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En carne propia hemos sabido valorar, no solamente como periodistas, sino por el apoyó y respaldo incondicional de Bertha y COFADEH, El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, organización valiente que ha dirigido desde la década -80, en momentos de hostigamientos y persecuciones después del golpe de estado militar en Honduras.
Más de 10.000 denuncias ha recibido COFADEH después el 28 de junio de 2009 de hondureños y hondureñas, victimas por el Terrorismo de Estado que fue convertido en política de estado después de esa fecha fatal para el pueblo hondureño. Se han dirigido justamente a COFADEH, sabiendo que en esas incansables mujeres y hombres que no descansan después a las 16.00 horas entre lunes-viernes, sino que trabajan hasta la noche y los fines de semanas para responder a los gritos de auxilio de un pueblo que sufre pero lucha para la dignidad humana y una Refundación de su Nación.
Supimos de la noticia la misma noche cuando fue victima por una emboscada el dirigente sindical Pedro Elvir, presidente nacional del Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia, SITRAPANI. Fue seguido por una moto con dos hombres y disparado cuando llegó a su casa. Se tiró al piso y afortunadamente salió ileso. Una de las columnas más grandes de la marcha de hoy en las calles de Tegucigalpa por parte de los sindicatos en protesta del insulto de aumento de salario mínimo, fue justamente la de SITRAPANI, liderada por Pedro Elvir.
Ilustra el estado de derecho en que se encuentra el pueblo de Honduras.
Mientras el Comité Nóbel en Oslo entrega sus premios a genocidas, honra la Cancillería holandesa de entregar un premio a una verdadera luchadora que lo merece, Bertha Oliva, que en un primer comentario valoró la desición del gobierno holandés y que el premio lo comparte con su pueblo, el Pueblo de Francisco Morazán.
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