Eva Golinger
Desde Holanda, amenazan Guerra con Venezuela
Caracas*
A la víspera de la primera visita del Primer Ministro de Rusia Vladimir
Putin a Venezuela y la firma de acuerdos para incrementar las capacidades de
defensa del gobierno venezolano, Washington mueve sus piezas para recuperar
su dominación militar en la región.
Mientras que Venezuela se prepara para recibir a Vladimir Putin, quien viene
a concretar varios convenios que incluyen a la entrega de helicópteres Mi-17
y la adquisición de 92 tanques rusos T-72 y el lanzamisiles múltiple Smerch,
el portaaviones estadounidense “USS Carl Vinson” anda por las costas de
Perú, realizando maniobras conjuntas con la Fuerza Aérea y la Armada
peruana. El portaaviones USS Carl Vinson – el tercer buque más grande del
Pentágono – está acompañado por una flota de ataque, compuesta por varios
buques de asalto, destructores, componentes aéreos y helicópteres
anti-submarinos.
Aunque voceros del Pentágono han afirmado que Washington realiza estas
maniobras militares en la región de forma rutinaria, la presencia militar
estadounidense ha ido incrementando de manera alarmante en el hemisferio
desde el año 2006, cuando Venezuela entró en una relación en materia de
defensa con Rusia.
Fue en aquel momento que el gobierno de Estados Unidos clasificó a Venezuela
como un país “que no colaboraba suficientemente con la lucha contra el
terrorismo” e impuso una prohibición de venta de armamento y equipos de
defensa al país suramericana. Como consecuencia, el gobierno de Hugo Chávez
tuvo que buscar otros socios que no estaban sujetos a las presiones de
Washington. Venezuela, país entonces dependiente de Estados Unidos en
materia de defensa, tenía dos opciones: dejar que sus Fuerzas Armadas se
debilitaran y el país se quedara sin capacidad de defensa, o encontrar otros
países no subordinados a la agenda de Washington que también poseían la
capacidad tecnológica para satisfecer sus necesidades de defensa.
Hasta la fecha, Venezuela ha comprado armas rusas por un total de 4.000
millones de dólares, y mantiene proyectos en materia de energía y
transferencia technológica con el gobierno de Rusia, que buscan estrechar
las relaciones entre dos mega productores de petróleo y gas.
*MAS BASES MILITARES DE EEUU EN LA REGIÓN*
El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, ha anunciado una
visita a Brasil en abril para concretar planes de crear en Río de Janeiro
una base militar conjunta para “vigilar el tráfico de drogas en la región”.
La base, que formará parte de un eje entre Estados Unidos, Portugal y
Brasil, cubrirá la zona del Atlántico Sur y sirivirá para la cooperación
multinacional “contra el tráfico de drogas y el terrorismo”.
La semana pasada, el Embajador de Washington en Colombia, William
Brownfield, reveló que su país ya estaba firmando acuerdos militares con dos
otros países latinoamericanos. Brownfield se negó a revelar los nombres de
los dos países con los cuales, según él, “ya estaban listos” los acuerdos
que permitirán una expansión militarista de Estados Unidos en la región.
Un acuerdo militar entre Colombia y Washington causó graves preocupaciones
en la región cuando fue anunciado el año pasado. Además de permitir la
ocupación de siete bases militares en Colombia, el acuerdo también autoriza
a Washington el uso de todo el terroritorio colombiano para realizar
operaciones militares. Un documento oficial de la Fuerza Aérea de Estados
Unidos de mayo 2009, explicaba que Washington necesitaba asegurar la
presencia en Colombia para realizar operaciones militares de “amplio
espectro” por toda Suramérica, y para “combatir la constante amenaza…de los
gobiernos anti-estadounidenses en la región”. El documento también explicaba
que a través de las bases militares en Colombia, las Fuerzas Armadas
estadounidensens “mejorarán su capacidad de ejecutar una guerra expedita” en
la región.
También fue concretado a finales de 2009 un acuerdo entre Washington y
Panamá para establecer 11 bases militares operativas para “luchar contra el
narcotráfico”. Estados Unidos ocupaba la base aérea Howard en Panamá hasta
el año 1999, cuando finalizó el contrato militar entre los dos países. En
lugar de abrir otra base militar grande en la región, y con la excusa de
luchar contra el narcotráfico, Washington optó por establecer varias lugares
de operaciones de avanzada (Foward Operating Location “FOL” en inglés) en El
Salvador (Comalapa), Ecuador (Manta), Aruba y Curazao. En 2009, todos los
contratos para estas bases militares fueron renovados menos en Ecuador. No
obstante, la presencia militar de Estados Unidos en Manta fue facilmente
trasladada a Colombia apenás con la firma del nuevo acuerdo con Washington.
Estas bases permiten a Estados Unidos un alcance regional a nivel aéro y martítimo.
*HOLANDA PREPARA GUERRA CON VENEZUELA*
Las bases de Washington en Aruba y Curazao, islas que forman parte del Reino
de Holanda, han sido utilizadas durante los últimos años para intimidar y
provocar a Venezuela. Entre visitas de portaaviones, submarines nucleares,
aviones de guerra y miles de tropas y fuerzas especiales estadounidenses,
éstas pequeñas islas – apenás kilómetros de la costa venezolana - han caído
en medio de un conflicto creciente entre Washington y Venezuela. Al mismo
tiempo, el gobierno holandés ha promovido una campaña contra el gobierno de
Hugo Chávez, intentando demostrar que Venezuela tiene planes de invadir a
las islas neerlandesas (Aruba, Bonaire y Curazao).
El gobierno venezolano ha rechazado tales acusaciones de manera contundente.
No obstante, uno de los periódicos más leídos en Holanda, *De Telegraaf*,
hoy publicó un artículo titulado “Venezuela amenaza con guerra”, que
revelaba que, “El Departamento de Defensa de Holanda está seriamente
considerando que el país podría entrar en guerra con Venezuela debido a sus
intenciones de acercar a las antillas neerlandesas”.
Holanda, aliada cercana a Washington y miembro de la OTAN, ha permitido la
expansión militarista de Estados Unidos en Aruba y Curazao durante los
últimos años para intentar contrarrestar la influencia regional de
Venezuela. También, luego del trágico terremoto en Haití en enero pasado,
Washington ha aprovechado de la situación para enviar más de 20 mil tropas
al Caribe, acompañadas por equipos militares de última technología.
Las creciente presencia militar de Estados Unidos en América Latina
evidencia las intenciones de recuperar su poder y dominación en una de las
regiones más ricas en recursos estratégicos del mundo.
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