El pasado fin de semana, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, el canal televisivo Cuatro emitió un documental titulatdo "Los guardianes de Chávez" en el marco de su programa REC (Reporteros Cuatro) sobre Venezuela. El documental dirigido por Jon Sistiaga convierte en noticia rumores que el director es incapaz de demostrar, aporta datos fuera de contexto y lo envuelve en un sensacionalismo barato que termina por lograr transmitir a los telespectadores una realida sobre Chávez que queda muy lejos de lo que realmente sucede en Venezuela.
Este documental podría ser catalogado como un perfecto "Manual de la Desinformación" si no fuera porque el propio Sistiaga ya lo hizo hace unos meses cuando viajó a Honduras para denostar al derrocado presidente Zelaya e intentar limpiar la imagen de la dictadura que en ese momento dirigia Roberto Micheletti.
La labor de los grandes medios de comunicación defendiendo sus negocios fraudulentos en Venezuela es implacable y sin descanso. No hay una semana desde hace varios años en la que un periódico, una radio o una televisión de alcance nacional deje de sacar informaciones manipuladas sobre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Parece lógico teniendo en cuenta que el líder bolivariano invierte el dinero de los recursos hidrocarburos y el producido por los trabajadores en el pueblo y no permite que sean los empresarios extranjeros y la oligarquía venezolana quienes se los repartan
El documental empieza con Jon Sistiaga de pie en un puente contándole a su teléfono móvil con semblante muy serio, casi preocupado, que, "¿sabe cuántas personas mueren al día en la Venezuela de Chávez? ¿10? ¿20? no. 43. 43 asesinatos al día. Solamente el año pasado fallecieron violentamente 16.000 personas. Se trata de una violencia criminal surgida en los márgenes del chavismo, pero también de una violencia política. Chavistas y antichavistas se están armando, hemos ido a buscarlos y hemos descubierto un universo donde se sacraliza la lucha armada, donde se admira a organizaciones terroristas como ETA, donde se pintan murales de la Virgen María con un kalashnikov, ¿porqué se están armando los grupos chavistas si ya están en el gobierno?, ¿qué conexiones mantienen con la guerrilla colombiana de las FARC o con ETA?, ¿para qué está Chávez entregando fusiles a las Milicias Populares?, viajamos a la Venezuela Armada: esto es REC, Reporteros Cuatro."
Datos muy interesantes da Jon Sistiaga en su única aparición en el documental que dirige. Merece especial atención el hincapié que hace Sisitiaga en la idea que Chávez gobierna Venezuela a su antojo, concentrando todos los poderes, cuando dice "la Venezuela de Chávez".
En un país como Venezuela donde el presidente Chávez pone a disposición de los ciudadanos su cargo mediante un referéndum revocatorio pedido por el 20% de la población, en el que la propuesta constitucional del presidente se somete a voluntad popular, y como se observó, Chávez respetó, como es lógico en democracia cuando la mayoría le dijo que no. En el que los políticos opositores a la revolución que lidera Chávez acceden sin amenazas a los cargos (escaño parlamentario, gobernación, alcaldía) obtenidos por elecciones y las leyes pasan siempre por la aprobación del soberano en el Parlamentarismo Social de Calle, parece complicado que un sólo hombre con un poder tan limitado pueda posee todo el país. Más bien pareciera que quien más poder ostenta son los ciudadanos venezolanos
El director de REC manipula la realidad achacando esta criminalidad a Chávez ya que expresa que las 16.000 muertes son fruto de una "criminalidad surgida en los márgenes del Chavismo" además de una criminalidad política. A lo mejor Jon Sistiaga piensa que el código penal no tenía sentido antes de Chávez porque la violencia y la inseguridad llegaron de la mano del bolivariano y antes Venezuela destacaba por ser el único país del mundo donde no se cometían homicidios. De hecho en apenas unas horas durante el año 1989, el ex-presidente corrupto Carlos Andrés Pérez asesinó mediante sus cuerpos policiales a más de 3000 personas. Aquel presidente nunca nacionalizó el petróleo y siguió paso a paso las recetas del FMI, ¿será que por eso esas muertes no cuentan para el reportero español?
Durante los años previos a la primera victoria electoral que llevó a Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela los homicios se producían a miles incrementándose cada año según datos oficiales de cada gobierno de turno.
En la introducción que Sistiaga hace para presentar el documental da por hecho que "los grupos chavistas" sin excepción, se están armando, pero sólo muestra a 4 grupos de menos de 10 personas cada uno en la ciudad de Caracas. También los vincula a los altos índices de criminalidad, especificando que Chávez los permite, para luego oir en el documental que esos propios grupos han bajado la delincuencia allá donde operan y viven.
Por supuesto el director de REC no podía dejar pasar la oportunidad para hacerse eco del auto basado en un ordenador que resiste bombas, es testigo de una matanza a civiles y es invalidado como prueba por expertos juristas del derecho internacional, del derechista juez Eloy Velasco, para asentar la idea de que Chávez apoya a ETA.
No sería conveniente demostrar la falsedad de las palabras vistas en "Los Guardianes de Chávez" con datos y declaraciones de los afectados por las acusaciones de Sistiaga a estas alturas del análisis, ya que David Beriain, el periodista que aparece liderando el reportaje a partir de ahora, profundiza en ellas según avanza el documental, y es ahí donde la labor contra-argumental tiene su razón de ser.
El viaje empieza en Caracas, en concreto en el barrio 23 de Enero. Desde este mismo instante empieza la labor de manipulación al intentar asociar a los movimientos que apoyan pacíficamente al proceso bolivariano con ETA, para así desarrollar la idea de que si los movimientos de izquierda venezolanos que sustentan a Chávez apoyan a ETA, entonces Chávez también apoya a ETA. Para ello David Beriain va a la Coordinadora Simón Bolívar, la cual ha pintado murales con cara de ex-miembros de ETA.
Estos antiguos miembros de la banda terrorista están en Venezuela desde los años 90, cuando mediante un tratado entre los entonces presidentes de España y Venezuela, Felipe González y Carlos Andrés Pérez respectivamente, se extraditaron a varios cuidadanos vascos -con la sospecha o confirmación de que eran militantes del grupo armado vasco- a Venezuela, donde fueron recibidos por el presidente sudamericano.
Estos vascos que, como en el caso de Arturo Cubillas, nombrado varias veces en este reportaje, no tenían antecedentes penales registrados en España e hicieron vida en su nuevo lugar de residencia. Se casaron con ciudadanas venezolanas -obteniendo la nacionalidad del país caribeño varios antes de que Chávez llegase a la presidencia- y participaron en política, llevando sus reivindicaciones independentistas aparte del movimiento de izquierda venezolano, que considera que Euskadi está en una situación similar a Palestina. Esta visión no es compartida por la mayoría de la izquierda venezolana ya que el Partido Socialista Unido de Venezuela la ha rechazado mediante su presidente Hugo Chávez y varios de sus diputados de la Asamblea Nacional.
Por lo tanto, si esos supuestos miembros de ETA llegaron a Venezuela en los años 80, más de 10 años antes de que Chávez llegase al poder, y fueron respetados por los gobiernos anteriores al actual presidente venezolano en base al tratado firmado por González y Pérez ¿cuál era la conexión de Carlos Andrés Pérez o Rafael Caldera -presidentes anteriores a Chávez- con la banda terrorista ETA?,si Chávez ha condenado a ETA en varias ocasiones y el propio gobierno español ha declarado que Chávez no protege a los etarras en su territorio, ¿cuáles son las intenciones de Sistiaga y Cuatro para inventarse una relación que no existe?
También intentan demostrar los vínculos de Chávez con las FARC, aunque éste ha llamado varias veces a la guerrilla a dejar las armas y comenzar una lucha política para lograr sus objetivos. Para ello acuden a la Plaza de Manuel Marulanda, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), donde hay un busto del guerrillero colombiano. Que un barrio caraqueño 23 de enero piense en las FARC como un necesario movimiento de liberación, y eviten llamarlos terroristas, siguiendo en esto último a Piedad Córdoba, senadora colombiana que desempeña una constante e intensa labor por la protección de los Derechos Humanos y por el fin pacífico del conflicto bélico de Colombia, ¿en qué implica a Chávez?
En España, país del que proceden los periodistas que hacen el reportaje, hay varias decenas calles dedicadas al dictador fascita y genocida Francisco Franco -junto a muchos hombres ilustres de la dictadura y a nadie se le pasa por la cabeza que haya conexiones del presidente Zapatero con el pasado régimen autoritario por permitir que esas calles continúen ahí.
Después de visitar las instalaciones de la Coordinadora Simón Bolívar el equipo de REC va a visitar a los grupos armados, sentenciando por el camino que "hablar con los grupos armados no va a ser fácil, para Chávez son un as en la manga si las cosas se ponen feas, pero algunos han cometido excesos y el presidente se ha visto obligado a amonestarles. Nadie quiere otro tirón de orejas para mostrar su lado más radical."
Nadie se atrevería a acusar de una manera tan directa sin unas pruebas irrefutables. Nadie excepto el director Jon Sistiaga, que durante todo documental demuestra una maestría absoluta a la hora de hacer sensacionalismo pero una incapacidad absoluta para demostrarlo. Ahora estos grupos armados son un "as en la manga de Chávez", por si algo va mal. Esta frase implica que Chávez los apoya, con armas y/o económicamente y respeta su radio de acción.
Tal y como se espera de Sistiaga, no hay ni una sola prueba de las acusaciones vertidas. Ni un documento, ni un video, ni una grabación de una llamada telefónica, ni un testigo que haya visto absolutamente nada... Apenas las declaraciones de esos grupos diciendo que apoyan el proceso revolucionario y que esperan que se profundice.
Entre otros grupos visitan al denominado La Piedrita, cuyo líder, tal y como se dice en el reportaje está perseguido por la justicia venezolana. Menudo apoyo el que les da el presidente Chávez a sus "ases", ni siquiera intercede para que la justicia no se cumpla, ¿será que en Venezuela hay igualdad ante la ley para quienes cometan el delito, sean del bando político que sean? Algo que en el documental obvian a propósito es lo que piensa el presidente venezolano de estos grupos, por ejemplo de La Piedrita, y en concreto de su líder, "llamé a la Fiscal y le insté a que tome las medidas respectivas (...) Esa persona debe ser detenida, porque es un delito amenazar de muerte a alguien (...) El estado actuará, ellos deben asumir sus consecuencias, pero actuaremos con todo el peso de la Ley. Este señor es un criminal, no es un revolucionario. No toleraré anarquía, aténganse a las consecuencias La Piedrita o la Piedrota."
Después de la visita a estos grupos sin conexión con Chávez -al menos es lo que dejan claro el reportaje conducido por David Beriain- se van al barrio caraqueño de Petare con la policía para mostrar a los televidentes como la gente que participa en un ajuste de cuentas, que hace del crimen el centro de su vida, no sale corriendo cuando miembros de la policía disparan al aire. Por supuesto los reporteros de cuatro exclamando "¡hostia!" lo sacan de contexto diciéndole a la audiencia de Cuatro que si no salen corriendo es porque están acostumbrados a la violencia de las armas haciendo pasar a los mafiosos como ciudadanos normales que desarrollan su vida ajenos al delito.
Durante esta parte del documental el periodista David Beriain intenta una vez más vincular a los grupos armados de ultra-izquierda sin conexión con Chávez con la inseguridad, pero uno de los policías que le acompañan lo desmiente tajantemente, estos son "delincuentes comunes".
Mientras estamos viendo esta parte del documental un sonido y unas letras intermitentes llaman la atención de los televidentes, salen unas letras en mitad de la pantalla, "16.047 homicios en en 2009 en Venezuela". Sin fuentes que lo corroboren, el dato puede ser cierto pero ¿cómo se sabe si lo es? ¿de dónde ha salido ese dato? ¿quién lo ha dado? ¿es imparcial la persona o institución que aporta esa información? Suponiendo que sea cierto, el dato está fuera de contexto ¿quién ha provocado esa situación? ¿cuántos eran los homicidios cometidos en Venezuela antes de Chávez? ¿ha bajado la tasa de homocidios durante el gobierno de Chávez?
Poner un dato llamativo sin dar ninguna explicación no deja lugar a dudas del interés manipulativo del presente documental, más aún cuando se descubre que los datos de los homicidios en Venezuela proceden de fuentes extraoficiales vinculadas a la violenta oposición venezolana. Incluso se basan en estas fuentes sin objetividad para dar otros datos: más de 123.000 asesinatos se han cometido desde que está Chávez y el 91% de los crímenes cometidos quedan en la impunidad. ¿Pruebas de esto?, como siempre, no hay.
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