Matius Moy, Jueves 7 de mayo 2009
Hoy tenía ganas ganas de escribirles un poco más sobre nuestros héroes anónimos, que son suyos también. Y realmente tenía en mente a otros pero prendo la TV, escucho las noticias y la imagen de un adolescente me golpea, me abofetea el rostro y el corazón. Y me digo “Algo tengo que hacer, algo tengo que escribir para mis compañeros españoles”. Historias como estas tendrán de sobra para contar y para recordar luego de la larga noche franquista. Pero hoy quiero contarles la historia de Floreal Avellaneda.
El Negrito, como lo apodaban a Floral, era hijo de Iris Etelvina Pereyra y Floreal Avellaneda, ambos militantes del Partido Comunista. Tenía 15 años y ya militaba en la “Fede”, Federación Juvenil Comunista (FJC). Su padre, Floreal, que en la actualidad tiene 70 años de edad, trabajaba en General Motors, Wobron y Tensa y era sindicalista metalúrgico.
El 15 de abril de 1976, un Grupo de Tareas del Ejercito entró en su casa buscándolo, pero Floral logró escapar: “Tiraban sobre la puerta de entrada – comenta Floreal, mi hermana vivía adelante y nosotros atrás, como en un dúplex. Llegué a saltar por una ventana a la casa de la vecina y uno del grupo con ropa de fajina me vio y empezó a disparar. Le dije al Negrito, que quería venir conmigo, “tirate al piso”, porque estaban a los balazos. De ahí salté a lo de mi hermana y vi que los tenían a todos contra la pared, con armas largas. Fui saltando por los techos, pasé toda la manzana, hasta que llegué a la casa de un conocido.”(1)
Los militares al no encontrarlo, se ensañaron con su familia y secuestraron a su mujer e hijo, Iris y el Negrito. Golpeados y encapuchados, fueron llevados a una comisaría de Villa Martelli donde se los torturó. “…Al Negrito le dieron como en la guerra – recuerda Iris, y aunque ponían la música a todo lo que da yo sentía sus gritos y él seguro los míos. Me picanearon bajo los brazos, boca, pechos y los genitales. Fue tremendo porque te mojan y te ponen una almohada para que no grites, pero la desesperación es terrible, pensás “tierra tragame”. Me preguntaban por mi marido, tenés que saber dónde está, me decían. Después de la tortura, que estuve cerca del Negrito, me dijo “mami, decí que papi se escapó…”.(1)
Terminada la primer “sesión”, madre e hijo pudieron compartir unas últimas palabras “…Estaba atada a una canilla, vendada y encapuchada. El tosía, no lo pude ver ni tocar, sólo escucharlo, estábamos cerca…”.(1) Que terrible escena de vida, como si fuera el precedente del horror que seguiría a continuación. Esa fue la última vez que estuvieron cerca. Iris fue llevada a Campo de Mayo, una guarnición militar donde funcionaba un centro clandestino de detención, al mando del general Santiago Omar Riveros. Allí siguió siendo torturada durante interminables horas. Sufrió golpes y hasta simulaciones de fusilamientos. Pero nunca supo más de su hijo. Tiempo después fue “blanqueada” o sea paso a una cárcel común, que para esos momentos era una situación mucho mejor ya que dejaba de ser una desaparecida. En 1978 fue liberada.
A pesar del peligro que significaba nunca dejo de buscar a su hijo. “Cuando llegamos a Coordinación Federal, - comenta Iris - unos milicos me preguntaron por qué estaba ahí, les dije que por comunista, y me respondieron si no me daba vergüenza. Les contesté que claro que no, que lo que más me dolía era que me habían matado a mi hijo. Y el tipo se enfureció y dijo “y ésa es la educación que le diste”, y le dije “es la misma que recibí yo cuando me afilié al partido”. “Querés un consejo, desafiliate”, me dijo. Y le respondí que ya era grandecita para que me diera consejos…”,(1) desafiante respuesta que la llevo varias noches al calabozo policial.
El cuerpo de El Negrito fue encontrado semanas después de su secuestro, en las costas uruguayas con signos de tortura. Los peritos médicos llegaron a la conclusión de que murió a causa de empalamiento, por introducción en el ano de un objeto que perforó sus intestinos. ¡¡¡Solo tenia 15 años!!!. ¿Qué bestias pudieron hacer esto? ¿Quiénes perpetraron tremenda barbaridad?.
".... es la naturaleza del imperialismo – nos decía el Che - la que bestializa a los hombres, la que los convierte en fieras sedientas de sangre que están dispuestas a degollar, asesinar, a destruir hasta la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota o que luche por su libertad…”. Cuanta verdad había en sus palabras.
Esas bestias existen y el lunes 4 de mayo de 2009 comienza su juicio oral: son los ex generales Santiago Omar Riveros, Jefe de la guarnición Campo de mayo y Fernando Verplaetsen, ex jefe de Inteligencia de los Institutos Militares de Campo de Mayo, los oficiales Raúl Horacio Harsich y César Amadeo Fragni, el director de la Escuela de Infantería Osvaldo Jorge García, y Alberto Ángel Aneto, que revistaba en la comisaría de Villa Martelli. (2)
Esta historia desgarradora hay que recordarla, no solo por las atrocidades, padecimientos y muerte de nuestros militantes, nuestros jóvenes de ayer, que son vuestros también, sino por el ejemplo de vida de Iris y Floreal. Luego de esta terrible pesadilla, ambos reconstruyeron sus vidas, personales y de militantes. Tuvieron un hijo, Marcos Rodrigo, hoy de 29 años, y dos nietos. Hoy siguen firmes en sus ideas, esperando que de una vez por todas la justicia llegue para ellos y para nosotros.
Fuente LA REPUBLICA www.larepublica.es
NI OLVISO NI PERDÓN
NO A LA IMPUNIDAD!!!!
SÍ A LA MEMORIA!!!
SÍ A LA VERDAD!!!!
ANULAR LA LEY DE CADUCIDAD, AHORA!!!!!
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
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