Informe de Revista Médica Cubana
La salud ambiental ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la rama de la salud pública que se ocupa de las formas de vida, las sustancias, las fuerzas y las condiciones del entorno del hombre, que pueden ejercer influencia sobre su salud y bienestar. Este concepto incluye a las otras personas como parte del entorno de un individuo.
El concepto de salud ambiental, por tanto, está íntimamente ligado a los de medio ambiente, ecología y riesgo. Entendemos por medio ambiente el conjunto de todas las condiciones externas e influencias a las cuales un sistema está sometido. La ecología es el estudio de las relaciones entre los organismos vivos (sistemas bióticos) y entre estos y su medio ambiente. La Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, celebrada en Alma Atá en 1978, definió entre las prioridades nacionales con vistas a alcanzar la Salud Para Todos, cuestiones tales como el mejoramiento del medio ambiente humano, expresado mediante el abastecimiento de agua potable, la creación de sistemas de evacuación de desechos, la lucha contra la contaminación del aire y el mejoramiento de la vivienda y el saneamiento básico.
El nivel de salud ambiental está íntimamente ligado al grado de desarrollo socioeconómico, por lo que los problemas más graves se presentan en los países del llamado Tercer Mundo, aunque los desarrollados tampoco están exentos de situaciones que inciden sobre la salud de su población. En una publicación de AIDIS a finales de la pasada década se señalaba que en las zonas urbanas de Asia, África y América Latina.
Repercusión del grado de desarrollo en la situación de salud
El grado de desarrollo tiene, por tanto, una determinada repercusión en la situación de salud, al estar expuesta la población a los factores de riesgo físico, químico, biológico y psicosociales presentes en cada caso. Así vemos como en las regiones con un bajo nivel de desarrollo socioeconómico hay un predominio de las enfermedades transmisibles y carenciales, con una alta morbilidad y mortalidad general, la expectativa de vida al nacer es baja y la mortalidad infantil alta. Otra muy diferente es la situación en los países desarrollados: predominio de las enfermedades crónicas no transmisibles y los accidentes, menor morbilidad y mortalidad general, esperanza de vida alta y bajos índices de mortalidad infantil.
Problemas ambientales globales
En los dos últimos siglos el impetuoso desarrollo tecnológico ha propiciado la transformación de las condiciones de vida del hombre, lo que ha favorecido la reducción de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida al nacer. Como consecuencia de ello la población mundial se ha multiplicado varias veces y se incrementaron el gasto de energía, la producción de alimentos y la necesidad de bienes de consumo en general. La contaminación ambiental, la deforestación, el surgimiento de las megalópolis y otros fenómenos se han convertido en un problema para la humanidad.
Contaminación ambiental y lluvia ácida
La actividad humana envía diariamente a la biosfera miles de toneladas de residuos que se incorporan a los ciclos biogeoquímicos. Muchas de estas emisiones sufren una rápida degradación, en particular en los climas tropicales, pero otros persisten y circulan a través de las distintas cadenas tróficas. A éstos se les añaden los residuos sólidos urbanos e industriales no biodegradables.
Desde la década de 1940-1950 la cantidad de productos químicos que afectan el ambiente ha seguido una tendencia constante al incremento, como producto de su uso en la agricultura (pesticidas, fertilizantes y otros), como subproducto de procesos industriales y por el incremento de su empleo en el hogar (detergentes, pulimentos y otros). Muchos de estos productos constituyen elementos de riesgo potencial para la salud humana y los ecosistemas. El riesgo se incrementa por los accidentes que pueden ocurrir en sus distintas fases, desde la producción hasta el almacenamiento, transporte, uso y disposición final.
La contaminación ambiental no reconoce fronteras. La circulación de las masas de aire, los ríos y las corrientes marinas son los encargados de su traslado.
La lluvia ácida es un grave problema en América del Norte, ya que las industrias de Estados Unidos contaminan la atmósfera, y la precipitación de ácidos, azufre, plomo y otros tóxicos afecta extensos bosques, así como áreas de cultivo y lagos en Canadá. También se registran grandes afectaciones en la zona central de Europa por contaminación transfronteriza.
Las industrias que generan residuales peligrosos en sus procesos productivos son fundamentalmente: la del petróleo, la química (en especial las plantas de fertilizantes y pesticidas), la farmacéutica, la minera y metalúrgica, las de armamentos, y también la industria textil, papeleras, tenerías, la alimentaria (destilerías y roneras), electrónica, mecánica, galvánica y otras.
En las últimas décadas se han producido de modo accidental vertimientos de sustancias químicas a la atmósfera, mares y ríos, que han constituido verdaderas catástrofes ecológicas.
Deforestación y pérdida de la biodiversidad
La historia de la deforestación en América Latina comenzó con la llegada de los colonizadores al continente. La abundancia de sus bosques posibilitó la explotación de madera para la construcción de las naves que trasladarían las riquezas a la metrópoli. Con posterioridad, el área boscosa se continuó explotando con diversos fines, como la construcción de nuevos asentamientos humanos, el desarrollo de la agricultura y como áreas de pastos para la creciente ganadería.
La explotación se fue incrementando progresivamente con el decursar de los años y el crecimiento de la población. La era de la revolución industrial, con el ferrocarril, demandó un alto consumo de leña como combustible para las máquinas de vapor. Finalmente la industria papelera se convirtió en una de las más fuertes consumidoras de bosques.
Los biólogos señalan que la extraordinaria biodiversidad de la región está determinada por varios factores, entre ellos la juventud geológica y la heterogeneidad ecológica de Latinoamérica y el Caribe. Hay estimaciones que permiten afirmar que la región es el área florísticamente más rica del mundo, con unas 180 000 especies vegetales, mientras que la diversidad zoológica, que ha sido menos estudiada, se supone también muy rica, en concordancia con la diversidad de la flora.
A pesar de esta riqueza, la explotación de los bosques y la destrucción de hábitat naturales es de gran magnitud, con el fin de abrir nuevas tierras a cultivos precarios o para la ganadería extensiva, lo que da lugar a pérdida de la biodiversidad, desconociendo su verdadera capacidad y las posibilidades aún no estudiadas para la obtención de productos de alto valor.
Conviene recordar además, que los bosques tropicales cumplen funciones ambientales de extrema importancia, como son: regular las lluvias, controlar la erosión, actuar como fuentes de producción de oxígeno y como sumideros de dióxido de carbono.
La explotación forestal debe ser realizada sobre la base de garantizar la repoblación. Se estima que la explotación de madera en América Latina y el Caribe, hace desaparecer unos 50 000 km 2 de bosques al año.
Como se conoce, el potencial económico y científico de la biodiversidad de América Latina y el Caribe permite nuevos desarrollos en la industria, la agricultura y la medicina. El 40 % de todos los fármacos utilizados en la actualidad tienen un origen vegetal. Por otra parte, la alimentación mundial básica depende de unas veinte especies vegetales. La utilización de material genético de especies silvestres ha tenido gran importancia en incrementar los rendimientos y la resistencia a plagas en el maíz, la papa y el arroz. La hibridación de la planta de tomate con una variedad silvestre encontrada en Perú permitió ganancias por más de 8 millones de dólares anuales a la industria conservera de Estados Unidos.
La urbanización inadecuada como factor de riesgo para la salud
La concentración de la población, la industria y el transporte automotor en zonas urbanas ha producido un desequilibrio ecológico con grave afectación a la higiene del ambiente. En los grandes centros metropolitanos se manifiesta una tendencia al incremento incontrolado de la población y a la ubicación de grandes complejos industriales sin que, en la mayoría de los casos, respondan a planes físicos de desarrollo urbano.
El grado de urbanización avanza a un ritmo mayor que el progreso en la industrialización y la modernización social. En consecuencia, la creación de nuevos empleos en las ciudades resulta insuficiente para enfrentar el crecimiento general de la población y la migración del campo a la ciudad. De este modo, se asiste a la aparición e incremento de una población marginada (fenómeno social característico de casi todos los países en desarrollo), en detrimento de las condiciones de vivienda, esparcimiento, saneamiento básico, transporte y otros servicios públicos.
El proceso de urbanización en los países subdesarrollados se asocia, como es conocido, al desarrollo industrial no planificado en las grandes ciudades y sus zonas de influencia geográfica. Se estimula el crecimiento económico mediante la industrialización, pero generalmente no hay la debida atención a evitar sus secuelas negativas mediante.
Informe de Resvista Médica cubana (leer completo)
www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202009/vol5%202009/tema16.htm
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