Perpetuar la condición colonial de Puerto Rico .

Por: Gustavo Robreño

Se acerca la fecha del 6 de Noviembre en que deberá celebrarse el titulado “referéndum no vinculante” sobre el status político de Puerto Rico, que pretende ser presentado por la metrópoli colonial estadounidense como una supuesta oportunidad para que el oprimido pueblo boricua exprese su opción sobre el actual “estado libre asociado”, la anexión total a Estados Unidos o la independencia plena que le permita incorporarse libremente al conjunto de países latinoamericanos y caribeños, del cual histórica y geográficamente forman parte.
El citado referéndum, que desde su convocatoria aclara no ser vinculante, o sea, no son de cumplimiento obligatorio sus resultados, recibió fuertes críticas por parte de los países que forman el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas y que recientemente aprobaron por consenso la resolución presentada por Cuba, -con el apoyo expreso de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, -que reconoce una vez más el derecho del pueblo de Puerto Rico a la libre determinación e independencia y es una nación con propia e inconfundible identidad cultural. En el referéndum no podrán votar los puertorriqueños no residentes en la isla, pero sí los extranjeros que vivan allí hace al menos un año.
Desde hace 40 años, de una forma u otra, las Naciones Unidas se han pronunciado favorablemente a la independencia de esta colonia de Estados Unidos en el Caribe y en los últimos doce años la resolución presentada por Cuba ha sido aprobada por consenso en el Comité de Descolonización.
En este caso, la resolución aprobada incluye la solicitud de libertad para los presos políticos puertorriqueños que cumplen largas penas de prisión en cárceles norteamericanas como Oscar López Rivera,- que con más de 30 años de confinamiento es el más viejo preso político del continente,- y los hermanos Avelino y Norberto González Claudio
Mientras proclama hipócritamente su amor por la libertad, la autodeterminación y los derechos humanos, el sistema imperialista estadounidense siente la lucha por la independencia de Puerto Rico como una piedra en el zapato desde hace 114 años, en que le arrebató a España el dominio colonial de la isla mediante la guerra interimperialista de 1898, en que también se adjudicó a Cuba y Filipinas.

Las diversas organizaciones puertorriqueñas que participaron en los debates de Naciones Unidas, coincidieron en que el referéndum del 6 de noviembre no es más que un engendro colonial, dentro del marco establecido por los colonialistas, bajo sus condiciones y sin obligación de nada, intentando distraer así la atención por la verdadera independencia y por las demandas crecientes a favor de la libertad de los presos políticos puertorriqueños.
Como es de suponer, las transnacionales de la información al servicio de los intereses imperiales y que forman parte del imperio mismo, hacen todo lo posible por ocultar y distorsionar la realidad colonial puertorriqueña. De este modo es el tratamiento que habitualmente dan al anunciado referéndum, a las resoluciones del Comité de Descolonización y a la lucha incansable del pueblo de Puerto Rico por su plena independencia.
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