La confirmación de la barbarie

El viernes pasó lo que todo el país sospechaba y que el gobierno federal se negaba a comunicar la posibilidad -porque aún no se tiene plena certeza de que los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Bustos, de Ayotzinapa, Guerrero, desaprecidos el 26 de septimbre, estén muertos muertos. 
El Procurador, Jesús Murillo Karam, finalmente salió el viernes a dar información completa sobre el destino de los estudiantes, que en tan sólo seis semanas ha cambiado la imagen de México ante el mundo y causado la movilización social más grande, según algunos expertos, desde 1968.   
Nadie quiere que este crímen se convierta también en una tragedia política, pero el hecho de que la confirmación se diera horas antes de que el Presidente Enrique Peña Nieto iniciara un viaje internacional a China y Australia, despertó inmediatamente suspicacias, incluso entre los padres de los normalistas.  
Durante las movilizaciones que se realizaron durante las últimas semanas para demanda la aparición de los estudiantes, la constante fue la señal que se trataba de un crímen de Estado, acusación a la que salió al paso Murillo Karem al afirmar que era "un caso típico de desaparición forzada, no un crímen de Estado. Iguala no es el Estado mexicano" 
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