lunes, 1 de marzo de 2010

EEUU Y HOLANDA BUSCAN REFORMAR SUS DOMINIOS CARIBEÑOS

Jesús Dávila

SAN JUAN, Puerto Rico, 1 de marzo de 2010 (NCM) ­ La revisión pautada para octubre de este año de la política de Estados Unidos y Holanda para sus posesiones en el Caribe navega por mar picado infestado de tiburones por las tensiones Washington-Caracas y el reclamo del nuevo bloque latinoamericano de que las soluciones geopolíticas se basen en el respeto al principio de la "libre determinación de los pueblos".

Por lo menos en el caso de Puerto Rico, esos intentos de revisión se topan con el anexionismo perdiendo la paciencia y el Partido Nuevo Progresista haciendo expresiones cada vez más estridentes contra la Casa Blanca, el autonomismo dividido en campos hostiles al punto que no logra ocultar que un sector trama la destrucción del viejo Partido Popular Democrático y el Partido Independentista Puertorriqueño tan recuperado del pasado desastre electoral que logra avances diplomáticos significativos a nivel continental.

Así las cosas, el presidente Barack Obama y su comité de trabajo, que esta semana tiene una audiencia pública en San Juan, no cuentan con muchos simpatizantes para lo que sea que intentan hacer con respecto a esta nación caribeña de cuatro millones de habitantes en su territorio y colonia de EEUU desde 1898. La noción generalizada es que la Casa Blanca lo que busca es aparentar y prácticamente nadie aquí se fija en la coincidencia de que el informe del comité se debe rendir en octubre, justo cuando entrarán en vigor los cambios para las islas holandesas.

Donde, por supuesto, el asunto no pasa desapercibido es en Washington y el Council of Hemispheric Affairs (COHA) publicó una extensa evaluación de la disolución de las Antillas Holandesas, en las que los reclamos de ³status aparte² han llevado a que Curacao y St. Marteen se conviertan en países autónomos dentro del marco del Reino de Holanda mientras que Saba, St. Eustaquio y Bonaire serán integrados y reducidos a municipios de la nación metropolitana. El COHA tuvo en cuenta también si será posible o no que a la larga el proceso termine en la independencia, como ocurrió en 1975 con Suriname.

En 1953, la Organización de Naciones Unidas sacó a Puerto Rico de la lista de posesiones coloniales luego de que EEUU implantara el régimen autonómico denominado Estado Libre Asociado y en 1954, Holanda proclamó formalmente el final del período colonial caribeño con el establecimiento de las ³Antillas Holandesas². Ambos arreglos han durado poco más de medio siglo, entraron en crisis y han sido objeto de múltiples plebiscitos en los que el régimen ha ido perdiendo adeptos pero las mayorías electorales han evadido la independencia.

La obtención de ese consentimiento en Puerto Rico tuvo aspectos oscuros y desde el año 2000, el Buró Federal de Investigaciones ha estado haciendo públicos dos millones de folios sobre la vigilancia y acecho a los independentistas puertorriqueños durante décadas.

En estos días precisamente circula el relato de 1978 en el que el entonces gobernador Rafael Hernández Colón explicó durante una comparecencia ante la prensa cómo participó en reuniones con la Misión de Cuba en la ONU ­con conocimiento y participación del Departamento de Estado de EEUU- para tratar de descarrilar las denuncias de la condición colonial de Puerto Rico. En aquellos años, el gobernador autonomista estuvo dispuesto a aceptar un proceso supervisado por la ONU para una transferencia parcial de poderes aunque sobre la base de que en 1952 Puerto Rico se había convertido en una ³libre asociación² y el problema era que Washington no atendía más reclamos autonómicos.

Hoy la situación es otra y entre 2005 y 2007 la Casa Blanca elaboró una nueva política pública en la que ha admitido que Puerto Rico nunca dejó de ser colonia ­territorio en nomenclatura estadounidense- y que EEUU no puede negociar con el Estado Libre Asociado.

Mientras tanto, la concesión del status de "república asociada" a islas en fideicomiso en el Pacífico en los años ochenta, dejó claro para autonomistas como Hernández Colón que EEUU no aceptaba un arreglo que incluyera la "unión permanente" y la ciudadanía estadounidense. Desde entonces, el PPD se ha limitado a buscar mejoras al ELA y a finales de los noventa, Hernández Colón propuso que el futuro de Puerto Rico se resolviera entre autonomistas y anexionistas.

En consecuencia y luego de la peor derrota electoral en la historia del PPD, los ³soberanistas² han quedado arrinconados. Han surgido como respuesta desde entidades de educación política como el ³Instituto Soberanista² hasta esfuerzos más o menos disimulados por lograr que ese sector logre retar a la jefatura partidaria o provocar la desaparición del PPD.

En el PIP, por su parte, logró más que duplicar en peticiones los votos obtenidos en los pasados comicios, con lo que esa pequeña formación política efectúa una nueva avanzada diplomática que ha logrado que comiencen a circular mensajes entre las cancillerías y presidencias latinoamericanas para impulsar como bloque el reclamo independentista para Puerto Rico.

La diplomacia del PIP encuentra tierra fértil con la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuya declaración aprobada en la reunión celebrada en la Riviera Maya de México en febrero, proclama en el número 77 la exigencia de que se respete el derecho internacional. En el número 80 dice que la solución de los asuntos internacionales se fundamente en el principio de la autodeterminación de los pueblos.

En la otra cara de la moneda, el COHA destacó la creciente presencia económica de Venezuela en islas como Curacao, donde EEUU tiene una presencia militar cada vez más creciente y estratégica. De igual forma, la presencia venezolana en Puerto Rico cada vez se hace sentir más, lo que plantea un escenario tenso en momentos en que Rusia ha regresado por sus fueros a marcar presencia en la región.

La otra pieza contradictoria es que el anexionismo, con mayoría absoluta desde los comicios de 2008, rompe también con la imagen de incondicional a las políticas estadounidenses. Ejemplo de eso es la posición dual del Gobierno de Puerto Rico sobre la interconexión eléctrica del Caribe, con el Secretario de Estado Kenneth McClintock respaldando públicamente el plan avalado por Washington que propiciaría que el gran proveedor sea Colombia mientras el Gobernador, Luis Fortuño, insiste en la "independencia energética" de Puerto Rico como país exportador de electricidad.

Los roces Washington-San Juan van desde a quejas por falta de apoyo económico hasta impaciencia por el problema de la condición política. Ese asunto cobró tintes duros en días recientes cuando William Laurido, un veterano de 30 años en las fuerzas armadas de EEUU, dijo ante una comisión legislativa que los anexionistas debían atacar la Casa Blanca "a pedradas" o llevar a Washington miles de militantes armados "por lo menos con rifles de palo".

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