domingo, 5 de agosto de 2012

Violencia policiaca y hambre de justicia en el reino de Disneylandia

El Movimiento de Base, Malcolm X (MXGM), publicó recientemente que 120 hombres de raza negra, mujeres y niños han sido asesinados por la policía, o auto-nombrados encargados de hacer cumplir la ley, en el primer semestre de 2012.

Traducción: Amaranta Cornejo Hernández y Sergio Adrián Castro Bribiesca / Desinformemonos


Anaheim, Estados Unidos. El sábado 24 de julio, el joven de 24 años, Manuel Díaz, yacía en un charco de lodo después de haber sido balaceado. Se encontraba a diez minutos del lugar “más feliz de la tierra”: Anaheim, conocido como el hogar de Disneylandia, y definido en la última semana por la violencia policiaca y la inquietud civil. Todo comenzó la tarde de ese sábado, cuando Díaz junto con otros dos jóvenes fue abordados por tres oficiales de la policía de Anaheim. Díaz corrió y uno de los oficiales lo persiguió. De acuerdo con una testigo, a Díaz le dispararon por la espalda, primero en las nalgas y luego en la cabeza. La testigo dijo a los reporteros que la policía esposó a Díaz antes de catearlo, a pesar de que su cuerpo yacía inmóvil en el piso. Diversos testigos acusan a la policía de intentar comprar grabaciones del incidente hechas con celulares.
Días después, el semanario de Orange County obtuvo un video que mostraba al policía parado junto al cuerpo ensangrentado de Díaz, quien se convulsionaba como si aún tuviera vida. Esto se prolongó durante tres minutos sin que el policía hiciera algo. Se puede escuchar a un hombre gritar “¡Aún está vivo!”

Díaz es el más reciente de una larga lista de disparos a manos de la policía a gente de color desarmada. Su nombre ha llegado a simbolizar la lucha contra la violencia policiaca en las comunidades morenas y negras, sin que las autoridades hagan algo. En Anaheim, donde la tensión entre la policía y la comunidad latina se ha venido construyendo por años, Díaz es la chispa que encendió el fuego que se ha extendido por toda la ciudad.
Este tiroteo provocó una protesta inmediata a cargo de los residentes, quienes demandan respuestas de la policía. Cuando alguien de la multitud supuestamente lanzó botellas y piedras a los oficiales, estos respondieron disparando balas de goma, gas pimienta y soltando, aparentemente por accidente, un perro de ataque K-9, el cual agredió a la gente, en su mayoría eran padres y niños pequeños. El caos fue capturado en video por personal del noticiero KCAL. Ahí se observan madres gritando y padres poniéndose como escudos para proteger a sus hijos aterrorizados. Al día siguiente un segundo latino, el joven de 21 años Joel Acevedo, fue muerto a tiros por la policía de Anaheim, debido a que le dispararon durante una persecución.
Con estas recientes muertes suman seis el número de casos de disparos por parte de la policía en 2012. Las familias de las víctimas han estado protestando semanalmente los domingos en contra del departamento de policía de Anaheim (APD por sus siglas en inglés). En una presentación ante la corte el APD fue vinculado con “escuadrones de la muerte” porque indiscriminadamente disparan a cualquiera que considera integrante de una pandilla
Todos son pandilleros

La violencia policiaca se reduce dramáticamente a dos grupos de personas: activistas políticos, por ejemplo de Ocupa Wall Street, protestas en Chicago contra la OTAN, o bien contra comunidades de color pobres.

De los seis casos de disparos hechos por la policía en este año, cinco de ellos fueron contra latinos. De hecho, en el barrio donde Díaz fue baleado, el 90 por ciento de la población es de origen latino.
En ruedas y comunicados de prensa, la policía de Anaheim ha utilizado repetidamente el término “pandillero” para justificar los recientes disparos y el subsecuente trato hacia la población que protesta por ello.
El jefe de la policía de Anaheim, John Welter, dijo que disparar balas de goma y gas pimienta a los residentes que protestaban por el asesinato de Díaz fue una respuesta a que “ciertos pandilleros” lanzaron botellas y piedras a los oficiales. En el comunicado de prensa del 24 de julio de la Asociación de policía de Anaheim, Kerry Condon, presidente del sindicato de policías dijo lo siguiente:
“Vivimos en un mundo peligroso donde hay muchos pandilleros violentos como Manuel ‘Stomper’ Díaz y Joel ‘Yogi’ Acevedo, quienes pasaron sus jóvenes vidas provocando daños en sus vecindarios y a respetuosos ciudadanos que viven ahí. Fueron las acciones de estos pandilleros, no los oficiales de policía, lo que puso en marcha los desafortunados eventos. Aun cuando ha habido diversas amenazas de muerte a oficiales de la policía de Anaheim en barrios de pandillas por toda la ciudad en el último año, nuestros oficiales continúan yendo a esas áreas para combatir el crimen pandilleril y proteger a los residentes que viven con miedo hacia estos terroristas domésticos”.
Gustavo Arellano, editor del periódico alternativo del condado de Orange, el cual durante años ha seguido de cerca los reportes de brutalidad policiaca del APD, dijo a Truthout que identificar a las víctimas como pandilleros no es nada nuevo. “Los departamentos de policía son notorios por no ofrecer voluntariamente información a los reporteros, pero de forma expedita le dicen a los medios que ‘ese no es un ángel, es un pandillero documentado’”. El problema, continúa Arellano, es que “los medios sólo ponen atención a lo que dice el departamento de policía, como si eso justificara las muertes de estas personas
La realidad es que “pandilla” es una palabra discriminatoria que busca generar imágenes y estereotipos de violencia negra y morena en la mente del público. Cuando las palabras “pandilla” o “drogas” son lanzadas en conexión con víctimas de color, la simpatía para la persona afectada o muerta se detiene súbitamente. Usando repetitivamente la palabra “pandillero” para describir a la gente que está al otro lado de la violencia policiaca, el APD apela a una indiferencia discriminatoria hacia las víctimas.

Para confirmar el éxito de la maniobra, uno puede mirar la falta de preocupación por la última plaga de violencia armada en Chicago. Los más de 250 homicidios en el 2012, –arriba del 40 por ciento en las mismas fechas el año pasado-, han sido atribuidos a las armas, pandillas y drogas, mientras que los problemas sistémicos creados por la guerra contra las drogas y las tácticas de la policía han sido ignorados por mucho tiempo junto con las víctimas.
Contrasta la apatía que hay en Chicago, con la reacción de horror en la masacre del cine en Aurora, Colorado. Como los políticos compitieron para ver quién podía rezar más fuerte por las víctimas y sus familias, los medios de comunicación saturaron los espacios con historias detalladas acerca de las vidas de aquellos que fueron asesinados. El presidente Obama incluso viajó a Aurora para encontrarse con los sobrevivientes. Mientras tanto, las víctimas de Chicago y sus familias aún no han recibido ningún tipo de simpatía o preocupación.
El Consejero de la ciudad se reunió con un abogado de Anaheim, James Segall-Gutiérrez, quien les dijo a los miembros del Consejo, “La deshumanización de un hombre llamándole pandillero es un error. Él es un ser humano”. Llegó a argumentar que las muertes de Díaz y Acevedo fueron el “resultado final” de esta deshumanización, y agregó, “seguirá hasta que ustedes lo cambien”.
Apartheid económico

En tanto, Arellano reconoce la raza como un componente de acoso de la policía. Él que cree que la desigualdad económica está en el corazón de la violencia policial. “La comunidad latina está siendo la más afectada por el acoso de la policía debido a que viven en las comunidades de clase obrera, en donde, naturalmente puede haber más crímenes. La policía probablemente busca a las personas en esas comunidades para arrestarlas. Es un problema de clase que va más allá de la comunidad latina”.

Atef A., un estudiante de Anaheim en la Universidad de Chapman, dijo a Truthout que la violencia reciente de la policía en Anaheim ha puesto al descubierto el verdadero rostro del Condado de Orange. Dijo que los programas de televisión como “Laguna Beach” y “The OC”, que representan el Condado de Orange como “la frondosa clase media-alta” son una “ilusión”. “Tenemos el apartheid económico en el Condado de Orange”, dijo.
“Hay violencia de pandillas”, admitió Atef, “pero eso pasa con un sistema social que no brinda garantías a los barrios pobres.”
En uno de los artículos que manifiesta la desigualdad económica de Anaheim, Los Angeles Times informó:
“Se estima que de los 34 mil habitantes en Anaheim, el 53 por ciento son latinos y las protestas se han producido en las periferias de la ciudad, donde muchos de ellos viven. La mayoría de los miembros del Concejo Municipal provienen de las zonas más opulentas de Anaheim. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), recientemente presentó una demanda, alegando que el sistema actual de elección del concejo deja a los latinos poco representados. La demanda dice que Anaheim ha tenido sólo tres concejales latinos en su historia”.
Arellano cree que el Ayuntamiento tiene la culpa, incluso más que el departamento de policía, por la violencia que afecta a Anaheim. “Ellos han estado dando millones de dólares en subsidios a los desarrolladores. Cuando el concejo de la ciudad presta atención únicamente a los desarrolladores el resto de la ciudad se desmorona”. Además, dijo que el Ayuntamiento ha desviado recursos a hoteles, resorts y centros de convenciones deportivas, en perjuicio de los trabajadores pobres de la ciudad, que ya sufren el desempleo y un aumento en la delincuencia
Steve Sevada, residente de Anaheim, hizo eco del sentimiento de Arellano en la reunión que tuvo con el Concejo. “Tal vez si usted no diera todo el dinero a los desarrolladores, usted no tendría hijos involucrados en las pandillas”, dijo Sevada. Otro residente de Anaheim sugirió que el Ayuntamiento “invierta en Anna Dirve o el Parque Ponderosa como si fueran distritos turísticos”, en referencia a los barrios donde Manuel y Ángel Hernández Martín (en marzo), fueron asesinados por la policía.

Una zona de guerraEl pasado martes 24 de julio, los residentes de Anaheim convergieron frente a la alcaldía para exigir una rendición de cuentas por la violencia policial que azota a su comunidad. Después de siete horas de protesta, la noche terminó con 24 detenciones, lesiones, y las calles llenas con balas de goma usadas y restos de gas pimienta.

La tensión entre la policía y los manifestantes fue creciendo con cada hora que pasaba. Centenares de policías antimotines se alinearon de inmediato a lo largo de la parte frontal del Centro Cívico para bloquear la entrada de los manifestantes. Después de intentar romper el cerco, sólo para ser rechazados por los agentes quienes estaban fuertemente armados, los manifestantes emprendieron su marcha por las calles de Anaheim, al unísono gritaban, “Fuck the Police” y “No hay justicia. No hay paz. Ningún policía racista”.
Mientras tanto, en el interior del Ayuntamiento, una residente de Anaheim se dirigió a los miembros del Concejo para hablar de la última ronda-policiaca donde hubo tiroteos. “Soy una madre con niños pequeños. Esta ciudad solía ser tranquila. Ahora tenemos que tener miedo de la gente que se supone que nos protege”. “Nos gustaría tener un mayor acceso y transparencia a lo que la policía hace en nuestra comunidad”, agregó un hombre local que se identificó como Arturo Ferrerez.
A lo largo de la noche, el APD fue acompañado por cinco agencias de policía de los alrededores para la dispersión de los manifestantes. y se observó que la policía se parecía más a una unidad militar de operaciones especiales en una misión en Irak que la aplicación de la ley estadounidense. Associated Pressinformó que hubo al menos 250 agentes de policía, en total, durante toda la noche.
A medida que la noche avanzaba, los manifestantes lanzaron piedras y botellas contra la policía, mientras que la policía disparó indiscriminadamente contra los manifestantes, con balas de goma y gas pimienta. No está claro de qué lado inició el intercambio, sin embargo, casi todos los informes de los medios de comunicación han dicho que la culpa fue de los manifestantes violentos y rebeldes.
Muchas personas fueron vistas con grandes marcas de sangre en sus cuerpos, un hombre golpeado en la parte posterior de la cabeza mientras trataba de huir. Los periodistas también fueron atacados, incluyendo el bien conocido en vivo-streamer Tim Pool, el periodista de investigación Amber Lyon y miembros del personal de California Noticias FKI.
“¿Necesitamos empezar una revuelta?”
La historia de la violencia policial hacia los latinos no se limita a Anaheim. Historias similares de violencia policial se pueden encontrar en todo el país, en zonas habitadas por gente pobre de color.

Durante la protesta del martes por la noche, en Dallas, un hombre negro que estaba desarmado, fue asesinado a tiros cuando huía de la policía de Dallas. La policía antidisturbios de siete subestaciones de Dallas fue llamada para someter a una multitud de 300 residentes que se reunieron para expresar su cólera contra la policía.
El Movimiento de Base, Malcolm X (MXGM), publicó recientemente una investigación que encontró que 120 hombres de raza negra, mujeres y niños han sido asesinados por la policía, guardias de seguridad o auto-nombrados encargados de hacer cumplir la ley en el primer semestre de 2012, la mayoría de los cuales estaban desarmados. Eso significa una persona negra asesinada cada 36 horas. Teniendo en cuenta la cadena de los latinos asesinados por la policía en Anaheim solamente, el número posiblemente habría aumentado de forma dramática.
Una de las más preocupantes conclusiones del informe es la absoluta falta de rendición de cuentas por estos homicidios. Hasta el momento, menos del nueve por ciento de los responsables de las muertes enfrentan cargos (cuatro policías y seis guardias de seguridad y auto-nombrados oficiales de la ley).
Los autores del informe describen el patrón común de los acontecimientos que tienen lugar en las secuelas de un tiroteo por parte de la policía:
“El procedimiento estándar en la mayoría de las jurisdicciones es para los policías implicados en los disparos mortales y se paga por ello, mientras que el departamento lleva a cabo una investigación de ellos mismos. La prensa aplaude sus registros mientras se exceden sobre los antecedentes penales de la persona fallecida. Casi todos los policías asesinos son rutinariamente exonerados y regresan rápidamente a la calle. Las familias en duelo, hacen la pregunta, ‘¿por qué tienen que morir?’ desde luego, son ignoradas. Si hay algo que tenga que demostrarse que sea indigno en la comunidad debe de ser investigado. El sistema legal casi nunca hace pagar a estos verdugos, e incluso si lo hacen, continúa la matanza”.
El alcalde de Anaheim, Tom Tait, ha prometido una investigación transparente sobre la muerte de Díaz. También ha solicitado que el fiscal general del Estado y la FBI ayuden en la investigación. Sin embargo, hasta la fecha, ni un solo oficial de policía de Anaheim ha sido procesado por el creciente número de muertes por disparos.

En respuesta al informe MXGM, el rapero Jasiri X tomó el micrófono para preguntar: “¿Tenemos que iniciar una revuelta?”, El título de su más reciente canción y el video publicado, que hace frente a la falta de justicia para los fallecidos.
Si los funcionarios de la ciudad siguen excusando e ignorando la persistente violencia de la policía que es mortal, las calles de Anaheim, desesperadas por la justicia, pronto podrían hacerse la misma pregunta: “¿Es necesario iniciar una revuelta”
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