
- ¿Pero para ello no se requiere la irrupción de un nuevo sujeto político?
- El sujeto político se va construyendo. La primera persona que asume una actitud crítica ya está en el cambio civilizatorio, como es un proceso de varios años, quién puede decir en qué grado estamos. Toda la toma de conciencia que se está produciendo en cuanto al respeto por la naturaleza es parte de ese cambio, es una acumulación que de repente hace un estallido y la humanidad evoluciona. En todo este proceso ocurren los gobiernos populares, las revoluciones democráticas, todo es parte del mismo.
- ¿Hablando de la lucha político-ideológica en América Latina, el caso de la revolución cubana, constituye un elemento de cambio a la lógica capitalista?
- Yo creo que Cuba es la última revolución de la tipología del siglo XX. La revolución cubana desde el punto de vista de modelo paradigmático en América Latina es la primera y la última del siglo precedente, en el sentido de que pasa por la toma del poder, la estatización, que además después tiene que rever para poder enfrentar las condiciones actuales porque ya no se adapta al sistema-mundo. La revolución cubana se ve obligada a discutir sobre la realidad del mercado, el diálogo internacional y frente a la vorágine de contradicciones de la cual estuvo afuera durante el tiempo en que perteneció al bloque socialista. Ese periodo que fue maravilloso con todos los defectos que tuvo, yo lo experimenté y puedo dar fe de lo que es vivir sin las leyes del mercado y del dinero, es extraordinario, porque el diálogo entre las personas no está mediado por el interés. Tuve el privilegio histórico de haber vivido ese suspiro de la historia, lo voy a tener como anhelo siempre, porque así como vi las deficiencias, vi también la inyección de espiritualidad. Además, Cuba tiene muy metido adentro el tema de la liberación desde un punto de vista del ideario martiano (de José Martí), en el sentido de ser cultos para ser libres.
- ¿Coincide en que América Latina a excepción de algunos países centroamericanos, México y Colombia, está históricamente en su mejor momento político?
- Yo creo que sí porque como nunca antes consignas del pasado como la integración están plenamente vigentes. Creo que estamos en el sentido de lo que tenemos que hacer, cuestionando las lógicas del sistema, se están abriendo pistas, independientemente de si triunfaremos. Hay un tránsito hacia una racionalidad diferente y triunfaremos cuando el mundo sea diferente. No me inquieta en este proceso del caminar que estos gobiernos populares de América Latina se reelijan o no, lo que me interesa es si apuntalan y fortalecen el sujeto colectivo y puedo decir que todos lo están haciendo.
En ese sentido la revolución cubana ha tenido siempre claro la participación del sujeto, una participación sui generis porque está organizada de forma vertical pero que de todas maneras se ha dado el tiempo para escuchar las opiniones del pueblo y por eso ahí está Cuba.
- ¿Los movimientos sociales en América Latina han sido papel predominante en el ascenso de gobiernos populares?
- Yo creo que los movimientos sociales han tenido un papel fundamental en las luchas contra el neoliberalismo, que son las luchas contra el sistema que hay, son las resistencias por la vida. Estos últimos treinta años tienen que ver con la constitución de la nueva mentalidad de los movimientos sociales, poniendo énfasis en la defensa de la vida no por el cese de la explotación como ocurría en los años 70. Por supuesto que en la lucha por la defensa de la vida está el cese de la explotación, eso les da una nueva tónica muy fuerte a los movimientos y un entronque político muy serio que los partidos políticos no logran cambiar ni entender porque sigue aferrados a que el problema es el pulso electoral, qué representan, o hacer la revolución como una tarea partidaria, cuando eso ya fue. En cambio los movimientos sociales crecieron y maduraron con otra lógica y aprendieron que la vida se defiende en todos los ámbitos y esa defensa es el primer y último acto político de la historia, mientras que los partidos no comprenden eso, y con su mentalidad muy estrecha consideran que el objetivo es la militancia en sus filas. Por ello se puede afirmar que los movimientos abonaron el camino de la llegada de los gobiernos populares porque fueron protagonistas de resistencias y luchas de los pueblos. Después hay diferencias en los procesos con ritmos, historias y disputas distintas, como ocurre por ejemplo con los casos de Ecuador y Bolivia. Mientras haya tensiones en estos procesos políticos implica que hay diálogo, que hay debate.
- Efectivamente, en los casos de Bolivia y Ecuador hay una permanente tensión y hasta rupturas entre los gobiernos de Morales y Correa con los movimientos indígenas y sociales…
- Sí, es que la constitución del sujeto es permanente, es parte del caminar, por ello es importante tener presente que el haber constituido gobierno reclama como nunca antes seguir en la disputa de la construcción social, cultural, económica y política de lo nuevo, incluyendo a los actores en el proceso de cambio y transformación que es y será siempre, a la vez y en primer lugar, un proceso de transformación. La instalación de un gobierno popular supone la conformación de nuevas interrelaciones sociales y el surgimiento de nuevas contradicciones, conflictividades, afinidades e interacciones de fuerzas e intereses sociales, económicos, culturales y políticos acorde con la nueva realidad política e institucional, de conjunto, estas configuran un nuevo mapa sociopolítico que define nuevas tareas y desafíos a los actores sociales, ahora claramente confrontados en su matriz política o sociopolítica.
- Usted ha señalado que la izquierda requiere de una autotransformación igual a la ocurrida en la Iglesia Católica con el Concilio Vaticano II. ¿Hacia dónde debe apuntar esa transformación de la izquierda?
- Esto implica una mentalidad muy abierta, un construir en medio de la coyuntura, porque el sujeto no solo se construye en el acontecimiento, hay que meterse dentro del sujeto, y el político o el intelectual se ubica afuera, hay que estar atentos a sus contradicciones y a sus cambios. Y por eso es que la izquierda necesita un Concilio Vaticano II para darse cuenta de que es el pueblo el que hace los cambios y no los mil o diez mil militantes que están en los partidos, que es fundamental trabajar con la gente, desde la gente y para la gente. Hay que abrir las puertas, hay que salir de la cripta partidaria y habrá que ver cuáles son las formas nuevas, y si uno se dispone a escuchar entre todos se puede construir una conducción colectiva. Es indispensable quitarse las anteojeras instaladas sistemáticamente por el capital, romper con las fragmentaciones de las realidades y conciencias. Para que el humanismo tenga posibilidades de triunfar sobre la barbarie hay que dar la batalla de construir una nueva conciencia colectiva diferente a la acuñada por el capitalismo y en eso la izquierda puede aportar si cambia la concepción y la acción política, poniendo fin a su distanciamiento jerarquizado sustituyéndolo por el diálogo permanente, el aprendizaje mutuo, la horizontalidad en las decisiones y el control popular
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- "los terminos medios son la antesala de la traición"
Ernesto Che Guevara
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
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