Quien popularizó el cuento del “cuarto de hora de la paz” fue el Presidente conservador de Colombia y genocida del palacio de Justicia Belisario Betancur, cuando en 1982 propuso a la insurgencia colombiana, una “Tregua y unos Acuerdos de Paz “ para resolver el conflicto social y armado; pero que como todo el mundo sabe, concluyó en la masacre y el exterminio del partido político Unión Patriótica, creado por los ingenuos guerrilleros y comunistas que se comieron la carreta y creyeron la demagogia laureanista y oligárquica del aquel sacristán antioqueño pro gringo, maestro y antecesor de su paisano Álvaro Uribe Vélez.
Diez años después, siguiendo con el mismo libreto oligárquico gringo del “cuarto de hora de la paz”, pero dejando las manos libres a sus amigos y socios de las “fuerzas oscuras” para que concluyeran el exterminio de la U P, Cesar Gaviria el hombre gringo de la OEA y su paisano Humberto de la Calle, junto con su ministro de defensa Pardo Rueda, volvieron a tapar la demagogia neoliberal de la apertura económica y su bien venidos al futuro, con la misma consigna: “ Muchachos, les llegó el cuarto de hora para que corrijan su rumbo equivocado, o de lo contrario los acabaremos con la espada exterminadora del Estado. ¡Piénsenlo!” Resultados: El proceso de paz y negociaciones en Caracas y Tlaxcala que terminaron con el bombardeo cobarde a Casa Verde el día de la Constituyente de 1991.
5 años después, el presidente Samper ahorcado por sus propios patrocinadores y amigos, entre ellos Juan Manuel Santos, que lo llevaron a la presidencia pero que por no haberles cumplido lo querían tumbar, y después de que el general Harold Bedoya quedó con las manos libres, volvió a inundar en los medios de comunicación con el mismo cuento, esta vez por boca de su ministro de Gobierno Horacio Serpa Uribe: “Muchachos, llegó la hora de corregir el rumbo equivocado y de hacer la paz”. Resultado: Las conversaciones de Juan Manuel Santos con el comandante Raúl Reyes, a quien 10 años después ordenaría bombardear en Ecuador, para darle un golpe de Estado a Samper y refundar la “nación”, y los magnicidios de Estado de aquella recordada administración oligárquica pro gringa.
Luego, cabalgando en el escándalo del Proceso ocho mil, subió a la presidencia el bueno para nada de Pastrana, quien desde antes de posesionarse montó todo su gobierno sobre la imposición que le hizo el presidente USA Bill Clinton de despejar el Cagúan para derrotar militarmente a la insurgencia, con la zanahoria del cuarto de hora de la paz. Resultado: negociaciones en medio de la guerra. Expansión de las AUC por todo el país con sus masacres y pavimento al camino genocida de Uribe Vélez. Resultado: 10 años de multimillonarios esfuerzos por derrotar militarmente a la insurgencia, “con la ofensiva militar más grande que haya sufrido guerrilla alguna en el mundo” pero sin lograr la derrota, todavía.
Ahora 2010; desde las más oscuras entrañas del Uribismo sube a la presidencia de Colombia, con tan solo un 45 % de la votación, Juan Manuel Santos uno de los delfines más inescrupulosos y entrenados de la oligarquía cipaya colombiana, y lo primero que propone es que la insurgencia se “autoderrote” sin estar derrotada. Se desarme sin necesidad, y se baje los pantalones sin recibir nada a cambio, o de lo contrario tendrán que atenerse a la más grande ofensiva militar gringa. Santos a quienes algunos convertidos y traidores a la causa popular, le han despuntado sus diente de hiena para volverlo un bienhechor y manso perrito san bernardo, que trae colgado en el cuello el barril de brandy con el que va a salvar a Colombia de la nieve gringa; guarda silencio a la propuesta que hiciera el comandante Cano para sentarse a conversar y encontrar una salida política al conflicto armado colombiano. Dice poco o nada, pero eso si pone a hablar a sus locutores y periodistas prepago, sobre la urgencia de aprovechar “el cuarto de hora que se acaba de abrir a la paz”.! Ahora o nunca!
Nadie sabe si aceptar como oficiales las condiciones de rendición que ha propuesto el corazón del converso Angelino con más puentes que la calle 26de Bogotá, o las del Sancho Panza chileno Insulza de la OEA, o las del envenenador Alfredo Rangel en la revista Semana, o las de la secretaria de Lleras Restrepo, Patricia Lara quien al parecer bien “dateada” por su antiguo amigo Juan Manuel, escribe la misma cantaleta de hace 40 años en su columna del Espectador.
Mientras tanto a “dios rogando y con el mazo dando”: Cómo no les funcionó el cuento del bombazo a la Luciérnaga de Caracol y nadie creyó en ese falso positivo achacado “presuntamente” a las FARC; entonces hoy vuelve y juega el mismo falso positivo de siempre, pero tan refrito como el “cuarto de hora de la paz”. Y las fuerzas oscuras que ahora están claras, pasan el parte militar del general Naranjo, que no dio en su momento sobre un “supuesto plan” para atentar con cañones contra al presidente Juan Manuel Santos en el centro de Bogotá. ¿ No dizque están exterminados y a tiro de As?
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
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