lunes, 15 de noviembre de 2010

Colombia: infanticidios, Estrategia estatal del Terror, e impunidad

Niños violados y asesinados por el ejército colombiano: impunidad de la Estrategia  del Terror.

Por Azalea Robles

"(...) la masacre de mis tres hijos no la realizó un solo militar, ese crimen lo cometieron varios militares... hay 7 morrales cundidos de sangre, salivas y semen.” Álvaro Torres, padre de los niños.

El 14 de octubre, tres niños, de 6, 9 y 14 años, fueron secuestrados, violados y asesinados por soldados de la Decimoctava Brigada del Ejército colombiano. Este crimen ocurre en Arauca, zona particularmente rica de Colombia, que el Estado ha militarizado intensivamente con el fin de reprimir a la población descontenta del saqueo que perpetran varias multinacionales entre las cuales BP, Repsol, la Occidental Petroleum.


Los cuerpitos torturados de Jefferson Torres, Jimmy Torres y Jenny Torres fueron encontrados en una fosa común. Se ha encontrado sangre en los morrales de 7 de los 60 soldados de esa unidad del ejército, y semen en los cuerpitos acuchillados de los niños. Además al menos 8 militares presentan rasguños.

Se trata de un crimen realizado por unos hombres amparados por la impunidad y la costumbre a las prácticas del Terrorismo de Estado.

Los militares objeto de investigación: el teniente coronel Germán Belarcázar, el teniente coronel James E. Pineda, el mayor J. Alberto Granados, el subteniente Raúl Muñoz Linares, el sargento viceprimero Luis Giovanni Torrijos, y dos Cabos.(1) Pero ya son varios los intentos de la cúpula militar de dejar este crimen totalmente impune. Cabe recordar que la impunidad es parte del mecanismo del Terrorismo de Estado y por tanto son escasísimos los militares condenados en Colombia, y los pocos que han sido condenados lo son como “individuos descarriados”: señalados de“manzanas podridas dentro de la entidad militar”. Centenares de miles de víctimas esperan aún la condena a la entidad militar por sus Estrategias de Terrorismo de Estado.

La impunidad garantiza la continuidad de la Estrategia de Terrorismo de Estado

Es bajo la impunidad que la institución militar podrá seguir perpetrando la guerra sucia; por ello la cúpula militar incurre en declaraciones aberrantes:El general Navas indicó que el subteniente Raúl Muñoz habría cometido violaciones el 2 y 14 de octubre, pero que, según su confesión, “las dos relaciones fueron consentidas por las niñas”. El comandante del Ejército dijo que: “Todavía no hay un hecho que nos haga pensar sobre la responsabilidad directa”. (2)


La violación y asesinato de los niños ocurrió a 254 metros del campamento militar, y matar a los niños y cavar los huecos requiere tiempo y control del área, por lo cual la versión de las “manzanas podridas en el ejército” es inverosímil. (3)

Álvaro Torres, el papá de los tres niños, reclama justicia: "(...)la masacre de mis tres hijos no la realizó un solo militar, ese crimen lo cometieron varios militares... hay 7 morrales cundidos de sangre, salivas y semen… el delincuente Raúl Muñoz dice que él hizo uso de las dos niñas: de la de 13 años y de la hijita mía, pero ‘porque ellas aceptaron’… yo les pregunto a los señores de la fiscalía y a los militares, si sería que ella entonces estaría de acuerdo que la asesinaran a ella y a sus dos hermanitos, que eran mis queridos hijitos?" (4)

Pero pese a las evidencias, las instituciones pretenden hacer recaer toda la responsabilidad sobre un solo militar… Los mass-media, afectos al régimen militarista que gobierna Colombia, implementan la desinformación: vienen difundiendo múltiples montajes tendientes a lavar la imagen del ejército como institución, como lo escribe el periodista Miguel Suárez:

“un sofisticado proceso de lavamiento de imagen del descompuesto ejército colombiano se está llevado a cabo. Primero nos dijeron que eran un grupo de 8 los asesinos uniformados, que tenían arañazos que los niños en su desespero les ocasionaron (…) y muestras de sangre en sus mochilas. Luego vino un reciclaje de asesinos y nos dijeron que las muestras de sangre en las mochilas eran debidas a las comidas que ellos llevan en sus maletas, no entendí si nos querían decir que eran caníbales.”

Y continúa analizando la manera habitual en que los mass-media en Colombia crean ‘noticias’ para tapar los crímenes de Estado:

“En todo este proceso no podían faltar los ‘falsos positivos’, y llegó la ‘Buena Nueva’ de que en el departamento de Santander, el ejército de la oligarquía colombiana había ‘liberado’ a un niño de 10 años ‘recién secuestrado’ y nos mostraban a un niño que contaba como fue su “secuestro”, dándole las gracias el ejército “liberador”… pero se sabe que es práctica del ejército secuestrar y luego liberar para hacer montajes mediáticos cuando estos les hacen falta para tapar sus crímenes… De los supuestos secuestradores, como es habitual en los ‘falsos positivos’ nunca se nos dijo nada.”
 
Eliminar denunciantes mediante amenazas o a cómo de lugar; mientras que los mass-media operan
 
Por otra parte la cúpula militar ya ha comenzado el mecanismo de eliminación de denunciantes, tan común en sus prácticas (recordemos sólo 2 casos: los asesinados y torturados por denunciar la fosa de la Macarena, y los testigos asesinados en el caso San José de Apartadó). El General Rafael Neira comandante de la Brigada18 del Ejército, ya ha proferido declaraciones amenazantes contra los denunciantes de la violación y asesinato de los niños: trató al Presidente de la Comisión de Paz y DDHH de la Asamblea Departamental, diputado Ferney Tique y al Presidente del CPDH-Arauca Martín Sandoval, de “irresponsables, que debían demostrar sus calumnias ante los estrados judiciales” y dijo que “los campesinos están siendo manipulados por la guerrilla, para que denuncien al ejército”.(5)


Los mass-media callan la realidad de la comunidades campesinas y exponen el drama entre amarillismo y manipulación. Así, El Tiempo (propiedad de la familia Santos), nos dice, en su artículo ‘Las últimas horas de los tres niños asesinados en Tame, Arauca’: “Tampoco sentían temor, sabían que desde hacía una semana un grupo del Ejército estaba acampando a menos 500 metros de su casa.” Tratando de inducir al lector a pensar que los niños en Arauca no sienten ningún temor frente al ejército... nada más alejado de la realidad, pues las atrocidades cometidas por el ejército colombiano han sido particularmente bárbaras en Arauca, debido a la militarización intensiva de la región para reprimir a la población descontenta del saqueo que perpetran varias multinacionales.

Continúa elTiempo con la manipulación: “Llegar al sitio donde mataron a los niños no es fácil. Los propios moradores del lugar confesaron en voz baja el temor. "La semana pasada estuvieron por ahí los otros (las Farc) y nos da miedo (…)" (6). Así son los mass-media en Colombia: ante la evidencia de una atrocidad cometida por el ejército tratan de confundir, de difundir su propaganda… buscan eliminar la percepción y análisis de la realidad, buscan ocultar el Terrorismo de Estado.

Violaciones e infanticidios: armas de guerra sistemáticas del Terrorismo de Estado

Este crimen no es un caso aislado: donde se asientan las tropas del Ejército se han registrado múltiples casos de violencia sexual, muchos contra menores de edad, de manera sistemática y generalizada. Las represalias en caso de denuncia hacen callar a muchas víctimas; no obstante se conocen múltiples casos de violaciones a manos del ejército. Las denuncias de las comunidades campesinas, sin embargo, pocas veces llegan a ser publicadas en los grandes medios de comunicación.


Dentro de la guerra sucia adelantada por el Estado colombiano, la violación y el asesinato de menores son armas de guerra: en la medida que estos actos de Terror buscan paralizar a toda la comunidad aldemostrar quienes tienen poder de vida o muerte y actúan como propietarios de los cuerpos de los hijos de la comunidad: asesinos uniformados y salvaguardados bajo el manto del Estado que les brinda total impunidad, ya que la impunidad garantiza la continuidad del mecanismo de terror.

El Estado colombiano, pese a intentar presentarse como una “democracia”, adelanta una guerra del terror contra la población, ya sea mediante la fuerza pública o mediante sus agentes encubiertos (su herramienta paramilitar). El carácter sistemático y la gravedad de estas aberraciones contra los niños exigen claridad: estos crímenes no son una cuestión de “manzanas podridas en el ejército colombiano”, son parte de una Estrategia estatal de terror. Esta es la política guerrerista del gobierno colombiano, alimentado por Estados Unidos, con asistencia de Israel y de la U.E.

Atemorizar a la población: 3 mecanismos de la demostración del poder Estatal

Se trata de callar las reivindicaciones sociales de la población mediante la demostración del poder absoluto que tiene un Estado:


Primero: la violencia ejercida por militares que perpetran torturas, violaciones y asesinatos, de manera ‘coincidencialmente’ intensiva ante reivindicaciones sociales de la población…

Segundo: la impunidad otorgada a los militares por los estamentos judiciales, sella su poderío sobre la población…

Tercero: Para terminar de consolidar la demostración de poder, ocurre el lavado de los crímenes del ejército mediante la propaganda de los mass-media que enterrarán los crímenes de Estado bajo montañas de propaganda.

Mientras las violaciones a los derechos humanos continúan en Arauca a manos de la Decimoctava Brigada, la manipulación y mentiras continúan en los medios, alineados con la web del ejército. Dicha web, en su propaganda, relata así el supuesto amor que los niños tienen por el ejército: “(…)Allí los saludos y agradecimientos para los soldados salían de sus bocas sin mayores esfuerzos, dando de esta manera ejemplo a los mayores que en ocasiones olvidan el sacrifico de sus soldados (…)Mensajes iban y venían: “Hola soldado, donde quiera que estés cuídate mucho por favor, muchas gracias por cuidarnos… Saludos de una niña muy bonita” (…) dijo otra menor que con sus cortas palabras llenó de orgullo y compromiso los corazones de todos los soldados de la Decimaoctava Brigada.” (7)

Esta versión contrasta bastante con las últimas horas vividas por Jenny, Jimmy y Jefferson a manos de la Decimoctava Brigada… contrasta con el terror que ejerce el ejército en Arauca.

Los niños juegan y ríen. Los niños tienen una dulzura infinita. Los niños acarician de inocencia este maltrecho mundo… Pero el mundo los agrede. El sistema de acumulación de capital, basado en el saqueo de los recursos naturales y la explotación del ser humano asesina a los niños. Los priva de educación al convertir la educación en una mercancía, los priva de alimentación al convertir la alimentación en un negocio macabro, los priva de salud al convertir la medicina en otro negocio, los desplaza de los campos, los mata de hambre…

Colombia: ejemplo por antonomasia de lo que causa el capitalismo

Colombia es un país desgarrado: es el ejemplo por antonomasia de lo que causa el capitalismo y de cómo se mantiene en pie un sistema tan criminal. En Colombia mueren anualmente 20.000 niños por desnutrición.


Mientras se difunde la mentira de un gobierno de Santos más “moderado” que el de Uribe, la realidad habla por sí sola. El exterminio del pueblo colombiano a manos del Estado continua: la misma semana en que Jenny, Jimmy y Jefferson fueron violados y asesinados, varias organizaciones de DDHH denunciaron al gobierno de Santos por el asesinato de 22 defensores de derechos humanos en los primeros 75 días de gobierno. Y el 10 de noviembre fue publicado otro informe:
 50 líderes políticos y sociales han sido asesinados en los 90 primeros días del Gobierno de Santos (8).
Asimismo fue detenida y torturada una defensora de derechos humanos, una de las principales denunciantes de la mayor fosa común de Latinoamérica
(9): Marisela Uribe García, embarazada de 5 meses, quien perdió a sus 2 bebés debido a la tortura sufrida a manos del Estado Colombiano (10).
Y fue asesinada una líder de desplazados (Polo).
Y fue asesinada la educadora Ligia González (6 de noviembre).Y fue asesinado otro niño por el ejército el 5 de noviembre (11). Y el 26 de octubre 2010 fue asesinado otro sindicalista, víctima del paramilitarismo auspiciado por la multinacional Drummond, con él ya son 40 los sindicalistas asesinados en Colombia en el 2010.
(12)Colombia es el país más peligroso del mundo para ejercer el sindicalismo, el 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo son asesinados en Colombia a manos de la herramienta paramilitar del Estado y multinacionales, o directamente a manos de la fuerza pública (13). Los maestros, estudiantes, periodistas, sociólogos, líderes agrarios, ambientalistas, abundan en las cárceles y en las listas de desaparecidos.

El Estado colombiano persigue, encarcela y asesina a todo aquel que ose adelantar un pensamiento crítico en Colombia. Con la estigmatización del pensamiento crítico el régimen colombiano mantiene encarcelados a 7.500 presos políticos (14), muchos de ellos en condiciones de tortura extrema (OMCT).
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