jueves, 4 de noviembre de 2010

Colombia: El genocidio de la UP en Cien años de soledad

Notas de Juan Cendales

Retomando a los descendientes del coronel Aureliano Buendía

Cuando en Colombia se habla de la Unión Patriótica la gente suele decir "ah, sí. La UP. Si, los matron a todos".ah, sí. Nadie se puede imaginar que alguien haya podido sobrevivir al exterminio decretado desde las alturas del poder contra una organización política que en las elecciones de 1986 tuvo el atrevimiento de mostrarse como una alternativa al poder de los partidos tradicionales.

Que la gente la viera como una opción de cambio en un país históricamente gobernado por solo dos partidos, el liberal y el conservador. Y que fuera, además, una esperanza de paz luego de más de treinta años de guerra.
Ahora vamos para más de cincuenta.

 La UP había nacido producto de los acuerdos de paz más esperanzadores que ha tenido Colombia durante sus tantos años de guerra. Nació para afianzar la paz negociada y para servir de puente por el que los guerrilleros amnistiados transitaran hacia la lucha política legal y civilista.

Pero los enemigos de la paz y amigos de los viejos y rancios privilegios de la Colombia feudal decretaron su exterminio. Más de cinco mil de sus mejores dirigentes fueron asesinados. Centenares fueron ilegal y arbitrariamente encarcelados. Miles fueron desplazados forzosamente y varios centenares no tuvieron otra alternativa que buscar protección a sus vidas en el exterior como refugiados políticos.


Con cierta premonición veinte años atrás, en 1966, Gabriel García Márquez, en su obra Cien años de soledad, refleja en el asesinato sistemático de los descendientes del coronel Aureliano Buendía, lo que sería el exterminio de la Unión Patriótica.

El coronel Aureliano Buendía después de más de treinta y siete guerras perdidas firmó la paz con el gobierno y se quedó esperando toda la vida a que le enviaran el dinero de la pensión que le habían prometido.
El dinero nunca llegó. Los que llegaron fueron los asesinos que mataron uno a uno a su prole. “En el curso de esa semana, por distintos lugares del litoral, sus diecisiete hijos fueron cazados como conejos por criminales que apuntaban al centro de sus cruces de ceniza”.(cien años de soledad)

Una semana antes un niño de siete años había manchado de helado el uniforme de un policía al servicio de los gringos de las bananeras quien colérico lo hizo picadillo a machete y decapitó al abuelo que pretendió defenderlo.

 “Un día de de estos, gritó, voy a armar a mis muchachos para que acaben a estos gringos de mierda”. Habría dicho el coronel. Los mataron a todos.
Una contra revolución preventiva.
 Como lo fue el Genocidio de la UP, de A Luchar, de gente de Esperanza paz y Libertad y de la dirigencia sindical y popular en la Colombia de los ochenta.

Los fundadores y principales dirigentes de lo que fue la Unión Patriótica parecen tener la misma suerte marcada que los hijos del coronel Aureliano Buendía. A muchos de los que sobrevivieron al genocidio quieren decapitarlos jurídicamente y enviarlos a prisión.

Uno de ellos es Davida Ravelo Crespo

David milita en las filas comunistas desde hace varias décadas en el caliente puerto petrolero de Barrancabermeja. Pueblo de una larga historia de luchas sindicales y populares. Allí David participó de la fundación de la Unión Patriótica. Fue concejal y también personero municipal. Es activo defensor de derechos humanos y es miembro del comité central del Partido Comunista Colombiano.
También hace parte de la Coordinadora Nacional de Víctimas del Genocidio contra la Unión Patriótica.

 Hace unos 20 años estuvo preso por dos años como consecuencia de un montaje judicial. Durante todos estos años su vida ha estado pendiendo de un hilo. Ha sido el político más amenazado del puerto. Para medio protegerse hace algunos años decidió arrendar una casa exactamente al lado de la estación central de policía.

Ahora David ha sido nuevamente encarcelado.

Un paramilitar lo acusa de haber ordenado hace diez años el asesinato de un candidato a la alcaldía de la ciudad. Proceso judicial infame, miserable y criminal. Proceso que hace parte de la estrategia oficial para seguir con el aniquilamiento de la oposición. De la misma manera han pretendido judicializar a varios dirigentes comunistas y a La líder liberal Piedad Córdoba al igual que a periodistas independientes, defensores de derechos humanos, activistas por la paz y dirigentes sindicales.

La solidaridad con David Ravelo es hoy componente central en la lucha por las libertades, la democracia y la vida en Colombia.

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