Por Rosemeire A. de Almeida
"Nada gusta del eucalipto. Si usted suelta ganado en el eucalipto los animales van comiendo lo de afuera, donde se dice que es reserva. Al ganado no le gusta el eucalipto, ni a los pájaros ni a las avispas. Lo más duro de un lugar como ése son las avispas, y ni a las avispas les gusta el lugar del eucalipto.” (Vídeo entrevista a Manuelzão, 1989 - personaje de la obra de Guimarães Rosa).Inicio esta reflexión rescatando lo que está intrínsecamente conectado, aunque no esté siempre visible: la relación entre la expansión del eucalipto y la migración temporal, el símbolo más claro de la precarización del trabajo. Una situación que, por sí sola, deja al descubierto la práctica del binomio eucalipto-celulosa, integrada al discurso del desarrollo y el progreso, visto que esta actividad económica busca apoyo a través de la divulgación de su potencial generación de empleos, pero no revela las características del empleo creado.
Este cuestionamiento es fundamental en el caso de Três Lagoas, en Mato Grosso do Sul, una ciudad que fue denominada recientemente como “la capital de la celulosa”, en virtud de la presencia de las fábricas de las gigantes IP, Fibria y Eldorado Brasil. En este municipio, la danza de los números de las contrataciones pretende construir un imaginario colectivo en el que el eucalipto y el empleo tienen vínculo directo. Para ello, la prensa local divulga con insistencia los balances del registro general de empleos del Ministerio de Trabajo que, por ejemplo, en 2011 publicó que la economía local contrató a 24.708 trabajadores. Sin embargo, ese mismo año el número de trabajadores despedidos fue de 22.818. Si bien el saldo es positivo, ésta no debe ni puede ser la lectura principal de la situación.
Es fundamental advertir, en estas cifras, una de las características del sector eucalipto- celulosa, relacionada con la inestabilidad del empleo, porque se trata, en su gran mayoría, de empleos temporales. Por otro lado, las industrias instaladas en Três Lagoas cuentan con la exoneración de importantes impuestos, incluso en la etapa de construcción de las fábricas. A ello se agregan las enormes sumas liberadas por el gobierno federal a través del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social). La última fue de R$ 2.700 millones (US$ 1.500 millones) para Eldorado Brasil – la mayor parte de la cual es dinero público y proviene del Fondo de Amparo al Trabajador.
Y ¿quiénes son los trabajadores inmigrantes de la construcción en Três Lagoas? Veamos el reciente caso de la construcción de la “fábrica de celulosa más grande del mundo”, que se prevé estará pronta para iniciar sus actividades en 2014 y que pertenece a Eldorado Brasil. En ella trabajan cerca de 7 mil hombres, provenientes en su mayoría del Nordeste de Brasil, gente desterrada y en situación de alta vulnerabilidad. Al vivir en esa migración temporal, no son ni de allá ni de acá. Vistos con desconfianza por gran parte de la población local y debido a la baja remuneración que perciben, esos trabajadores terminan viviendo en “alojamientos” que, muchas veces, parecen guetos.
Este año, en cuatro ocasiones esos trabajadores rompieron el silencio con sus huelgas y manifestaciones, para denunciar a todo Brasil que en este momento son las principales víctimas de la contradicción social producida por el modelo eucalipto- celulosa. ¿Qué reivindican? Derechos, como el pago de salarios y horas extras atrasadas, mejores condiciones de trabajo y de alojamiento, mayor número de días libres, mejora en el transporte no solo para llegar al cantero de la obra sino también para ir a la ciudad, ya que algunos alojamientos quedan en zonas periféricas. Se observa que, a pesar de las huelgas, la agenda poco se altera y, según los trabajadores, ello se explica por el incumplimiento de los acuerdos firmados.
Corresponde destacar que cuando hablamos de las condiciones de trabajo no se debe pensar sólo en la construcción de la fábrica, sino también en las áreas de plantación y cultivo del eucalipto, que implica, por ejemplo, la aplicación de agrotóxicos. Se sabe que son individuos que comienzan su jornada de trabajo a las 4 de la madrugada y que ganan algo así como un salario mínimo. Otra cuestión de la que poco se habla es la paradoja que subyace a la expansión del eucalipto: si bien, por un lado, genera empleos (precarios), por otro genera desempleo debido al arrendamiento de las haciendas para la plantación de eucalipto, que implica la destrucción de áreas de pastoreo utilizadas por los trabajadores de la ganadería. A causa de este proceso, en los últimos años decenas de familias emigraron del campo a la ciudad de Três Lagoas, provocando el estancamiento de las comunidades locales
Esta marca de la precarización del trabajo es intrínseca al sector forestal; mejor dicho, no es un caso aislado, porque cuando fue construida la fábrica Horizonte de Fibria, durante los años 2007 y 2008, la ciudad de Três Lagoas también vivió una experiencia similar. Existen registros de que para abaratar los costos de los gastos de hospedaje para los trabajadores de la referida obra, las empresas contratistas sobreocupaban las residencias y los hoteles con “camas que no se enfriaban nunca”, sin importar las malas condiciones de higiene en que estaban los trabajadores, entre otras situaciones de precarización y violencia. Este hecho llegó a ser denunciado ante el Ministerio Público del Trabajo, que creó una comisión de trabajo para investigar la situación. Se constató en aquel momento que había más de 120 alojamientos en la ciudad (entre casas residenciales y hoteles) relacionados con aproximadamente 250 empresas contratadas por Fibria para la construcción de la industria. También se constataron varias irregularidades en acciones de inspección del Ministerio Público del Trabajo, que desembocaron inclusive en la interdicción de cinco alojamientos de las empresas contratistas
Es muy común, además, que, cuando estallan las huelgas así como las denuncias de malos tratos a los trabajadores y de incumplimiento de la legislación laboral, las empresas buscan pasar desapercibidas en los medios, delegando la responsabilidad en las empresas tercerizadas y cuarterizadas, como si el proyecto no les perteneciera.
Como saben que los períodos de mayor turbulencia y exposición de los conflictos laborales tienden a ser superados con el avance de las obras, estas empresas garantizan que las paralizaciones no atrasen el cronograma. De esta forma, cientos de nuevas contrataciones van substituyendo a quienes resisten el proceso de explotación.
¿Y cómo queda luego el trabajo en la fase de funcionamiento de la fábrica del complejo eucalipto-celulosa? En teoría no hay paralizaciones, manifestaciones ni huelgas porque el trabajo vivo es escaso; lo que sí hay es un sofisticado grado de mecanización (trabajo muerto), que puede llegar al 85% en la plantación y el corte del eucalipto - como alardean los defensores del modelo.
En Brasil no es novedad la migración dominada por el ritmo irregular de las grandes obras públicas y privadas; al contrario, es motivo de celebración y símbolo de progreso. Tampoco es nueva la estrategia de presentar el fenómeno como algo natural, escamoteando las condiciones y los efectos sociales del movimiento temporal de individuos hacia el capital que los desocializa sin resocializar
Sin embargo, la historia no es una mera repetición de hechos, y así vemos a los migrantes del presente que usan las armas de su tiempo, como celulares, redes sociales y periódicos, para denunciar su presencia explotada pero digna de reivindicar los derechos que se les niegan en el territorio del eucalipto.
“Imaginate, se trabaja 8 horas por jornada. Vos llegás al alojamiento para bañarte, vas a bañarte y ¿dónde está el agua?”. Y puede que alguien piense 'pucha, qué descuido el de este tipo, está apestoso, no se bañó'. Y al otro día cuando vas a trabajar te ponés el uniforme, volvés, no hay agua, y ahí ¿qué vas a hacer? Vas a reivindicar, somos seres humanos.” (Trabajador del cantero de obra de la fábrica Eldorado Brasil. Entrevista concedida el 14/12/2011 a Guilherme Marini Perpetua y Tayrone Roger Antunes de Asevedo).
Fuente: Boletin Nº 178 WRM - Profesora de la UFMS/ Campus de Três Lagoa
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