Tel Avid ha construido en los últimos meses más de 6.000 viviendas ilegales para colonos
"Somos el único pueblo del mundo cuyas fronteras están delimitadas en la Biblia", proclama Ilan Tor, un colono ya maduro del asentamiento de Qiriyat Arba, junto a la ciudad de Hebrón, que presume de tener 9 nueve hijos y 35 nietos. Ilan fue de los primeros israelíes en asentarse en Hebrón en los años sesenta con su esposa Yona, antes de trasladarse a Qiriyat Arba poco después, cuando se fundó esta colonia que hoy cuenta con 7.500 habitantes.
Para Yona, de 60 años, que está muy ocupada con la escrupulosa limpieza de su casa que el judaísmo exige con motivo de la Pascua, la actual crisis con Estados Unidos constituye "una amenaza sobre la vida del pueblo judío".
La colona lo tiene claro: "No tenemos más alternativa que vivir aquí. El mundo entero no nos quiere. Es algo que se ha demostrado muchas veces y en todas partes. No tenemos otro lugar para vivir".
En los últimos tres años, el crecimiento de la población de los asentamientos judíos ha sido tres veces superior al registrado en el interior de Israel. Esto no sólo se explica porque el índice de natalidad es mayor del otro lado de la línea verde, que lo es, sino también porque las ventajas económicas que obtienen los judíos yendo a vivir en Cisjordania son mayores que las que logran quedándose en Israel.
Existen tres grandes asentamientos con una notable fuerza industrial: Atarot, Barqan y Ariel. La ironía es que una parte significativa de la industria de las colonias se genera con mano de obra palestina que se contrata a muy bajo precio. Este marzo, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ha prohibido a los palestinos colaborar de esta manera con la ocupación, aunque no consta que la prohibición haya tenido consecuencias. Los palestinos que obtienen trabajo en las colonias argumentan que es la única vía que tienen para dar de comer a sus familias
Las colonias como Qiriyat Arba son ilegales conforme al artículo 49,6 de la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe a la potencia ocupante transferir su población a la zona ocupada. El artículo 8 del Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional califica de crimen de guerra "la transferencia directa o indirecta por parte de la potencia ocupante de partes de su población civil al territorio que ocupa".
En los últimos meses se han construido 5.900 viviendas del lado oeste del Muro de Cisjordania, que Israel levantó tras la segunda intifada que comenzó en septiembre de 2000. Por el contrario, del lado este del Muro se han construido 757, según un informe que esta semana ha presentado la organización israelí Macro Centro para la Economía Política.
17.400 millones de dólares
La mayoría de los nuevos colonos perciben que lo que está al oeste del Muro se lo quedará Israel cuando terminen las negociaciones con los palestinos, de manera que son pocos los que optan por ir a vivir al este, en plena Cisjordania. La mayoría de los que han elegido esta opción son jóvenes oriundos de las colonias que quedan al este, que han vivido toda su vida en los asentamientos, rodeados de palestinos, y para los que la seguridad personal no es tan importante como la ideología y las consignas de sus rabinos.
Los datos del estudio de Macro Centro son aplastantes. Desde que comenzó la colonización, tras la ocupación de 1967, Israel ha construido en Cisjordania, sin contar con Jerusalén Este, por valor de 17.400 millones de dólares. La mayor parte de ese dinero, el 78%, se ha gastado en viviendas, pero también se han financiado infraestructuras de todo tipo, como escuelas, sinagogas o carreteras
En las colonias de Cisjordania existen 868 instalaciones públicas, que incluyen 127 sinagogas, 96 baños rituales para la purificación de las mujeres, 321 instalaciones deportivas, 344 guarderías, 211 escuelas, 68 escuelas rabínicas, 21 bibliotecas, 187 centros comerciales y 717 estructuras industriales. Y por todas partes se ven obras en marcha.
Según el director general de Macro Centro, Roby Nathanson, lo más difícil es calcular el precio real del conjunto de las colonias judías y lo que ellas contienen. El precio que da la institución se refiere al valor de lo construido, que no concuerda con el valor que pueda tener en el mercado libre.
"Los precios inmobiliarios del oeste [del Muro] son más competitivos, la seguridad es mejor y también el acceso a las grandes ciudades israelíes, lo que ofrece más oportunidades de empleo", dice el informe. Esto, sumado a la percepción de que Israel se quedará con el lado oeste, explica el éxito que están teniendo los grandes bloques de colonias judías próximos a Israel, como Gush Etzion, Ariel o Maale Adumim.
En los asentamientos situados al este y al oeste del Muro se fabrican todo tipo de bienes que luego, en gran parte, se exportan al extranjero, principalmente a la Unión Europea (UE). Plásticos, vino, nylon, muebles, alfombras, cosméticos, derivados del papel, cuero, aluminio, productos electrónicos, computadoras, cemento y otros muchos productos acaban ilegalmente en Francia, Italia, el Reino Unido o España. La UE, que podría presionar a Israel cortando la importación de estos productos ilegales, acostumbra a mirar para otro lado.
Público.es
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