sábado, 20 de marzo de 2010

Espejos del Tiempo - Ricardo Perdomo

Lo vi: Lo miraba y no podía creerlo, hacía poco tiempo del gran suceso, todos los esperabámos, pero no creíamos que iba a suceder...y suedió.

LLegó el gran día.

Lo traían, venía escoltado. Se veía raro como salido de otro planeta.
Una azadita al hombro,disfrutando en un silencio adusto,de los reflejos de un baño de sol,tan soñado,tan esperado,desearía estar compartiendo éste momento con los viejos compañeros,una charla amigable, un mate.
Todos estabamos andrajosos, pero no evaluabamos el valor de los andrajos, nuestro único elemento de sostén inquebrantable era la infinita confianza en el pueblo."El pueblo nos liberarà".

Un gran sombrero tipo tejano, lentes para atajar los reflejos solares, un sol que lo lastimaba y fatigaba. Desearía estar compartiendo éste momento con los viejos compañeros, una charla amigable, un mate; pero ahora sería pedir lo imposible estaba, por el contrario, rodeado de sus antiguos enemigos,otra vez inaugurando otra cosa.Lo rodeaba la alegría de la gente sin hambre y con mucho dinero en la bolsa.

A nosotros nos traían escoltados,era una forma de que lo viesemos que caminaba y de que también él viese que los màs aislados hoy excepcionalmente nos encontrabamos frente a frente.

Era para el brazo armado de la oligarquía ganadera una manera de que el mundo de afuera penetrase en la vidriera del terror,mostrando su "cara humana",o sea,hombres prisioneros afuera de la celda.
En un momento màs estaríamos casi frente a frente.

Lo habían disfrazado de "oligarca ganadero" y casi, casi se parecía a ellos. La oligarquía viaja en avioneta; él había llegado en elicóptero.Pantalón, saco y camisa impecables,definitivamente no es él, pero...si que es.

Estàbamos andrajosos, rapados, flacos, penetrados en el pensamiento profundo del yo, cada quien en lo suyo, sin poder hablar, ni reír, ni mirar a los lados."El pueblo nos liberarà".

No miràbamos, pero veíamos, esto es algo que sólo un prisionero puede entender fàcilmente.También el viejo que renqueaba notoriamente,miraba sin levantar los ojos del piso.
Los altoparlantes daban la vienvenida al Presidente,banderines de color blanco y celeste flameaban al viento y el sol pegaba en las maquinarias modernas gigantescas,tractores,sembradoras,trilladoras que cosecharían el trigo para exportación,el arroz,la soja, el maíz.La oligarquía no cabe en si de gozo.

En ese momento,un segundo que quedó suspendido en el tiempo, los dos movimos casi imperceptiblemente la cabeza y nuestros ojos se escuadriñaron para describirnos mutuamente,una seña, una mueca, alguna pista de nuestra entereza moral,porque sabíamos que estaba enfermo y deprimido y ello nos preocupaba a todos los últimos prisioneros que ibamos quedando en el penal de Libertad. En San José

El Sr.Presidente de "todos los uruguayos"saco azul,impecable,gordo, sonrosado,con una sonrisa forzada hasta el dolor,saludaba y se aprestaba a hablar...tomó el micrófono.

El dirigente ganadero expresaba su veneplàcito de que el Presidente del país diera señales tan auspiciosas para la producción nacional, el dirigente ganadero es dirigente lógicamente a partir de las miles de cuadras que posee,ese es su "peso" para la dirigencia.Y éste especialmente reúne en su familia unas veinte mil cuadritas de campo, según un viejo libro de Viviàn Trías.

Yo venía el primero de la columna de seis compañeros, extrañados de ser sacados de la celda sin saber para qué, como era la costumbre de los verdugos, porque era fàcil "ser sacado" y no regresar jamàs. Así fué como nos encontramos de frente, por primera vez en una docena de años con el viejo que como un relàmpago movió la cabeza hacia su izquierda y me hizo un guiño de: "Todo bien", así lo transmití a todos los seis poco a poco en voz imperceptible para la guardia enemiga.

Ahora el informativo uruguayo dijo que mañana el Sr.Presidente se reúne con nuestros enemigos.
En Durazno.
Ricardo Perdomo.

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