domingo, 14 de marzo de 2010

Quo Vadis, Chile? - Matías Cociña V.

Desde antes del triunfo de Sebastián Piñera en la segunda vuelta de la elección presidencial, y aún más desde entonces, la misma pregunta ha dado vueltas sobre nuestras cabezas en repetidas conversaciones: ¿Qué pasó, Chile? ¿Qué cambió? ¿Para donde vamos?

La pregunta es válida. Desde que en 1989 el pueblo de Chile decidió decirle que No a Pinochet y sus secuaces, la balanza política, al menos en el papel, se había venido moviendo desde la centro-derecha hacia la centro-izquierda. Partimos con dos presidentes democratacristianos. Un Aylwin conservador y con historial de derecha, seguido del ingeniero Frei y su proyecto “modernizador”. La elección de Lagos mostró un pueblo chileno que no le temía a la etiqueta socialista ni a los malos augurios conservadores. La elección de Bachelet pareció confirmar un giro hacia la construcción de un modelo de inspiración socialdemócrata: promesas de una red de protección social efectiva y financiada; trizadura en el patriarcado político; y la cuarta derrota consecutiva de la derecha en la urna presidencial que, en un país centralizado y jerárquico como el nuestro, parecía ser señal de agonía ideológica. Los militares estaban finalmente subordinados al poder civil, varios responsables de violaciones a los derechos humanos en la cárcel, y cifras destacadas por expertos en todo el mundo mostraban reducción de la pobreza, crecimiento económico, control de la inflación, y un extenso etcétera de indicadores alentadores. Las cifras de apoyo a la Presidenta, las más altas desde que la medición existe, parecían confirmar la tendencia.

En ese contexto, entonces, ¿cómo fue que la derecha volvió al poder, especialmente contando entre sus filas a varios ex colaboradores cercanos del dictador? Difícil pregunta. Desde antes de las elecciones, la prensa se ha plagado de explicaciones, desde las más simplonas hasta elaboraciones de mayor calibre (pienso en G. Salazar, incluso en Héctor Soto). El tono general, sin embargo, es el de la explicación político-electoral, de la explicación “institucional” en torno al sistema parlamentario binominal, las dinámicas internas de los partidos y sus dirigentes (¿alguien dijo Camilo?), los gastos desiguales durante la campaña. Los que votaron y eligeron al recién asumido Presidente, sin embargo, no fueron las instituciones, sino los ciudadanos, el pueblo. ¿Qué pasó, Chile? ¿Qué cambió? ¿Para dónde vamos?

En estos párrafos, quiero plantear algunas inquietudes y atisbos de respuesta a estas preguntas, para motivar la discusión. Por supuesto, no serán ni las primeras ni las últimas. Sólo un intento más.

El proyecto neoliberal y sus frutos
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Fuente: de la República
www.blog.delarepublica.cl

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