Cambia todo Cambia

Y ALGUNOS TODAVÍA NO SE DIERON CUENTA
x Andrés Capelan - Comcosur

MONTEVIDEO/URUGUAY/15.05.09/COMCOSUR AL DÍA - A fines del siglo XX comenzó a popularizarse en todos los ámbitos la idea del "aggiornamento" como algo imprescindible para tener éxito en cualquiera fuere la actividad que uno desarrollara. Luego de la de empresario, la de político fue una de las profesiones que más rápidamente quiso "aggiornarse".

Pero muchos (la mayoría) entendieron mal qué era eso del "aggiornamento", y en lugar de ponerse al día, actualizarse, y ver más allá de lo coyuntural, sólo hicieron un seguidismo formal de las pautas venidas desde la metrópolis. Repetían como loros las consignas de la "calidad total" y el "círculo virtuoso", usaban trajes de alpaca, notebooks y powerpoints, renegaron de las "locuras juveniles" y se volvieron mesurados y "pragmáticos" (otro término muy valorado entonces). Por algunos años estuvieron realmente a la delantera, nos vendieron su imagen de "gente muy inteligente", y recogieron sus frutos.

Pero -como inevitablemente sucede siempre- la realidad fue cambiando y -¡caramba!- ellos, tan inteligentes, no se dieron cuenta. En el país, en la región, y en el mundo, la realidad fue cambiando y los "aggiornados" de traje de alpaca y brushing en el pelo no se dieron cuenta. Un metalúrgico llegó a la presidencia en Brasil; un zambo se consolidó en la de Venezuela; un aborigen llegó a la de Bolivia; un negro a la de Estados Unidos...

El capitalismo salvaje se enjauló solo, preso de su innata voracidad, y ahora busca reconstruirse recurriendo a aquellas cosas de las que los "aggiornados" vernáculos habían abjurado vehementemente. Y esta gente tan vistosa y supuestamente tan inteligente, ni siquiera ahora se dió cuenta de que la rueda del destino ha dado una vuelta trascendental.
Salió a defender el secreto bancario, se negó a firmar por la derogación de la Ley de Caducidad, se opuso a la despenalización del aborto...

Alguno, tuvo que darse una vuelta carnero en el aire para no quedar mal parado del todo.
Más vale tarde que nunca, claro. Pero se notó, nos dimos cuenta (en todo el mundo se dieron cuenta). Bienvenido al tren, doctor, pero mire que sabemos que usted se subió a este tren a regañadientes, tan sólo para no quedarse en la vía. Mire que no nos engañó.

Algunos otros siguen insistiendo con la vieja imagen del político moderno (mesurado, elegante, culto, responsable, muy pulcro, muy Malvín), sin percatarse de que eso ya ha pasado de moda (los cambios suceden cada vez más rápido, contador). Nos quieren convencer de que para gobernar un país hay que ser universitario y bonito. Sin embargo, las encuestas vienen diciendo que nuestro próximo presidente será un viejo desprolijo y cascarrabias que anduvo a los tiros hace cuarenta años. ¿Sabe por qué? Pues porque es el único que se "aggiornó" de veras.