El Qhapaq Ñan o Camino de los Qhapaq, es un camino que une ciudades que están ubicadas longitudinalmente a lo largo de la cordillera de los Andes.
Siguiendo la Huella
Este camino pre-inka que tiene una dimensión aun no precisada en todo el continente sudamericano, tiene además del “camino de pie” que es lo mayormente conocido, otras características y valores que es necesario analizar.
María Sholten, matemática holandesa radicada en el Perú descubrió hace algunos años que existe una línea recta de ciudades Inkas y pre-Inkas, ubicadas geográficamente a lo largo de una diagonal a 45° del eje Norte-Sur.
La pregunta que surge es ¿Quiénes construyeron estas ciudades en una “línea” de centenares de kilómetros? ¿Cómo lo hicieron?, y sobre todo para qué?
Indagando sobre el término “Qhapaq”, o “Qhapaqkuna”, que serían los constructores y a la vez “caminantes” de esta ruta real, de este “camino recto” de ciudades del mundo andino, podemos ir indagando por algunas respuestas a las preguntas formuladas. “K’APAH” o “KKHÁPAKK” en el diccionario Quechua-Castellano del Padre Lira, significa CABAL, EXACTO, JUSTO, y que subraya luego con otro término del runa simi: “K’APAH KAY” que significa “condición o calidad de lo que es exacto”; con lo que obvia argumentar mas sobre el carácter del alineamiento a 45° del eje norte sur.
Basados en esto, apuntamos nuestra hipótesis: Qhapaq Ñan significaría Ruta o Camino de los Justos, de los Cabales, o de los Nobles y Santos, puesto que en el idioma Puquina (ancestro del Quechua y Aymara), “Khapaj” significa: santo, noble.
Complementando nuestra hipótesis, diremos que allí a lo largo de la cordillera de Los andes, tenemos una especie de TAO andino (valga la innoble comparación).
Como se sabe el Tao asiático, como disciplina paradigmática de la filosofía oriental, significa “camino” en el entender vulgar, o “sentido” en el habla culta de los filósofos chinos. Podemos resumir en que Tao es el sentido o camino del encuentro del hombre consigo mismo, con su verdad. Con mucha razón la descubridora del Qhapaq Ñan se pregunta. ¿Imataq Cheq’ari?, o ¿Qué es la verdad? O lo que es lo mismo: ¿En nuestra cultura andina, porqué la diagonal es el camino de la verdad? Y aquí la pregunta fundamental de este texto:
¿Es el Qhapaq Ñan la gran ruta que nos indica el conocimiento de la sabiduría indígena de América?
¿Es la Qhapaq Kuna la escuela de sabiduría de los Andes?
¿Para qué se hizo aquel magistral alineamiento de ciudades?
¿Qué utilidad práctica tenía?
Lo que sí sabemos, porque han quedado incólumes las grandes piedras labradas de los Intihuatanas, es que a lo largo del Qhapaq Ñan en cada una de estas ciudades y Templos, están aún estos megalitos magistralmente tallados “donde se ata al sol”. Dado que la inclinación del eje de la Tierra cede con el tiempo, cierto que lentamente, pero cede, y siendo el Qhapaq Ñan un gran alineamiento de “intiwatanas”, es lícito preguntarse: ¿Era usado como un sistema para monitorear el ángulo de incidencia del sol sobre la tierra?
Y no podemos dejar de pensar en: ¿Cuánto tardará en inclinarse lo suficiente para que se de la vuelta el mundo? Para un hombre de la cultura andina encontrar la respuesta a esta última pregunta, es algo muy importante, pues el significado del vocablo Quechua “Pachakuti” es “se voltea el mundo”. Y la mitología y leyendas andinas quechuas y aymaras están llenas de mensajes sobre “desastres cósmicos” cíclicos llamados “Pachakutis”.
Si observamos el actual desorden climático y ecológico que se agrava cada año, podemos calcular y temer lo que va a suceder si el eje del mundo se inclina algunos minutos o un grado más.
¿Será inevitable un próximo Pachakuti que destruya o deteriore la vida sobre la tierra?
Y por último para desplegar mas elementos que nos ayuden a sustentar nuestras respuestas:
¿Es el Qhapaq Ñan un sistema para monitorear EL EQUILIBRIO DEL MUNDO Y DE LA VIDA?
¿Es el Qhapaq Ñan una herramienta práctica y teórica o «sistema de vínculo», para mantener el equilibrio del hombre con la mujer, y de estos con el mundo y la vida o existencia?
Busquemos pues, respuestas satisfactorias desde la coyuntura misma de la lucha de nuestros pueblos por la recuperación y el mantenimiento del “orden andino”, que es en sí mismo el equilibrio del mundo y de la existencia que se sintetiza en el principio del Allin Kausay o Sumac Qamaña, cuyo significado en castellano es espléndida existencia, o simplemente, el “vivir bien”
¿Imaninantataq Sumaq Kausay?
¿Qué significa pues, el ‘vivir bien’?
¿Tendrá la sabiduría indígena alguna alternativa para parar y ponerle fin a esta senda apocalíptica occidental capitalista?
El Allin Kausay, ‘esplendida existencia’ o ‘ vivir bien’, es un principio importante de la disciplina o ‘modo de vida’ andino-amazónico, que se inicia con el Allin Ruay, o el ‘hacer bien’ las cosas, es decir, ‘hacerlas realmente’ y para esto se precisa que cada cosa surja o ‘devenga’ de un equilibrio de pares proporcionales. (...) estas paridades son concretas y reales y no pueden ser comparables a las reduccionistas y “maniqueas abstracciones” del “bien y el mal” o de “la verdad y la falsedad”, que es el mecanismo perverso con el que la cultura “Ch’ulla” occidental intenta apropiarse de la historia del planeta a través del monopolio del “bien y la verdad”, intentando inútilmente eliminar de esta forma los pares complementarios de la realidad y de la vida, que son siempre ‘yanantin’ y es lo que produce “el existir real” de las cosas en movimiento, como la vida, el buen clima, la paz, la armonía, el trabajo, etc.; en cambio también puede surgir la des-proporción o desequilibrio de los pares y este es un deterioro del Allin Kausay que es lo que crea situaciones en des-equilibrio, pero no por eso ‘malas’, las enfermedades, las tempestades, el dolor, el desempleo, etc., es decir todo aquello que nos produce desequilibrio, malestar y dolor.
El ser humano comprendiendo este comportamiento del medio natural, propicia entonces el llamado “equilibrio h’ampi” que es el arte de saber encontrar el ‘justo medio’ según el momento y la circunstancia, en este complejo juego o trama de fuerzas pares que predeterminan cualquier situación del ‘kausay’ o ‘existir’. No esta demás señalar que en este ‘hacer bien las cosas’, el ‘punto medio’ entre los pares de fuerzas no es lo mismo que el ‘justo medio’, aquí en las culturas indígenas, debe haber un equilibrio entre los criterios cuantitativos, pero también cualitativos, que es lo que diferencia a la lógica indígena de la occidental que es una lógica prioritariamente cuantitativa, lo cual deviene de su paradigma de origen en ‘la unidad’ y no en ‘la paridad’ que es el paradigma indígena. Así el criterio de verdad no se da por dogmas idealistas como es la costumbre del occidente, pero menos por la simple práctica, sino por la búsqueda y el encuentro del ‘equilibrio h’ampi’
De esta forma el equilibrio pleno para el Allin Káusay es producto del justo medio entre el ‘sentir y el pensar’ lo que produce un ‘actuar pleno’ o Allin Ruay, y en donde el criterio de ’verdad’ (es una diagonal o Ch’ekkalluwa ) es la conciencia plena del momento y la circunstancia del Allin Káusay o ‘esplendida existencia’ como buen producto del sentir y pensar en un actuar equilibrado y consecuente; o dicho en andino: en un actuar complementario y proporcional. Esta es la “filosofía” simple de nuestra cultura andina, mas difícil es practicarla, pero no es tanto cuando se aprende desde niño, a no dar un solo paso en falso, como es el ‘andar de los Qhapaq’.
Párrafos y Frases extraídas de Qhapaq Ñan
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