jueves, 3 de junio de 2010

¿Antisemitisqué?.

Isaías Lafuente

La primera tentación del verdugo es travestirse de víctima, construir un imaginario complot universal destinado a manciallar su pureza de doncella, como el delincuente que se justifica ante su esposa con el secular "o es lo que parece, cariño". Israel tiee práctica en el asunto. Desde su nacimiento como estado no ha dejado de transgredir la legalidad internacional, vulnerar los derechos humanos ly pisotear la dignidad de sus vecinos con una saña incocebible eu un pueblo que ha sufrido dramáticamente a los largo de su historia. Cuando la comunidad internacioal y la opinión publica se estremecen por sus accioes, denuncian barbaridades ly le llama la atención, Israel siempre esgrime, secundado por un coro polliónico, la actitud antisemita del universo.

Pero cuando uno observa con atención la historia de las últimas décadas, es difícil encontrar un país y un pueblo que hayan concitado mayores dosis de solidaridad con su sufrimiento, que hayan tenido respuesta más eficaz a sus justas reclamaciones territoriales, que hayan sido más consentidos en sus desvaríos. Es el hijo pródigo al que todo se le perdona porque se confía que un día volverá al redil. Cualquier otro país en sus circunstancias sería un apestado internacional, pero Israel es hijo adoptivo de EE.UU. y socio preferente de la Unión Europea.

Da la sensación de que quien no le odia, le teme. Y con esa sensación asumida despliega su despotismo. Cuando se le ha exigido que vuelva a sus fronteras, las ha desplazado aún más; cuando se le ha reclamado que cese los asentamientos, los ha multiplicado; cuando se le ha pedido que dé aire a los palestinos de los territorios ocupados, ha blindado aún más el muro hasta convertir Gaza en un Guantánamo con un millón y medio de prisioneros. Es difícil encontrar un actor más eficaz en la promoción del antisemitismo que el propio gobierno de Israel.

La brutal acción contra la flota humanitaria que pretendía hacer llegar ayuda a Gaza es sólo una anécdota más. Y lo peor es que en cuanto se desvanezcan los ecos, Palestina volverá al olvido en el que estaba sumida hasta la semana pasada.

No hay comentarios:

Ir arriba

ir arriba
Powered By Blogger