La ofensiva del fascismo en Francia:

ahora va por la "mendicidad agresiva" y otras medidas contra inmigrantes

La expulsión de gitanos y gitanas continúa su marcha, pero las medidas represivas no frenan ahí, se preparan nuevas normativas represivas que serán aprobadas por la Asamblea Nacional.

El ministro de Inmigración, Eric Besson, ha dado a conocer en el día de ayer una enmienda destinada a perseguir y sancionar firmemente la «mendicidad agresiva».

Al mismo tiempo detalló que se detectará a las personas que “representan una carga excesiva”» para el sistema de seguridad social francés, en franca referencia al “exceso” en la utilización de los servicios de salud por parte de lxs inmigrantes y demás beneficios sociales del estado francés.

Los proyectos de ley que serán presentados a la Asamblea Nacional el 27 de noviembre apuntan a personas que aprovechan el margen permitido de tres meses de permanencia para prolongar su estadía. "Los ciudadanos europeos no gozan de libertad de establecimiento ilimitada dentro de la UE", explicó Besson.

Por lo tanto -prosiguió- para permanencias superiores a los tres meses se requiere tener contrato de trabajo, visado estudiantil o demostrar suficientes medios financieros como sostén.
El cambio de legislación apunta a facilitar la repatriación de todo inmigrante que suponga "una carga insensata" al sistema social francés.

Estas medidas forman parte de la línea dura que ha iniciado hace tiempo el gobierno francés – línea marcada por la tesis del ministro de Interior, Brice Hortefeux- que justificó las expulsiones por razones de salubridad, delincuencia y ocupación ilegal de terrenos.

Ya se han anunciado nuevos partidas de aviones para el 14 y el 30 de septiembre destinadas a expulsar a la comunidad gitana de origen rumano y húngaro.

No obstante lo que pareciera ser un eje monolítico del gobierno francés, ha generado disidencias entre lxs integrantes del ejecutivo. De hecho, el ministro de Exteriores Bernard Kouchner, que cuenta con una amplia trayectoria en organizaciones de derechos humanos, admitió hoy que estuvo a punto de renunciar por esta controversia. Pero, claro, sus intentos de oponerse a las medidas fueron inmediatamente neutralizados por el presidente francés, ya que luego de una charla mantenida en su despacho, Bernard Kouchner declaró que era importante continuar con las expulsiones por el bien de Francia