(Nota introductoria. Este trabajo es obra de Antonio moscazo, el único catedrático de historia del movimiento obrero reconocido en Italia, y autor de numerosos trabajos sobre la historia de los países llamados socialistas”. Lo incluimos en Kaos como una aportación a la campaña contra el trotskismo l
¿Qué significa “trotkstista”?
Esto se preguntaba Ernesto Che Guevara después de escuchar cómo los burócratas soviéticos (y los cubanos filosoviéticos) lo trataban de “trotskista” por sus últimos discursos donde denunciaba el escaso compromiso de los “países socialistas” en la defensa de Vietnam. En los últimos años de su vida el Che empezó a leer y estudiar a Trotsky para entender las razones de tantas decisiones tomadas en la URSS que él para nada compartía. Hoy tenemos pruebas más consistentes que las alusiones de sus cartas o los testimonios de sus colaboradores, ya que se han encontrado –y publicado- sus cuadernos de estudio de Bolivia, llenos de citas de Trotsky.
Parece que es una vieja costumbre tratar como “trotskista” a quien dice cosas incómodas.
Trataremos sobre cómo y porqué empezó esto. Mientras tanto sabemos que al menos uno de los acusados de este misterioso “pecado” fue Ernesto Che Guevara, revolucionario donde los haya, punto de referencia permanente y siempre presente para quien quiera cambiar el mundo en vez de adaptarse a él repintándolo un poco de rosa.
Trotsky no era “trotskista”
El término trotskismo no fue utilizado nunca por Leon Trotsky, del mismo modo que mientras vivía Lenin nadie (salvo sus enemigos) hablaba de “leninismo”: el término marxismo-leninismo fue acuñado después de la muerte de Lenin por Stalin, que transformó el pensamiento vivo –y a veces contradictorio- de esos dos grandes revolucionarios en un sistema rígido y dogmático, que precisaba de la posterior interpretación “correcta” en manos de un sumo sacerdote. Incluso Marx dijo no ser marxista.
El término, sin embargo, fue utilizado por Lenin en el debate con Trotsky entre los años
1903 y 1917, cuando Trotsky fue, junto a Rosa Luxemburg, un crítico severo de la concepción del partido propuesta por Lenin. A su vez, Lenin fue durísimo, como de costumbre, en los debates en el seno del movimiento obrero, con uno y con otra, y en particular con el “trotskismo”.
Los tergiversadores stalinistas se sirvieron de aquellos debates pero, claro está, sacándolos de contexto. Lo absurdo es que incluso la nueva izquierda de derivación maoísta recuperó –con perfecta mala fe- la misma idea, pasando por alto un pequeño detalle: Trotsky y Rosa Luxemburg argumentaban por aquel entonces contra el peligro de una excesiva centralización del partido, más concretamente, contra una posible substitución de la colectividad por el partido, y de éste por el Comité Central, aunque posteriormente ambos admitieron estar equivocados.
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¿Qué significa “trotkstista”?
Esto se preguntaba Ernesto Che Guevara después de escuchar cómo los burócratas soviéticos (y los cubanos filosoviéticos) lo trataban de “trotskista” por sus últimos discursos donde denunciaba el escaso compromiso de los “países socialistas” en la defensa de Vietnam. En los últimos años de su vida el Che empezó a leer y estudiar a Trotsky para entender las razones de tantas decisiones tomadas en la URSS que él para nada compartía. Hoy tenemos pruebas más consistentes que las alusiones de sus cartas o los testimonios de sus colaboradores, ya que se han encontrado –y publicado- sus cuadernos de estudio de Bolivia, llenos de citas de Trotsky.
Parece que es una vieja costumbre tratar como “trotskista” a quien dice cosas incómodas.
Trataremos sobre cómo y porqué empezó esto. Mientras tanto sabemos que al menos uno de los acusados de este misterioso “pecado” fue Ernesto Che Guevara, revolucionario donde los haya, punto de referencia permanente y siempre presente para quien quiera cambiar el mundo en vez de adaptarse a él repintándolo un poco de rosa.
Trotsky no era “trotskista”
El término trotskismo no fue utilizado nunca por Leon Trotsky, del mismo modo que mientras vivía Lenin nadie (salvo sus enemigos) hablaba de “leninismo”: el término marxismo-leninismo fue acuñado después de la muerte de Lenin por Stalin, que transformó el pensamiento vivo –y a veces contradictorio- de esos dos grandes revolucionarios en un sistema rígido y dogmático, que precisaba de la posterior interpretación “correcta” en manos de un sumo sacerdote. Incluso Marx dijo no ser marxista.
El término, sin embargo, fue utilizado por Lenin en el debate con Trotsky entre los años
1903 y 1917, cuando Trotsky fue, junto a Rosa Luxemburg, un crítico severo de la concepción del partido propuesta por Lenin. A su vez, Lenin fue durísimo, como de costumbre, en los debates en el seno del movimiento obrero, con uno y con otra, y en particular con el “trotskismo”.
Los tergiversadores stalinistas se sirvieron de aquellos debates pero, claro está, sacándolos de contexto. Lo absurdo es que incluso la nueva izquierda de derivación maoísta recuperó –con perfecta mala fe- la misma idea, pasando por alto un pequeño detalle: Trotsky y Rosa Luxemburg argumentaban por aquel entonces contra el peligro de una excesiva centralización del partido, más concretamente, contra una posible substitución de la colectividad por el partido, y de éste por el Comité Central, aunque posteriormente ambos admitieron estar equivocados.
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