Que los refugiados políticos de Guantánamo, -después de todo lo que han padecido estos- estén obligados a hacer "una huelga de hambre frente a la embajada yanki, es el ridículo de los ridículos y demuestran que clase de elementos gubernamentales tenemos.
Muestra la falsa moralidad, la perversión del concepto de solaridad, el afán de figurar sin capacidad de ejercer lo que se dice o anuncia.
El país -que de 'agringó' mal -prouciendo ese 'meio pelo' de pacotilla, de la superficialidad, de la falta de seriedad cívica y moral, se muestra tal cual es, con todas sus miserias y sus llagas.
Todo esto lo comenzó "el Pepe", el "Pepe Mujica, pero sus compadradas de feria también lo involucran a sus seguidores más inmediatos, el grupo parlamentario, su extructura organizativa: el EME-Pepismo, sus mesnadas de votantes. Una parte considerable de la ciudadanía que abarca cientos de miles. No se hagan ahora, los que "naa sabían" y "que son inocentes"
No lo son, y no vale ahora, mirar para el costado, ponerse a chiflar y mandarse "un distraído".
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