El partido de Abás aclama que la decisión de Israel de incluir a la tumba de Rajel y
Mearat HaMajpelá (tumba de los patriarcas) en la lista que forma parte del plan de rehabilitación de 150 sitios históricos de la herencia judía y sionista, tendrá su influencia sobre el componente religioso del conflicto entre israelíes y palestinos.
Desde Fatah declararon que esta movida es parte de un intento del gobierno de Netanyahu por arruinar los esfuerzos internacionales por resumir las negociaciones de paz".
Netanyahu fue citado diciendo que la tumba de Rajel, cerca de la ciudad de Belén y Mearat HaMajpelá, sitio sagrado tanto para judíos como para musulmanes, en Hebrón, serán parte del plan.
Actualmente, la tumba de Rajel es resguardada por soldados del ejército y rodeada por una cerca. En la tumba de los patriarcas, la seguridad es bastante estricta también, desde el incidente en 1994 en el que un colono judío disparó y mato a 29 musulmanes, antes de ser golpeado a muerte.
"Esta violación es particularmente peligrosa porque suma un aditivo al conflicto religioso, de una manera que puede traer graves consecuencias", dijo desde Ramala un portavoz del presidente palestino.
Tras una reunión con su Gabinete, Netanyahu defendió la iniciativa al asegurar que "nuestra existencia no sólo depende del Ejército y de nuestra resistencia económica, (sino que también) está anclada en el sentimiento nacional que ofreceremos a las generaciones venideras y nuestra habilidad para justificar nuestra conexión a la tierra".
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