Por Shaila Rosagel junio 14, 2015
El Molino de Camou, Sonora (SinEmbargo).- Hace 10 meses, Nadia Gómez Moraga, de 32 años, presumía una piel blanca y lozana. Ahora, la mayor parte de su cuerpo, excepto el rostro, está repleto de manchas negras, producto de una erupción cutánea que inició un mes después del derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico de la mina Buenavista del Cobre de Grupo México, en los ríos Sonora y Bacanuchi.
Nadia vive a sólo 25 kilómetros de la capital de Sonora: Hermosillo y a 50 metros del cauce por donde corre el agua contaminada de la presa Rodolfo Félix Valdés "El Molinito", una de las principales provedoras de agua para la ciudad. Las autoridades afirman que el nivel de los contaminantes está dentro de lo permitido por las normas y que se aseguraron de ello, tomando cuatro muestreros.
Doctores, academicos y activistas, no piensa lo mismo.
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