Por Víctor L. Bachetta
El informe entregado por Aratirí al gobierno uruguayo para la construcción de cinco minas de hierro a cielo abierto en el centro del país mantiene indefiniciones e incoherencias en puntos clave, pero la estrategia de aprobación de la minera no consiste en brindar amplia información sino sólo lo necesario en los niveles de decisión política, eludir los debates con la oposición social y dejar que las autoridades locales se ocupen de convencer a la población
En el segundo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por Aratirí ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), la minera dice basarse en el Estudio de Factibilidad Definitiva (DFS, Definitive Feasibility Study) recientemente finalizado y que constituye el documento disponible con mayor avance sobre el Proyecto Valentines. Reconoce, sin embargo, que las definiciones de ingeniería de este informe "no superan lo que sería el 30% de lo que será la ingeniería de detalle para el proyecto ejecutivo".
Sin perjuicio de este hecho, Aratirí estima que "el grado de definición en los componentes que hacen al desempeño ambiental del Proyecto es suficiente como para habilitar un proceso de evaluación ambiental sólido y completo". Y al grado de indefinición en un 70% lo considera "una inmejorable oportunidad para que el proceso de evaluación le incorpore valor ambiental" al conjunto del proyecto. De esta manera, la empresa le está diciendo a los evaluadores del gobierno: "digan lo que hay que hacer que nosotros lo ponemos".
Esa introducción del EIA es un anticipo de la manera poco clara y hasta incoherente como se presentan, no ya detalles, sino cuestiones clave del proyecto. Vamos a desarrollar tres de esos aspectos. El primero y fundamental: cuáles son las reservas de mineral que hay en la zona, es decir, de qué riqueza estamos hablando. El segundo: cuáles serían las superficies afectadas directamente por el proyecto y cómo. Por último, íntimamente asociado a los anteriores aspectos, cuántos años de vida útil tendrían las minas de la empresa Aratirí.
.Reservas de hierro reales
A lo largo del siglo pasado, la presencia de mineral de hierro en la zona de Valentines fue estudiada en forma bastante exhaustiva. Las conclusiones a las que se llegó, expuestas en el libro "Recursos Minerales del Uruguay", de Jorge Bossi y Rosa Navarro (Versión 2000), fueron de unas reservas posibles de 60 millones de toneladas de mineral de hierro, con un tenor de 35,5% del metal en peso, para perforaciones hechas entonces de 150 metros de profundidad. Las reservas que maneja Aratirí son mucho mayores.
"Los recursos del Proyecto Valentines exceden de 600 millones de toneladas (Mt) con una ley de hierro promedio de 28% Fe, permitiendo estimar un potencial de expansión del recurso a un total de 1500 a 2.000 Mt. La meta del estudio de factibilidad es definir aproximadamente 1.000 Mt de recursos", dice el EIA. Aratirí justifica esa diferencia que multiplica por 30 las cifras precedentes en haber perforado hasta 400 metros de profundidad y en haber encontrado un gran yacimiento en la zona de Las Palmas, al norte de Valentines.
Con esos datos en el EIA entregado a la Dinama, la minera dice que "el Proyecto Valentines está diseñado para producir y exportar aproximadamente 18 millones de toneladas por año (Mt/a) de concentrado de hierro durante aproximadamente 20 años". Pero he aquí que el sitio Web de Aratirí presenta cifras que duplican las del EIA. Si se suman y se comparan las cifras de mineral y de estéril a extraer en cada lugar, la diferencia es del 100%
En el mismo sitio Web, la minera afirma haber comprobado "la existencia de 2.500 millones de toneladas de recursos", con lo cual agrega que "el volumen verificado de los yacimientos existentes y de los nuevos descubiertos por Aratirí es 40 veces superior a lo que se conocía." A su vez, si vamos al sitio Web de Zamin Ferrous, la empresa dueña de Aratirí, las reservas estimadas de mineral son mayores aún. Allí dice que el Proyecto Valentines tiene "Recursos potenciales totales estimados de 4 a 5 mil millones de toneladas con +/-27% de Fe". (ver en www.zaminferrous.com/index.php/en/operations/2011-08-10-12-21-11/valentines)
Mientras tanto, el gerente general de Aratirí, Fernando Puntigliano, se permite declaraciones como estas: “este conocimiento geológico hace viable un proyecto que el país intentó durante décadas. Ahora sabemos que los yacimientos son un inmenso recurso que si se gestiona con responsabilidad intergeneracional podría impulsar muy fuertemente el desarrollo del país mediante la diversificación de su matriz productiva”. Es simple desinformación, porque el Proyecto Valentines está determinado por factores externos y no nacionales.
¿Cómo se explican variaciones de tal magnitud en las reservas de mineral declaradas por la empresa que son las que definen la viabilidad y la rentabilidad del proyecto? Y ¿cuál es la actitud del gobierno y de los partidos que están analizando las condiciones económicas bajo las cuales se aceptaría este proyecto en el país? Aunque Aratirí no ha revelado hasta hoy la validez de sus cifras ni se ha hecho una auditoria independiente a tal efecto, el gobierno y algunos sectores políticos parecen convencidos de que "hay hierro empila".
En efecto, ante la Comisión Multipartidaria creada por el Poder Ejecutivo, altos funcionarios del Ministerio de Economía han tomado sin discusión cifras de Zamin Ferrous como la de 5.000 Mt de reservas de mineral Algunos representantes de la oposición política admiten también que, por un "golpe de suerte", Aratirí podría tener realmente esas reservas.
Impactos sobre el territorio
Según el EIA de Aratirí, la geometría de las minas en su configuración final sería la siguiente: Uría, 3 km de largo, 600 m de ancho y 350 m de profundidad; Morochos, 800 m de diámetro y 350 m de profundidad; Mulero, 1,4 km de largo, 700 m de ancho y 200 m de profundidad; Maidana, 1,4 km de largo, 500 m de ancho y 300 m de profundidad; y Las Palmas, 4 km de largo con un ancho efectivo de 1 km y una profundidad de 380 metros.
Si calculamos matemáticamente la superficie de la boca de los cráteres y las sumamos, da lo siguiente: Grupo Valentines (180 + 50 + 98 + 70 = 398 ha) y Las Palmas (400 ha), un total de 798 hectáreas. Sin embargo, en el mismo EIA, en el Tomo I, Capítulo 3 sobre Localización y Área de Influencia del Proyecto, en la Tabla 3.2, se sostiene que el área ocupada por las minas será de 522 ha. Esta cifra es reiterada en la página Web de Aratirí, donde dice: "La extensión de tierras afectadas a las minas será de aproximadamente 500 ha"(sic).
En este aspecto, los cálculos del periodista Javier Zeballos coinciden con los nuestros. En uno de sus artículos escribió lo siguiente: "si sólo se toman en cuenta los hoyos de extracción, sumando las cinco minas planificadas, suman 800 hectáreas" (J.Z., 16/9/11). El Artículo 103 de la Ley 15.242, Código de Minería, dice: "La concesión para explotar fijará la extensión del área que se ampara, entre el mínimo compatible con una explotación racional y un máximo de 500 hectáreas". ¿Será un arreglo para no caer en ilegalidad?
El segundo tema polémico en relación con las superficies afectadas por el Proyecto Valentines se refiere al área ocupada por todos los componentes de la actividad extractiva. Además de los hoyos, incluye pilas de estériles, presas y canales de desviación de cursos de agua originales, plataformas de trituración, caminos y cintas transportadoras, planta de concentración, reserva de agua bruta, embalse de relaves y, por último, la franja de amortiguamiento, que es la zona donde no podrá permanecer ninguna otra actividad humana y productiva.
Por lo pronto, hay una diferencia significativa entre la propuesta anterior de Aratirí y la actual. El primer EIA decía que esos componentes ocuparían unas 11.500 hectáreas y en el segundo esa superficie es de 14.505 ha. La nueva franja de amortiguamiento consideró una envolvente de 1.500 m del borde de las minas, 200 m del borde de pilas de estériles, planta, represas y embalse, y 50 m del borde de cintas. A pesar del aumento en unas 3.000 hectáreas, informes del propio EIA muestran que esta zona de amortiguamiento es insuficiente.
Según el estudio de la consultora Coffey Geotechnics Ltd. del Reino Unido, incluido en los Anexos del EIA, el descenso de la napa freática por la extracción de agua de las minas sería mayor a un metro a una distancia entre 3.000 y 6.000 metros del borde del cráter y la zona de contaminación por infiltración del suelo en torno al embalse de relaves y la reserva de agua bruta sería de 3.000 metros desde el borde de las instalaciones. La nueva zona de exclusión propuesta es menos de la mitad de la mínima distancia calculada por Coffey.
Estos son sólo los impactos sobre la napa freática y la contaminación del suelo, sin los efectos del ruido de las explosiones, los gases tóxicos y el polvo que viajan a decenas de kilómetros adicionales. Esto parece no entenderlo Zeballos cuando lo califica de "exageración" o "mala fe". Y llegamos al tercer tema debatido sobre el territorio afectado, que algunos decimos que llegaría a las 120.000 hectáreas y los defensores del proyecto sólo toman las áreas ocupadas por las instalaciones mineras o lo reducen absurdamente a los cráteres.
El área de influencia directa del proyecto, según el EIA, "abarca toda la zona vinculada al potencial minero identificado por la empresa, la cual está definida por los padrones sobre los que posee permisos de prospección y exploración, en una superficie aproximada de 120.000 ha." Hay diferencias obvias entre áreas de explotación, prospección y exploración, pero no considerar afectadas social y económicamente a estas últimas, que son retenidas por Aratirí, soslaya el juego especulativo de la minería, muy acentuado en este caso.
La estrategia de aprobación
Y, en estrecha relación con lo anterior, llegamos a la duración estimada por los autores de la propuesta. Según un cronograma incluido en el EIA: "La operación se propone un horizonte de aproximadamente 20 años, aunque este período podría eventualmente extenderse en función del desarrollo del proceso productivo, otras áreas adicionales de explotación, y las condiciones de mercado". Pero en otras partes dice que son 12 años de producción.
En efecto, en la tabla donde se presenta el mineral de hierro a ser extraído, las cinco minas diseñadas suman 764 millones de toneladas que, a un tenor del 28% y un ritmo de 18 Mt por año, representan 12 años de producción. A la vez, la descripción del Capítulo 4 dice que "el estudio de factibilidad reciente ha definido que el proyecto tendrá una vida útil de 12 años" y explica que hablan de 20 años por las contingencias posibles en todo proyecto similar.
La estimación en base a 12 años se ajusta a recomendaciones de los cursos internacionales de minería para el Diseño de Proyectos Financieros. Por ejemplo, en un curso de la Universidad de Columbia Británica se dice que:"Una vida útil muy por encima de 10 años no mejora el Valor Neto Actualizado (NPV) del proyecto". Y agrega que es poco probable que una mina con una vida más larga pudiese funcionar eficazmente sin capitalización adicional y, por lo tanto, las previsiones de flujo de caja para los años posteriores sería muy subjetiva.
Ahora bien, si se comparan estas cifras con las páginas Web de la empresa, están hablando, por un lado, de una extracción de 1457,5 Mt de mineral, lo que daría para casi 23 años de operación. Y, por otro lado, cuando dicen que han evaluado reservas 40 veces mayores de las conocidas, la producción de las minas podría superar los 70 e ir hasta los 90 años, como llegaron a declarar en cierto momento a la prensa uruguaya. Tantas indefiniciones y cambios inducen a pensar que la clave no está en estos informes y sus eventuales ajustes.
La cuestión central es si el gobierno, el sistema político y la sociedad uruguaya, en conjunto, están dispuestos a aprobar este tipo de explotaciones mineras en el país. Y para resolver este problema, la minera aplica una estrategia de información selectiva y de desinformación a la sociedad sobre los alcances del proyecto. Esta apreciación ha sido confirmada ahora por un informe de la consultora uruguaya Cifra incluido entre los Anexos del EIA.
"¿Cuál es la estrategia más apropiada para "vender" el proyecto Aratirí a los locales?", se pregunta Cifra al final de su estudio (Anexo N.2 ELB Socio). Y responde:
? "Informar sólo lo necesario a las personas que necesitan saber, en lugar de comunicar masivamente mensajes que pueden ser malinterpretados por públicos alejados.
? "No involucrarse en discusiones con grupos opositores (porque eso aumenta su visibilidad y transforma críticas muchas veces infundadas en una batalla de "ellos" -la empresa extranjera- contra "nosotros" -los uruguayos "de a pie").
? "Dejar que las autoridades públicas "jueguen su papel" y vendan el proyecto => porque las autoridades tienen la legitimidad que les otorga su cargo y sobre todo la legitimidad que les da "no ser parte del proyecto"(sic).
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