
“Su situación en la cárcel es trágica y dolorosa”, dijo su abogado Ramiro Orjuela Aguilar, al denunciar ayer la violación de los derechos humanos de su defendido, acusado como presunto autor responsable del ataque con explosivos y disparos al colectivo de la empresa Translaboyana, que provocó la muerte de seis pasajeros y heridas a igual número, el 7 de mayo de 2000.
“En las audiencias sigue siendo esposado de manos, pies y cintura con cadenas y grilletes”, declaró el profesional del Derecho. Advirtió que es llevado a la sala con un dispositivo que descarga energía para paralizarlo. “Le ponen un equipo electrónico que si se moviliza le descarga un voltaje que lo paraliza. Además no tiene libre movimiento para mirar sus documentos y expedientes”, explicó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario