viernes, 5 de noviembre de 2010

Uruguay: La diferencia entre un "País Natural" (o Republiqueta Bananera), y un pais Desarrollado.

Sabemos que para muestra basta un botón.



Pero antes les recuerdo que en el Gobierno anterior nuestro exministro de MGAP (Ing. Ernesto Agazzi), ante la queja de los tamberos de más de 500 hectáreas que no podían acceder al subsidio por la sequía, este les aconsejaba, que para financiarse plantaran 200 o 300 hectáreas de soja.


O tal vez recuerden como Los Grobo (Reyes de la Soja), agradecían al mismo ministro el posibilitar la construcción de un Silo libre de impuestos en Tacuarembo.


He aquí un botón, dos noticias sobre el mismo tema en cada uno de los tipos de países
*. Ha, y esto es hoy.
En el “Pais Nautal”:


Uruguay - Mayoría de las semillas sembradas de soja y maíz es transgénica


Casi 80% de las 1.2 millones de hectáreas ocupadas por la agricultura en Uruguay están sembradas con soja y maíz. Según la estatal Dirección de Estadísticas Agropecuarias y la privada Cámara Uruguaya de Semillas, la totalidad de la soja y al menos el 80% del maíz son transgénicos, es decir, son organismos genéticamente modificados (GM).


Fecha : 28.10.2010
Fuente :Agromeat

Lostransgénicos, introducidos a fines del siglo XX por la multinacional Monsanto y extendidos durante la presente década por la acción de grandes productores y empresas agrícolas argentinas, están directamente asociados con el uso abusivo de agrotóxicos de grave impacto contaminante del agua, los suelos, las plantas y los animales, y con incidencia sobre la salud humana.



La ecologista María Isabel Cárcamo, de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL), recuerda que la primera semilla transgénica que ingresó a Uruguay, en 1998, fue de soja.

“Ahí comienza el uso masivo de los agrotóxicos: glifosato, paraquat, endosulfán, todos altamente contaminantes y prohibidos en muchos países”, afirma.

En el 2003 llegó el maíz genéticamente modificado en dos variedades forrajeras y una dulce, para consumo humano.

La reglamentación sobre la introducción de transgénicos está enmarcada por el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología –tratado internacional que rige la transferencia, manejo y uso de organismos vivos modificados genéticamente-, vigente en Uruguay desde el 2003, pero todo lo referido al tema está inmerso en un mar de irregularidades. Las entidades oficiales encargadas de hacer cumplir las normas ambientales actúan sobre estos dos productos sólo en cuanto a su uso forrajero y nada dicen, en cambio, sobre el consumo humano del maíz dulce, que se vende al público desde el 2004 pese a no estar registrado por el Instituto Nacional de Semillas.

Contaminación por polinización

Cárcamo alerta sobre las dificultades que se plantean con el manejo de los transgénicos y, cuando se trata de maíz, por el tipo de polinización que realiza esta especie. Un estudio de la estatal Universidad de la República reveló que “tres de cada cinco casos con potencial riesgo de interpolinización –mezcla de polen de variedades diferentes- dieron como resultado la presencia de transgenes en la especie no genéticamente modificada”. Esto quiere decir que la vecindad de cultivos GM y no GM provoca contaminación cuando coinciden los tiempos de floración.

Tanto para los investigadores como para los ambientalistas esta realidad, mezcla del descontrol y de la problemática que plantea el manejo de los transgénicos, hace necesaria la apertura de un debate sobre la “coexistencia regulada” entre vegetales GM y no GM, reglamentada en el 2008.

Según la Red Amigos de la Tierra, la política de coexistencia regulada no toma en cuenta los eventuales impactos para la salud humana, las amenazas para el medio ambiente, la relación de los transgénicos con la agricultura tradicional, natural y orgánica y los mecanismos de información al consumidor, de ahí que ésta deba ser revisada.

Por Andrés Gaudin ADITAL
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En unpaís desarrollado, tal vez sea el menos desarrollado según opinión de varios:



La superficie de maíz transgénico desciende en España por segundo año consecutivo


Agricultores, ecologistas y consumidores solicitan a la nueva Ministra un cambio radical en la política del Gobierno sobre transgénicos.


Fecha : 29.10.2010
Fuente :Agromeat

La superficie cultivada con maíz modificado genéticamente en España ha descendido en 2010 por segundo año consecutivo. Según asegura el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) se habrían cultivado 67.726 ha, lo que supone un descenso del 11% respecto a 2009. El cultivo de este maíz transgénico, que está prohibido en 10 países de la Unión Europea, ha provocado ya graves impactos en nuestro país. Amigos de la Tierra, CECU, COAG, Ecologistas en Acción y Greenpeace solicitan a la nueva Ministra un cambio radical en la política del Gobierno, apostando por la aplicación del principio de precaución, prohibiendo el cultivo de maíz transgénico en España.


Por segundo año consecutivo se registra un descenso de la superficie cultivada con maíz transgénico, según los datos publicados por el MARM [1]. Estos datos muestran un creciente rechazo hacia este tipo de agricultura, siendo el descenso especialmente acusado en las regiones donde este cultivo está mas extendido, como Aragón o Cataluña. El descenso en la superficie, y el estancamiento del porcentaje de maíz transgénico respecto al maíz total cultivado en España, coincide con el incremento de la oposición social a la presencia de transgénicos en agricultura y alimentación y a las cada vez más contundentes evidencias sobre sus impactos.

Sin embargo, hay que lamentar que estos datos ofrecidos por el Gobierno son los que le proporciona la industria, al no existir en España un registro de parcelas que cultivan maíz transgénico como exige la reglamentación europea, una muestra más de la absoluta falta de transparencia y control sobre este tema por parte del MARM. La situación llega a límites tan absurdos que en la web del MARM se pueden encontrar dos cifras totalmente distintas de superficie de maíz transgénico en 2010, en función si el cálculo se hace por Comunidades Autónomas o por provincias [2].

España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. Mientras, países como Austria, Alemania, Italia, Bulgaria, Grecia, Hungría, Luxemburgo, Polonia o Francia han optado por prohibir su cultivo basándose en evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, la imposibilidad de evitar la contaminación genética de otros cultivos y sus incertidumbres sobre la salud.

En España, el cultivo de este maíz ha supuesto graves impactos y daños sobre la agricultura convencional y la ecológica, como la práctica desaparición del cultivo de maíz ecológico en las zonas donde se ha extendido el cultivo de transgénicos; la pérdida del mercado de gluten de maíz convencional; la práctica imposibilidad de producción de piensos ecológicos; el incremento de costes de producción a los agricultores y ganaderos que no quieren utilizar transgénicos; la contaminación de las semillas convencionales o la contaminación generalizada de alimentos a la venta sin que se informe de ello al consumidor [3].

El cultivo de este maíz transgénico por un número muy reducido de personas está generando costes inasumibles para el conjunto de la agricultura, la industria alimentaria, los derechos de los consumidores, el medio ambiente y la salud pública. Por todo ello, y tras la pésima gestión de Elena Espinosa en esta materia, Amigos de la Tierra, CECU, COAG, Ecologistas en Acción y Greenpeace solicitan a la nueva Ministra un cambio radical en la política del Gobierno, apostando por la aplicación del principio de precaución y prohibiendo el cultivo de maíz transgénico en España.

Ricardo Carrera
Blog: http://apiculturauruguay.blogspot.com/























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