Posco: destrucción de bosques en la India y creación de sumideros de carbono en Uruguay
Una de las primeras inversiones coreanas anunciadas en Uruguay es un "Proyecto Forestal de Secuestro de Carbono" realizado por la empresa POSCO. Sin tener en cuenta la cantidad de impactos negativos de los monocultivos forestales, ya constatados y documentados, el proyecto de la empresa POSCO se propone establecer una plantación de eucaliptos de 1.139 hectáreas.
Recientemente, Uruguay y la República de Corea firmaron un Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones que, según autoridades del gobierno uruguayo, fija el marco para que puedan realizarse inversiones de Corea en Uruguay. Fijar el marco para que se realice una inversión en Uruguay, por experiencias ya conocidas en este país, puede querer decir rebajar o eliminar impuestos, otorgar permisos de zona franca y dar todo tipo de apoyo a la empresa en sus emprendimientos.
Una de las primeras inversiones coreanas anunciadas en Uruguay es un "Proyecto Forestal de Secuestro de Carbono" realizado por la empresa POSCO. Sin tener en cuenta la cantidad de impactos negativos de los monocultivos forestales, ya constatados y documentados, el proyecto de la empresa POSCO se propone establecer una plantación de eucaliptos de 1.139 hectáreas. Bajo el lema "Salvamos la Tierra a través de plantaciones" la empresa sencillamente hace oídos sordos a las innumerables voces de cientos de movimientos sociales que en todo el mundo se oponen a ellas. La idea central de este proyecto es que estableciendo monocultivos forestales en un país, la empresa POSCO puede "compensar" sus emisiones de gases causantes del cambio climático en su país de origen o en otros países.
Esta empresa, que es una de las mayores productoras de acero del mundo, es bien conocida en la India y no precisamente porque "el acero ama a la naturaleza" -como está escrito en la tapa de su carpeta de presentación - y menos que menos a la gente.
En 2005, la compañía coreana POSCO firmó un acuerdo con el gobierno de la India para construir una planta siderúrgica y un puerto, y realizar prospecciones mineras en el estado oriental de Orissa. Desde entonces, miles de personas se han opuesto al proyecto debido a los enormes impactos que tendrá sobre los pobladores.
La zona que sería otorgada a POSCO para las minas abarca 6.000 hectáreas de bosques primarios. Dichos bosques están habitados por una gran variedad de flora y fauna. Además, las comunidades tribales, que representan el 74 por ciento de la población de la zona circundante, dependen íntegramente de esos bosques para obtener combustible, forraje, frutos y plantas medicinales. Los manantiales de la zona les proveen agua para beber y para irrigación. Las minas afectarían también la cascada de Khandadhar, un lugar asociado a prácticas espirituales de los indígenas, que es también un famoso destino turístico de ese Estado. El lugar donde se origina la cascada -la cadena montañosa de Khandadhar- sería excavado por POSCO.
En junio de 2006, incluso el Partido del Congreso, el más importante de la India, dio su apoyo al movimiento popular contra el desplazamiento provocado por la planta siderúrgica propuesta por POSCO. Las poblaciones de Dhinkia, Nuagaon y Gadakujang, que serán desplazadas, eran prósperas gracias a sus actividades agrícolas. Los dirigentes del Congreso dijeron que quienes ahora son prósperos, cuando se los expulse de los campos de cultivo se convertirán en mendigos y trabajadores sin tierra.
En agosto de 2007, un conjunto numeroso de personas pertenecientes a diversos partidos políticos y organizaciones sociales manifestaron ante las puertas de las oficinas de POSCO, protegidas por un gran contingente de fuerzas policiales. Los manifestantes, entre los cuales había muchas mujeres, levantaron pancartas contra la compañía coreana y acusaron al gobierno de facilitar el proyecto siderúrgico de POSCO en el distrito de Jagatsinghpur, a pesar de la oposición de los aldeanos desplazados.
En octubre de 2008, una decisión firmada por más de cien organizaciones y personas, mayoritariamente académicas, condenó la situación de creciente represión en Orissa contra la resistencia pacífica de la gente a la planta siderúrgica antipopular de POSCO. A pesar del régimen represivo estatal, la lucha se había intensificado; más residentes, especialmente mujeres, se habían unido a ella y en todo el mundo aumentaba el número de vocesm democráticas que condenaban al estado por actuar en contra de los valores constitucionales y los derechos humanos y a favor de los intereses empresariales. El nivel de represión llegó a su punto culminante cuando se encarceló al presidente del movimiento contra POSCO, Abhay Sahu.
En agosto de 2009, arrestaron más activistas por oponerse a POSCO y les levantaron cargos falsos. Nada menos que 20.000 personas de 15 aldeas cercanas temen que la construcción de la planta las deje sin hogar ni medios de vida. En cuanto a los planes de indemnización propuestos, la respuesta de la gente es que nada puede compensar el desplazamiento de miles de personas.
Las movilizaciones en contra de la empresa POSCO se unen en el Estado de Orissa a los miles de movilizados desde hace años contra la empresa minera inglesa ya instalada Vedanta. Los miles que días pasados bloquearon las carreteras de la localidad de Muninguda demandando que de inmediato se suspendan los permisos para minería saben muy bien lo que significa el desplazamiento, la pérdida de tierras, bosques, cultura, pérdida de medios de subsistencia e identidad como lo especificaron en una resolución emitida el 10 de octubre de 2009. (Ver resolución en inglés en http://www.wrm.org.uy/countries/India/Niyamgiri.html)
A pesar de llevar años de lucha, a pesar de la cárcel, las torturas y la represión, los líderes de ambos movimientos declaran que continuarán con sus esfuerzos hasta expulsar a ambas empresas de la India.
Con este prontuario, POSCO pretende limpiar su imagen en Uruguay mediante la plantación de lo que llama "bosques" (plantaciones de eucaliptos de rápido crecimiento) para "compensar" las emisiones de CO2 resultantes de su actividad industrial. Claro que se "olvida" de mencionar que en la India piensa destruir 6.000 hectáreas de bosques de verdad y que si aún no lo ha hecho es sólo porque la gente local ha logrado impedirlo.
El pueblo y el actual gobierno uruguayo, que conocen en carne propia lo que significa represión, cárcel y tortura por haber sufrido años de dictadura militar, deben ponerse del lado de sus hermanos y hermanas de la India y rechazar de plano este proyecto. El pueblo indio no se merece que Uruguay sirva de excusa para otorgar impunidad a los crímenes de la empresa POSCO y el pueblo uruguayo no se merece tal vergüenza. www.ecoportal.net
WRM
www.wrm.org.uy
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