Según revelaron documentos inéditos de la Fuera Aérea Brasileñ, el régimen militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985 controló los contactos que la resistencia armada brasileña mantuvo con el ex presidente cubano.
La dictadura brasileña vigiló los movimientos de los líderes de la Revolución Cubana, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara. Según revelaron ayer documentos inéditos de la Fuerza Aérea Brasileña publicados en el diario local O Estado de Sao Paulo, el régimen militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985 controló los contactos que la resistencia armada de su país mantuvo con el ex mandatario cubano, al tiempo que digitó los movimientos del Che, el cual creían ingresó a Brasil atravesando la selva boliviana.
“Son 189 cajas con 50.000 papeles de 1964 a 1985, con relatos secretos sobre Castro y el Che Guevara”, señaló el matutino que tuvo acceso al contenido de estos archivos, hasta ahora secretos y que se creían destruidos. Los mismos fueron entregados en días pasados por la Fuerza Aérea a las autoridades.
El “Informe 0027”, fechado el 29 de febrero de 1971, denuncia supuestos encuentros entre Castro y exiliados brasileños realizados en Chile, durante el gobierno de izquierda del ex presidente Salvador Allende. De acuerdo con los servicios de inteligencia brasileños, en el encuentro, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba habría instado a la resistencia armada brasileña situada en Santiago a realizar sabotajes a gran escala en la faja industrial de San Pablo y Río de Janeiro, tarea que podría realizarse con eficiencia, sin riesgo para los combatientes, y que además socavaría las bases económicas que sostenían al régimen autoritario.
El material publicado por el diario también documenta la actuación del espionaje brasileño en otros países sudamericanos, así como también el intercambio de información sobre los movimientos en la región del guerrillero argentino-cubano Ernesto Guevara. La “Información 038”, del 30 de junio de 1967, asegura que el líder comunista fue visto en la localidad rural de Pirizeiro, ubicada en el estado de Mato Grosso, fronterizo con Bolivia. Allí se habría hecho pasar por un “comprador de cueros”, al tiempo que habría de-sarrollado sus actividades políticas, aunque no trascendió en qué consistieron específicamente. El archivo obtenido por diario O Estado de Sao Paulo describió a Guevara como “un elemento blanco, alto y con barba, que vestía un uniforme marrón, andaba armado y a caballo”.
El intercambio de información entre el régimen golpista brasileño y los militares bolivianos sobre la guerrilla guevarista fue extremadamente fluido durante 1964 y 1985.El Resumen Informativo número 11/67, del Estado Mayor del Ejército, aporta evidencias sobre la colaboración entre Brasil y Bolivia para luchar contra los grupos revolucionarios liderados por el Che y otros rebeldes. En ese contexto, los servicios de inteligencia bolivianos enviaron múltiples informes sobre el modus operandi de la militancia armada liderada por Guevara y cómo se realizó su infiltración en las filas rebeldes.
El Che visitó formalmente Brasil en 1961, ocasión en la cual llegó al país como representante del gobierno de Cuba y fue recibido por el presidente pro comunista Janio da Silva Quadros. En este encuentro, el mandatario lo condecoró con la Gran Cruz de la Orden Nacional Cruzeiro del Sur,la más alta distinción honorífica del gobierno brasileño. Tras varios años de lucha armada impulsando la instalación de focos guerrilleros en toda América latina, Guevara fue capturado en la selva boliviana el 8 de octubre de 1967 y fusilado un día después.
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