Entrevista con Alejandro Bodart, diputado de la Ciudad de Buenos Aires y Secretario General del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST)
Andrés Figueroa Cornejo
Agosto abraza a Buenos Aires con un crepúsculo a horario completo, fondo helado para una administración política nacional que dice lo que no hace ni piensa.
La Legislatura de la capital de Buenos Aires, enclavada a pocas calles de la Casa Rosada, está ocupada dentro y fuera por docentes y estudiantes de las escuelas técnicas cuyo currículo pretende ser modificado por el Jefe de Gobierno metropolitano, el ultraliberal y candidato a la presidencia nacional para el 2015, Mauricio Macri. Convocados por el diputado y Secretario General del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Alejandro Bodart, la comunidad escolar de esa zona educativa busca desde hace tiempo evitar una reforma en sus planes de estudio que impediría que los alumnos egresen preparados para el mundo del trabajo. Saldrían de las escuelas sin títulos de especialidades técnicas. Sin embargo, debido a la fuerza de la movilización se logró que las autoridades de la Ciudad echaran pie atrás a las modificaciones de los dos primeros años de escolaridad. Falta, pero en lo inmediato es una conquista relevante de profesores y estudiantes en lucha.
Después de horas, el diputado Bodart puede atender la siguiente entrevista
-¿Qué caracterización realizas del gobierno encabezado por Cristina Fernández?
“La actual administración del Ejecutivo nacional, luego de gozar de una coyuntura económica muy favorable, el 2012 ingresó a la dramática dinámica de la crisis económica mundial. Pese a que el Ejecutivo intentó oscurecer la realidad bajo un primer discurso de ‘país blindado’ ante la crisis, hoy lo encontramos imponiendo el mismo recetario que los últimos gobiernos de Argentina. Es decir, aplicar un programa de ajustes antipopulares que contradice la retórica de ser un gobierno preocupado de los trabajadores y los empobrecidos.”
-¿Cómo cuáles medidas?
“El traslado de la crisis a las provincias del país mediante su desfinanciamiento, de modo que los gobernadores sean la mano visible que aplica el ajuste. Eso fue lo que sucedió en la propia provincia de Buenos Aires donde el gobernador Daniel Scioli en un principio no pudo cancelar un aguinaldo legal para estatales y docentes, provocando un verdadero levantamiento de esos sectores. Por otra parte, la administración CFK se ha visto obligada a cortar los fuertes subsidios a las empresas privadas lo que provoca que esas corporaciones aumenten sus precios a la población. Es lo que ocurre con el transporte subterráneo, donde el gobierno nacional busca desprenderse de su responsabilidad empotrándoselo al de la Ciudad. En fin. El criterio de fondo es que el ajuste lo paguen los trabajadores y el pueblo. Y el problema para CFK es que la clase trabajadora se mantiene fuerte y posee una poderosa disposición de resistencia. En términos generales, cuando los asalariados se encuentran en estas condiciones, los ajustes de los distintos gobiernos sólo han ganado una contundente reacción popular, y marca el inicio de sus ocasos.”
-¿Cuáles son los más acuciantes problemas sociales y económicos que dañan a las grandes mayorías de Argentina?
“Antes que todo, una inflación que castiga a los que menos tienen. Vertiginosa y cotidianamente los salarios pierden poder de compra a través del aumento del costo de la vida. Ni siquiera los reajustes provenientes de las negociaciones sindicales soportan el paso del tiempo. Con el agravante de que más de la mitad de los trabajadores del país se desempeña ‘en negro’, informalmente y ni siquiera llega a obtener los aumentos salariales devenidos de las negociaciones legales. Lo mismo ocurre con los derechos y coberturas sociales. Cada vez cuesta más llegar a fin de mes. Ahora está la situación de los jubilados. Un 80 % cobra la jubilación mínima, $1600 pesos al mes (USD 350), cuando la canasta de mercancías básicas oficial está en $3870 pesos (casi USD 850), y la real supera los $5000 pesos (USD1096). Asimismo, la demanda por la vivienda ha causado hasta muertes. Cuando la gente se toma un pedazo de tierra para elevar algún tipo de habitación, es reprimida por la policía. Sólo en la Ciudad se calcula que existe medio millón de personas con problemas de vivienda. En materia de educación, Argentina tuvo una enseñanza pública de excelencia, ejemplo para toda Latinoamérica. Sin embargo, año tras año se observa cómo cae sistemáticamente porque está en curso un proceso de traslación de recursos públicos a la educación privada. La salud, lamentablemente no se queda atrás. Es tan grande el deterioro que nosotros presentaremos un proyecto de ley que decrete la emergencia sanitaria debido a que el desfinanciamiento –los presupuestos que se votan ni siquiera terminan de entregarse- provoca que los hospitales estén en situación calamitosa, tanto por la administración edilicia falta de personal, como por la creciente privatización del sistema.”
-¿Y que pasa con la seguridad, un territorio que siempre ha explotado la derecha mañosamente?
“Existe un problema estructural de pobreza, y dentro de la propia pobreza, un sector que avanza hacia la más profunda marginalidad social. Cientos de miles de jóvenes carecen de acceso al estudio y al trabajo, fruto de toda la política antisocial de los 90’ que no se ha revertido. Ello es caldo de cultivo para las mafias que operan en el país y que captan jóvenes para el delito. Al respecto, lo fundamental es atacar la pobreza y a las grandes mafias. En Argentina no hay mafias como las de EE.UU. o Europa. Aquí las fuerzas de seguridad mismas han cubierto esa plaza. Las mafias del país están constituidas por las policías bonaerense y federal. Sus altos rangos son los que comandan el delito del robo de autos, protegiendo a los desarmaderos, a las industrias de la prostitución y la droga. Todo esto con una gran connivencia con el poder político y judicial. Es decir, los mismos que llaman a aplicar mano dura son los responsables de la seguridad. Por eso para atacar efectivamente la delincuencia, es preciso eliminar la pobreza y golpear el triángulo de impunidad que existe entre las fuerzas de seguridad, las políticas y las judiciales. Esto la derecha lo calla, por supuesto, para usarlo con el fin de atemorizar a la población y administrar la injusticia. Naturalmente, los cambios de fondo no vendrán de quienes son parte protagónica del problema.”
-¿Y qué ocurre con la trata de personas y las cifras escalofriantes de femicidios
(http://alainet.org/active/53232&lang=es)?
“A Argentina han ingresado redes de trata de personas que se han fortalecido en el último tiempo. Por otra parte, la descomposición de la sociedad también contempla un aumento de la violencia de género. Este último flagelo va en aumento, pero también tiene raíces estructurales acuñadas por una sociedad de clases donde las relaciones de poder se desatan ferozmente.”
-La explotación megaminera hoy mismo moviliza a muchas comunidades a lo largo del país…
“El gobierno de los Kirchner no sólo continuó con la política de los 90’ en muchas áreas porque siguió entregando servicios esenciales a los privados, sino que incluso atrajo nuevos capitales transnacionales. Así como Carlos Menem quedó ligado a la privatización del petróleo, este gobierno quedará como el que entregó toda la cordillera a las corporaciones megamineras, con las consecuencias de saquear los recursos del país, y lo que es peor, la contaminación de las aguas. Pero la contaminación no únicamente a las comunidades originarias o que viven en las zonas de explotación de los yacimientos, sino de el país y el mundo. Argentina cuenta con una de los reservorios acuíferos más importantes que tiene la humanidad. En poco tiempo, el agua será un bien escaso. Y aquí estamos hablando de la vida misma. Nada reemplaza el agua. Por eso la enorme resistencia social y apoyo ampliado a la defensa del agua contra la megaminería. Al respecto, estimo que la lucha resuelta contra la megaminería es una lucha anticapitalista. Sino se destruye al capitalismo, más temprano que tarde, el capitalismo terminará destruyendo el mundo y no sólo a la clase trabajadora.”
LOS RECORTES
-El 2001 parece funcionar como un separador de la historia reciente…
“En el 2001 hubo una rebelión generalizada causadas por las políticas de los 90’. En ese contexto surgió el presente gobierno que, aprovechando una favorable coyuntura económica, edificó un doble discurso y logró convencer durante un tiempo a la sociedad de que las cosas estaban cambiando. Sin embargo, ahora que la crisis comienza a mostrar los colmillos, está descubriéndose una vez más la condición estructural del capitalismo realmente existente. Ya no se puede ocultar la constitución objetiva del modelo debajo de una alfombra transparente. Han comenzado los despidos, las suspensiones en los lugares de trabajo, mientras la desocupación, la pobreza y la marginalidad se agudizan. Distintos sectores señalan que vamos camino a la estanflación, que es la explosiva mezcla entre recesión más inflación. Por mi parte, yo creo que ya estamos en esa situación. Lo que ocurre es que hay un manejo de los índices económicos del gobierno, que sólo está postergando su oficialización.”
-¿Qué ocurriría si el gobierno, de un día para otro, retirara los subsidios a los servicios básicos y derechos sociales de los argentinos?
“De hecho, comenzaron los recortes. Las cuentas aumentan su tarifado y se profundiza el deterioro del conjunto del sistema público. Ya están dejando de funcionar los trenes y el transporte subterráneo ha eliminado formaciones y frecuencia. El capital privado ha mantenido sus ganancias mediante los subsidios. Sin ellos, aumentan los precios, disminuyen los servicios cualitativa y cuantitativamente. Y cuando el negocio no rente lo que el empresariado ambiciona, retornará el servicio al Estado. Se habla de que la empresa Metrovías terminará por devolver el subterráneo metropolitano al Estado. ¡Después de los miles y miles de millones de dólares en subsidios durante años, el Estado podría quedarse con un sistema de transporte completamente obsoleto!”
LAS CONDICIONES PARA CREAR LA ALTERNATIVA POLÍTICA
-¿Qué sucede con la unidad del archipiélago de fuerzas político-sociales, empeños de todo tamaño y ámbitos de lucha, organizaciones de todas las tallas y colores que persiguen un cambio de sociedad sustantiva y que beneficie a las grandes mayorías?
X“Uno de los grandes debates es precisamente cómo modificar el presente estado de cosas y crear una fuerza capaz de ganar la mayoría de la población para provocar transformaciones de fondo. No se trata de discutir, por ejemplo, si la megaminería debería dejar más o menos dinero al país: de lo que se trata es de prohibirla. No se trata de pagar a tiempo las cuotas de la deuda externa como dice la Presidenta: la cuestión es no pagar la deuda externa. No se trata de expropiar el 30 % de la empresa que tiene el 30 % de todo el petróleo de Argentina: se trata de recuperar el 100 % del petróleo para ponerlo al servicio del país. ¿Qué fuerza por sí sola es capaz de llevar adelante estas y otras medidas que chocan con los intereses de todos los poderes establecidos? Esa es la gran tarea y se puede deletrear: la unidad de sectores diversos. Nosotros somos una agrupación anticapitalista y socialista. Pero creemos que hay todo un largo período para trabajar con otras fuerzas con quienes probablemente no tenemos exactamente el mismo programa ni el mismo proyecto de sociedad a la que aspiramos. Sin embargo, en los distintos momentos concretos esos empeños levantan puntos fundamentales que sólo con los socialistas se pueden llevar adelante. Por ejemplo, los ambientalistas consecuentes, lo asuman o no, objetivamente están llevando adelante una tarea anticapitalista. Ese sector debe ser parte de la formación de una nueva alternativa política. Lo mismo pasa con esfuerzos provenientes del nacionalismo soberanista que lucha contra la voracidad imperialista. Juntos debemos trabajar. No hay otra salida que reunir todas las fuerzas que pujan por un porvenir al servicio de todas y todos. Nosotros pelearemos hasta el final para conquistar la más amplia unidad. Se han dado algunos pasos, como la conformación de Proyecto Sur que encabeza Pino Solanas. Pero no basta sólo con Proyecto Sur. Es preciso engrosar las fuerzas con los sectores que conviven en la Central de Trabajadores de Argentina (Micheli). Aquí en la Capital se llama Buenos Aires Para Todos; en el país, Unidad Popular. También hay que ampliarse hacia sectores de izquierda, llamándolos con sencillez y claridad a que se rompa con el sectarismo. Y, por supuesto, a la gran mayoría independiente que hasta ahora, por la misma falta de unidad de los nuestros, descree de las organizaciones políticas y que participa en las distintas luchas sociales que se están dando. Más allá de los matices que nos distinguen, urge converger para ofrecer buena batalla a las expresiones políticas e institucionales que representan los intereses capitalistas. Nosotros queremos entregar nuestro aporte al interior de una fuerza de ese tipo. Lo otro, es optar con quedarse satisfecho con la conciencia personal, pero no provocar ningún cambio en la realidad.”
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http://unidadmpt.wordpress.com/2012/08/07/argentina-con-la-sola-unidad-de-la-izquierda-no-alcanza/
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