Sustitución de bosque nativo recientemente degradado de Coigüe-Tepú-Canelo por plantaciones de Eucaliptus. Actualmente sólo remanentes de Coigües adultos
Esta semana organizaciones ciudadanas presentaron al consejo municipal de Ancud el informe técnico que demuestra que la empresa agrícola El Brinzal ha sustituido especies nativas por plantaciones de eucaliptos, sin respetar zonas de protección de cursos de agua que son claves para el abastecimiento y ha plantado eucaliptus a menos de un metro de ríos y esteros, contraviniendo la legislación forestal vigente"Esta situación revela faltas que la ciudadanía rechaza. Por tanto, es necesario que cuente con información detallada y reciba una respuesta oportuna y satisfactoria por parte de las autoridades competentes, pues se encuentra en juego su patrimonio”, aseguró, enfatizando que “las inspecciones ciudadanas aportan a la transparencia de los procesos vigentes de fiscalización y las buenas prácticas del sector forestal”.
El Ingeniero Forestal
Javier Sanzana,
a cargo del estudio técnico, hizo un llamado para que las autoridades respondan por qué se permiten situaciones que atentan contra recursos vitales para la comuna. El concejal
Juan Carlos Saldivia, en tanto, solicitó que sea analizada la condición de la isla, pues
geográficamente su acceso al agua es reducido y afecta a diversas labores productivas ligadas a la
agricultura y el
consumo urbano.
La empresa, con dirección comercial en Viña del Mar, ya presentó nuevos antecedentes al Juzgado de Policía Local. Desde el año 2010, según el conservador de Bienes Raíces,
ha adquirido 24 predios sumando una superficie aproximada de 2.800 hectáreas. En el caso de los cursos de agua, en al menos cuatro situaciones se observan plantaciones de eucaliptus en zonas de protección, pese a las restricciones de la Ley de Bosque Nativo. Las faltas incluyen cortas de bosques en distintos estados de desarrollo y estructura, ampliando la degradación en Chiloé.
La municipalidad descartó que la intervención de la empresa sea parte del plan de trabajo y manifestó que, con los antecedentes propiciados por la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), solicitará información actualizada a CONAF. También el consejo propuso un encuentro de expertos para analizar cómo han avanzado los monocultivos en la isla, atentando contra su patrimonio y disponibilidad hídrica
LA ISLA SIN AGUASustitución de Coigüe-Luma-Tepú por plantaciones de Eucaliptus.
El encargado de Monitoreo Forestal de la AIFBN, Eduardo Neira, remarcó la necesidad de analizar el avance de las plantaciones de especies exóticas en la Isla con una mirada crítica, ya que en otras zonas del sur del país
el avance indiscriminado de monocultivos ha causado problemas a comunidades campesinas, indígenas y urbanas
Diela Alarcón,
Presidenta de Chiloé Activo, sostiene que la situación es preocupante: “La suplantación de bosque nativo por plantaciones atenta contra la disponibilidad hídrica de la isla, un territorio delimitado y frágil, donde el agua viene de las lluvias, principalmente. Es un problema que nos afecta a todos, por lo que esperamos una respuesta del Estado al respecto”, agregó.
Asegura que “la suplantación aumenta la fragilidad hídrica y conocemos –gracias a estudios- la incidencia del bosque nativo en el cuidado de las cuencas, así que los daños son evidentes”. Sobre este último aspecto la representante de esta Asociación de Consumidores y Usuarios de Chiloé pone como ejemplo “el uso de maderas nativas como olivillo, coigüe y canelo para la elaboración de las clásicas embarcaciones que dan cuenta del patrimonio natural, productivo y cultural de la zona”.
En tanto,
Jaime Araneda,
Presidente de la Asociación de Pequeños Agricultores de Chiloé (APACH), coincide en que “la escasez de agua derivada del aumento de las plantaciones es un problema que necesita solución y acciones por parte de las autoridades”. La expansión de monocultivos “para nosotros es perjudicial, se dañan nuestros campos, se agota el recurso vital y también nuestras posibilidades de surgir.
Precisó que “quienes venden lo hacen para hacer sus terrenos más rentables, porque la pequeña agricultura no es un negocio muy lucrativo. Lo malo es que otros están dispuestos a comprar en cantidades, agrupando hectáreas y sustituyendo el bosque nativo” y llama a tomar partido, pues “Chiloé necesita proteger sus bosques nativos y tener limitantes para los bosques artificiales de eucaliptus y otras especies”.
El estudio técnico se puede revisar en este enlace
Por Carolina Montiel
Periodista AIFBN
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