LA AMENAZA ISLAMISTA La experiencia europea
LA AMENAZA ISLAMISTA La experiencia europea
Un rapero desafía el plan alemán y suma miles de fans
Las letras de Deso Dogg laminan la eficacia del programa para prevenir el integrismo
Un grupo de musulmanes se manifiesta en Berlín durante un congreso de un movimiento de extrema derecha alemán.REUTERS
«Mi vida es un desastre, cada día al levantarme... se empeñan en probarme, siempre solo aquí en la calle... prefiero la muerte, porque no es tan estresante... ¡me cago en este mundo! ¡me cago en este mundo!». Casi cualquier joven de Berlín ha escuchado este rap deDeso Dogg, nombre artístico de Denis Mamadou Gerhard Cuspert.
Nacido en el barrio de Kreuzberg en 1975, lleva más de 15 años llenando conciertos y discotecas. «Sucios y corruptos son los amos, los canacos gobiernan Alemania, niñas del este vendidas por dos pavos, mientras todos ellos miran a otro lado». Su ansia de rebelión cristalizó a partir de 2012 en una radicalización de su fe musulmana y hoy es uno de los alrededor de 350 jóvenes alemanes que están combatiendo en Siria a favor de los yihadistas, mientras su voz sigue sonando en la radio: «¡Me cago en este mundo donde todo gira en torno al dinero!».
Durante más de año y medio, Cuspert ha estado bajo vigilancia de los agentes de la Oficina de protección Constitucional y su vivienda ha sido registrada al menos en una ocasión, durante una redada ante radicalismo islámico. Pero sin haber cometido delito alguno, nada le ha impedido viajar libremente a Turquía y desde allí llegar a Siria. Vestido para la guerra santa y enarbolando un fusil de repetición, cuelga desde allí vídeos en Youtube en los que expresa su felicidad por estar ahora en el lado «correcto» y en los que estiliza la guerra civil siria hasta presentarla convertida en una lucha romántica islamista. Y esos vídeos son casi tan seguidos como las reproducciones de sus letras de rap («corruptos y ladrones llevan esto... yo no quiero vivir en el infierno... dios me ve y sabe que soy bueno... lucharé y seré su ángel negro»).
Deso Dogg tiene más de 100.000 seguidores en internet. Es un ídolo para la mayoría de miembros del foro de Facebook Islamiscerh Staat Berlin (Estado Islámico Berlín) y un interrogante sin respuesta para una sociedad occidental democrática y próspera a la que sus jóvenes se le escapan entre los dedos. «El movimiento yihadista cubre para muchos jóvenes alemanes necesidades de las que nuestra sociedad ha dejado de ocuparse. Les proporciona sentido, aspiraciones de justicia, sentimiento de pertenencia a un grupo e identidad. La llamada a la violencia prende más o menos dependiendo de la estructura de la personalidad de cada uno, de la socialización, pero está claro que les falta una orientación que nosotros no hemos sabido darles y que encuentran en el radicalismo», explica la responsable delPrograma Hayat, Claudia Dantschke.
El rapero islamista Deso Dogg, en internet. EL MUNDO.
Hayat en árabe significa vida. Inspirado en el programa Exit para rescatar a jóvenes alemanes de las garras ideológicas de la extrema derecha, funciona desde 2011 y se centra «en la desradicalización de la juventud musulmana en Alemania» por medio de campañas publicitarias y asesorías especializadas a familias que observan con horror como sus hijos son atrapados por el salafismo.
«Muchos casos nos llegan a través de los padres. El trabajo preventivo es muy importante, después a menudo es demasiado tarde. Hemos visto incluso familias, parejas jóvenes con niños que se van convencidos de que son importantes para crear una nueva sociedad», relata Dantschke.
Un centenar de casos han pasado ya por este programa. En 30 ó 40 de ellos se ha logrado un «avance significativo hacia la desradicalización». En 12 de los casos los jóvenes han desistido de ir a Siria y la mitad de ellos ya había estado allí tomando parte en los combates. Esos son los casos más difíciles. «Los que vuelven de Siria se dividen en dos tipos, los que han permanecido en campamentos, una especie de vacaciones armadas, que llegan dispuestos a hacer la guerra santa aquí en Alemania, y los que de verdad han estado en combate. Esos vuelven decepcionados o traumatizados y se convierten en figuras valiosas que nos ayudan a contar lo que hay detrás de la propaganda yihadista», desvela, sin olvidar que 10 alemanes han muerto ya combatiendo en Siria.
Dos mil europeos luchan en Siria y, según el Ministerio de Interior alemán, son «un peligro mortal». «Soy explosivo como una granada de mano, soy de Berlín y atentaré aquí, hermano», sigue el rap.
Fuente: www.elmundo.se
Un grupo de musulmanes se manifiesta en Berlín durante un congreso de un movimiento de extrema derecha alemán.REUTERS
«Mi vida es un desastre, cada día al levantarme... se empeñan en probarme, siempre solo aquí en la calle... prefiero la muerte, porque no es tan estresante... ¡me cago en este mundo! ¡me cago en este mundo!». Casi cualquier joven de Berlín ha escuchado este rap deDeso Dogg, nombre artístico de Denis Mamadou Gerhard Cuspert.
Nacido en el barrio de Kreuzberg en 1975, lleva más de 15 años llenando conciertos y discotecas. «Sucios y corruptos son los amos, los canacos gobiernan Alemania, niñas del este vendidas por dos pavos, mientras todos ellos miran a otro lado». Su ansia de rebelión cristalizó a partir de 2012 en una radicalización de su fe musulmana y hoy es uno de los alrededor de 350 jóvenes alemanes que están combatiendo en Siria a favor de los yihadistas, mientras su voz sigue sonando en la radio: «¡Me cago en este mundo donde todo gira en torno al dinero!».
Durante más de año y medio, Cuspert ha estado bajo vigilancia de los agentes de la Oficina de protección Constitucional y su vivienda ha sido registrada al menos en una ocasión, durante una redada ante radicalismo islámico. Pero sin haber cometido delito alguno, nada le ha impedido viajar libremente a Turquía y desde allí llegar a Siria. Vestido para la guerra santa y enarbolando un fusil de repetición, cuelga desde allí vídeos en Youtube en los que expresa su felicidad por estar ahora en el lado «correcto» y en los que estiliza la guerra civil siria hasta presentarla convertida en una lucha romántica islamista. Y esos vídeos son casi tan seguidos como las reproducciones de sus letras de rap («corruptos y ladrones llevan esto... yo no quiero vivir en el infierno... dios me ve y sabe que soy bueno... lucharé y seré su ángel negro»).
Deso Dogg tiene más de 100.000 seguidores en internet. Es un ídolo para la mayoría de miembros del foro de Facebook Islamiscerh Staat Berlin (Estado Islámico Berlín) y un interrogante sin respuesta para una sociedad occidental democrática y próspera a la que sus jóvenes se le escapan entre los dedos. «El movimiento yihadista cubre para muchos jóvenes alemanes necesidades de las que nuestra sociedad ha dejado de ocuparse. Les proporciona sentido, aspiraciones de justicia, sentimiento de pertenencia a un grupo e identidad. La llamada a la violencia prende más o menos dependiendo de la estructura de la personalidad de cada uno, de la socialización, pero está claro que les falta una orientación que nosotros no hemos sabido darles y que encuentran en el radicalismo», explica la responsable delPrograma Hayat, Claudia Dantschke.
El rapero islamista Deso Dogg, en internet. EL MUNDO.
Hayat en árabe significa vida. Inspirado en el programa Exit para rescatar a jóvenes alemanes de las garras ideológicas de la extrema derecha, funciona desde 2011 y se centra «en la desradicalización de la juventud musulmana en Alemania» por medio de campañas publicitarias y asesorías especializadas a familias que observan con horror como sus hijos son atrapados por el salafismo.
«Muchos casos nos llegan a través de los padres. El trabajo preventivo es muy importante, después a menudo es demasiado tarde. Hemos visto incluso familias, parejas jóvenes con niños que se van convencidos de que son importantes para crear una nueva sociedad», relata Dantschke.
Un centenar de casos han pasado ya por este programa. En 30 ó 40 de ellos se ha logrado un «avance significativo hacia la desradicalización». En 12 de los casos los jóvenes han desistido de ir a Siria y la mitad de ellos ya había estado allí tomando parte en los combates. Esos son los casos más difíciles. «Los que vuelven de Siria se dividen en dos tipos, los que han permanecido en campamentos, una especie de vacaciones armadas, que llegan dispuestos a hacer la guerra santa aquí en Alemania, y los que de verdad han estado en combate. Esos vuelven decepcionados o traumatizados y se convierten en figuras valiosas que nos ayudan a contar lo que hay detrás de la propaganda yihadista», desvela, sin olvidar que 10 alemanes han muerto ya combatiendo en Siria.
Dos mil europeos luchan en Siria y, según el Ministerio de Interior alemán, son «un peligro mortal». «Soy explosivo como una granada de mano, soy de Berlín y atentaré aquí, hermano», sigue el rap.
Fuente: www.elmundo.se
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