Argentina: La topadora como política para los pobres

San Francisco, Bs As

“Nosotros no queremos correr a nadie y, en ningún momento, se intimidó a nadie. La pala mecánica fue para limpiar el lugar. La gente de otra provincia sólo puede vivir en la ciudad dignamente, entonces, al no acreditar trabajo no los podes dejar a vivir ahí. A los que no son de San Francisco se le dio una cierta suma de dinero y se le compró un pasaje para que se vuelvan a su provincia”, comentó sin ruborizarse a CbaNoticias, Alejandra Bardra, concejal del Partido Justicialista de la ciudad del este provincial.
Ocurre que saliendo de la ciudad, por avenida Maipú, con destino a tomar la ruta nacional 158 rumbo a Morteros, comenzaron a afincarse en asentamientos sumamente precarios, de lona y plásticos, algunas familias oriundas de esa ciudad y, también, emigrantes de otras provincias del norte del país.

Los funcionarios del municipio, con la costumbre de mantener la imagen de progreso y orden, decidieron ayer una drástica medida. Trasladar una pala mecánica para la “limpieza del lugar” y proponer el “retorno voluntario” a sus provincias de las personas de otras regiones mientras que, a los de San Francisco, se habría dado un supuesto alquiler de una habitación.

Luis Casas, director general de Acción Social, indicó que al vivir en “malas condiciones, sin sanitarios, ni electricidad ni agua, se determinó que no podían continuar en el lugar”.

“En cada asentamiento habían levantado carpas precarias y comprobamos que había gente del norte de Santa Fe, uno del Chaco y otros dos de Misiones, a quienes se sumó otro asentamiento de personas de San Francisco”, mencionó el funcionario.

Entonces, no tuvieron mejor respuesta, que resolver “que quienes no eran de nuestra ciudad, procuren un sitio adecuado aquí o que regresen a sus lugares de residencia”. Corrieron ciudadanos argentinos de la ciudad por su situación de pobreza.

Si no fuera por los vecinos nadie se enteraba

Los vecinos del lugar rápidamente convocaron a los medios y empezaron a dar el aviso a los polítivos opositores.

"Al costado de la avenida Maipú, frente a los barrios de quintas residenciales, se han venido haciendo asentamientos de gente, bastante tapados por los espinillos ya que desde la ruta no se ven bien.
Esta gente vive en unas condiciones precarias totales. Frente a la peña boquense hay una familia alojada en las vías del tren, con una lonita armaron como una chozita y viven ahí, casi al aire libre”, describió Maité Ferrero, concejal del Frente Cívico y Social de origen radical. “Más cerca de la rotonda -agregó- había varios grupos en cuatro casillitas, con la presencia de una mujer embaraza, en una de ellas”.

En respuesta, presentó por el bloque del Frente Cívico “un proyecto dirigido a la Secretaría de Salud y Desarrollo Humano del municipio para que actuaran protegiendo a este gente que está viviendo en condiciones infra humanas”.

Todos coinciden en que algo debía hacerse por las condiciones de inhabitabilidad, el problema surge en cómo se actúa, cuál es la respuesta.

El temor del oficialismo -contó Alejandra Piasco, vocera de prensa del municipio- es que “si a estas personas les iba bien, se podían llegar a venir otras personas más y, de acá a un mes, podíamos tener veinte o treinta personas y el tema iba a ser más complicado”.

La ejecución del plan

“Los vecinos pidieron que nos hiciéramos presente porque había una topadora para barrer con todo. Nos vamos urgente ahí. Estaba la topadora arriba de la línea de árboles donde estaba esta gente, ya habían una logrado pasar arriba de dos casillas. Quedó ropa en los alambrados, la bicicletas quedaron afuera, la gente se fue corriendo. Y en la última casilla, estaba la mujer embarazada aterrorizada”, relató la concejala juecista.

Maité Ferrero reiteró: “La gente tiene miedo, se han ido. Los han sacado de apuro, no los han reubicado, no les han dado una respuesta”.

Daniela Bustamante está embarazada y, junto con su pareja, lograron mantener su humilde vivienda en pie. Contó que en una de las viviendas dormían 4 hombres que trabajaban en un campo, habían dejado ropa tendida y la máquina cortó la soga, cayéndose en el suelo. Cuando volvieron, estos hombres se fueron despavoridos.

Muchos de los que vivían en esas “chozas” lo hacían porque el trabajo obtenido no les alcanzaba para costear un alquiler.

San Francisco, ciudad próspera por el auge de la industria y de la soja, evidencia señales de la injusta distribución de la riqueza. Ésta se reluce entrando en los barrios periféricos como las 200, las 800, Frontera, Barrio Parque, y puedo seguir con la lista. Pero en ellos, la pobreza extrema es menor, muchos son planes de vivienda.

Por lo pronto, la ciudad se debate entre las falsa opción de cercar el ingreso de pobres de otras provincias que buscan un futuro más promisorio o brindar una respuesta acorde a las necesidades de los seres humanos. Porque somos todos ciudadanos argentinos, ¿no?

Triste semejanza

Hace ya más de 30 años, en la última dictadura militar, se llevó a cabo una erradicación compulsiva y violenta de la villa 31 mientras se repetía incansablemente que “los argentinos somos derechos y humanos”. Los habitantes fueron expulsados en camiones fuera de los límites de Capital Federal. A los extranjeros se los llevó –por la fuerza- hasta la frontera. Luego, el plan de erradicación compulsiva de la Villa 31 fue frenado por un juez en 1979.

La ola privatizadora del menemismo, junto con el alto olfato para los negocios espurios, conllevó a una serie de intentos de “reubicación voluntaria” de los habitantes de los codiciados terrenos para nuevas contrucciones inmobiliarias. El macrismo, en estos días, tampoco reniega de sus deseos inmobiliarios.

Hoy, increíblemente, en San Francisco, al este provincial, la semejanzas estremecen. Los terrenos donde habitan estos iniciales asentamientos “afean” la zona residencial de barrio Maipú, presente del otro lado de la ruta, quitándoles valor. Además, están en proceso de loteo para nuevos barrios esos terrenos. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Un botón de muestra de la renovación política

Sin embargo, no todo está perdido porque “El peronismo que viene”, slogan de la campaña iniciada por Martín Llaryora, intendente de San Francisco, traerá la prosperidad ansiada para la provincia. En una última declaración radial agregó: “Consideramos que el PJ tiene que ir renovando su dirigencia. Tiene al gobernador Juan Schiaretti y al ex mandatario José Manuel de la Sota. Se necesita seguir posicionando a nuevos dirigentes. Los cargos los irá dando el tiempo. Por ejemplo, nuestro espacio podría proponer a Juan Manuel Cid como candidato a intendente de Córdoba”, señaló el intendente sanfrancisqueño.

Aunque la renovación política se diera generacionalmente en el PJ, está claro que en cuanto a política social, más que aires nuevos renacen pensamientos conservadores orientados a esconder la pobreza lejos de nuestra visibilidad. “Nosotros somos peronistas y sabemos como tratar a los pobres”, expuso con vehemencia la concejala justicialista Brarda, en sintonía con la medida tomada y enfurecida más aún por la oposición política del Frente Cívico. De esto, no nos caben dudas que es así.

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