“Mátenlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos”.
Tal fue la respuesta de Amau Amalric, abate del Cister y comandante de las tropas del Papa, cuando se le consultó qué hacer con los prisioneros albigenses de la ciudad de Béziers, puesto que además de herejes vivían en ella muchos cristianos.
Ahí fueron asesinados en 1209 todos los habitantes de la ciudad, que para esa época de la Edad Media, tenía 20 mil habitantes. No quedó uno vivo, pues hasta los niños recién nacidos fueron asesinados para que la herejía albigense no dejara descendientes
El bárbaro criterio de Almalric es el que esgrimen sin ningún dolor humano ni propósito de enmienda, los “lideres” de una mafia mundial, que encabezada por el presidente de Estrados Unidos Barack Obama, está bombardeando y asesinado al pueblo libio.
Genialidades asesinas, como la de aquel Amalric del Siglo XII, salen igual ahora de los labios fríos e inexpresivos de Obama, como una lección de comportamiento heredada de otros presidentes gringos asesinos, Truman, Roosevelt, Nixon, Johnson, Kennedy, Reagan y Bush. Recordemos como éste último, después del 11-S, lanzó al mundo su consigna bestial “O están con nosotros o contra nosotros”, son terroristas y deben ser exterminados. Y así comenzaron otros genocidios, que esta dándole réditos de muerte y de rico petróleo a los Estados Unidos.
Ahora, con el pretexto de matar al líder y libertador de Libia, Muammar El Gadhafi, se apoderarán de la Jamahiriya y de sus riquezas, no importa cuantos libios deben matar Obama y sus secuaces.
Y pensar que Barack Obama, este caballerete moreno y estirado ostenta el Premio Nobel de la Paz… Y ya lleva en su conciencia el mantenimiento de dos guerras y una más que ha comenzado contra Libia. Más apropiado es llamarle Premio Nobel de la Masacre y del genocidio.
¿Y qué paso con la ONU que se supone fue creada para propiciar la paz entre las naciones y evitar acciones como las que lleva a cabo este cartel criminal internacional? ¿Qué ha ocurrido con sus publicitados Derechos Humanos que son violados constantemente por las mismas potencias que les dieron vida?
Esta vez la ONU y su secretario general, se apresuraron a hacer un remedo de reunión para aprobar el genocidio. La acción fue de puro cobarde y servil figureo, pues con ONU o sin ella los Estados Unidos intervienen, invaden, ocupan, usurpan y masacran.
Un periódico local, al aplaudir la medida de Obama, de masacrar a los libios, con el mayor cinismo justifico el crimen y batiendo palmas trazó un titular a toda plana “Bombas contra Gadhafi”. Una “genialidad” propia de Nerón, que ordenó el incendio de Roma, para inspirarse en el espectáculo macabro y así componer su mejor canción.
Ha vuelto el colonialismo yanqui y europeo en su peor concepción de arrase y despojo. Pronto los Capone serán dueños del mundo y en especial de aquellos pueblos que poseen riquezas a envidiar. Nadie estará a salvo en la mira ambiciosa de los imperialistas.
Jamás había entrado la humanidad a una era tan falsa, hipócrita y criminal como la que vivimos. Estamos los pueblos pobres del mundo asistiendo a la consolidación de un cartel asesino de corte internacional, mafia sin escrúpulos que acapara los arsenales más poderosos del orbe, imponiendo con ellos el argumento del terror.
Ya la justicia y el derecho, la moral y la ética, los valores humanos fueron arrojados en una fosa y aterrados con los cadáveres que van dejando los mafiosos. La carrera desenfrenada de crímenes no terminara hasta que estas bestias sean los dueños del mundo. Aquí no hay lugar para la esperanza.
“Mata ahora y luego, si quieres, da cualquier explicación” es la consigna imperial. Esta frase marca una regresión a la edad media de aquel Amau Amalric que nunca se molestó en averiguar si eran cristianos o albigenses los que iba a asesinar.
El horror que viven los libios lo puede vivir mañana cualquier otro pueblo. Parafraseando a Hemingway debemos concluir: "No preguntes por quién doblan hoy las campanas, que mañana van a doblar por ti".
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