No solo en Estados Unidos, Europa, respecto del acontecer en el llamado Medio Oriente y en Afaganistán se observa en la prensa una suerte de "boom" del lenguaje militarista; también en América Central y del Sur. Conviene recordar, así el artículo de Robert Fisk publicado originalmente en el diario inglés The Independet y, traducido al castellano, el 24 de junio en Rebelión.
Comienza con una pregunta:: ¿Sabéis qué es lo último en semántica?
El periodismo e Israel vuelven a estar enamorados. Es terror islámico, terror turco, terror de Hamás, terror de Yihad Islámico, terror de Hizbulá, terror activista, guerra contra el terror, terror palestino, terror musulmán, terror iraní, terror sirio, terror antisemita…
Pero soy injusto con los israelíes. Su léxico, el de la Casa Blanca —casi siempre— y el de nuestros periodistas, es el mismo. Sí, seamos justos con los israelíes. Su léxico es:
Terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror, terror,terror
¿Cuántas veces usé la palabra terror? Veinte. Pero igual podrían ser 60, ó 100, ó 1.000, ó un millón. Estamos enamorados de la palabra, seducidos por ella, obsesionados por ella, atacados por ella, asaltados por ella, violados por ella, comprometidos con ella. Es amor, sadismo y muerte en una doble sílaba, un tema musical para la hora de máxima audiencia, la apertura de cada sinfonía en la televisión, el titular de cada página, un signo de puntuación en nuestro periodismo, un punto y coma, una coma, nuestro punto y aparte más poderoso. "Terror, terror, terror, terror". Cada repetición justifica a su predecesor.
Sobre todo,trata del terror del poder y del poder del terror. Poder y terror se han hecho intercambiables.
Nosotros, los periodistas hemos permitido que esto suceda. Nuestro lenguaje no sólo se ha convertido en un aliado envilecido, sino en un socio verbal a parte entera en el lenguaje de gobiernos y ejércitos, y generales y armas. ¿Recordáis el "revienta búnkeres" y el "revienta Scuds" y el "entorno rico en objetivos" de la Guerra del Golfo? Olvidad las "armas de destrucción masiva".
Una estupidez demasiado obvia. Pero "ADM" en la Guerra del Golfo (Segunda Parte) tuvo un poder propio, un código secreto —genético tal vez, como un ADN— para algo que cosecharía terror, terror, terror, terror, terror. "45 minutos hasta el terror".
http://www.surysur.net/?q=node/14147
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
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