La candidata presidencial de la izquierda brasileña Dilma Rousseff venció cómodamente en las elecciones de este domingo con 46.77% de los votos, pero ese resultado, con un sabor amargo, la obligará a disputar una segunda vuelta el 31 de octubre con el segundo ubicado, el derechista José Serra, quien logró el 32.67% de los sufragios.
"Podemos confirmar que habrá segunda vuelta en las elecciones presidenciales", dijo el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Ricardo Lewandowski.
La historia se repite en Brasil: Lula, que cierra su gobierno el 31 de diciembre y sale como el presidente más popular de la historia del país con 85% de aprobación, también tuvo que ir a segunda vuelta electoral en 2002 cuando fue electo y también cuatro años después en la reelección.
Dilma ha proclamado la noche del domingo, que encarará "con mucha garra y energía" la segunda vuelta ante Serra. "Considero esta etapa un momento muy especial en mi vida", dijo dedicó un "agradecimiento muy especial" a Lula por el apoyo que le ofreció en la campaña.
En un breve pronunciamiento ante periodistas, en el que no fueron aceptadas preguntas, Rousseff mantuvo que en la segunda vuelta que deberá disputar con Serra el próximo día 31 de octubre tendrá "oportunidad" de "detallar mejor" sus propuestas para "la erradicación de la miseria y el desarrollo del país con elevadas tasas de crecimiento".
La candidata del PT afirmó que esas propuestas apuntan a "lograr que los 190 millones de brasileños puedan disfrutar las riquezas del país" y que el crecimiento económico sirva para "garantizarle a todo el conjunto de la sociedad unas condiciones de vida adecuadas".
Rousseff, que se mostraba visiblemente cansada tras la intensa jornada electoral, valoró el hecho de que los comicios se realizaron "dentro de la más absoluta normalidad", lo que supone "un momento importante para la vida democrática del país".
Las sorpresas del domingo
La jornada ha tenido dos sorpresas: una alta votación por la candidata del Partido Verde, Marina Silva, ubicada más a la izquierda que la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), y la abstención, pese a que en Brasil es obligatorio el voto.
Pese a que en Brasil el voto es obligatorio, la abstención sumaba 24 millones 490 mil 63 votos, equivalente al 18.1% del electorado. Pero además, los votos en blanco sumaron 3,47 millones (3.13%) y los nulos 6,09 millones (5.5%). Es decir, que en estas elecciones no ha contado el voto de al menos 34 millones de brasileños, equivalentes a casi 25% del electorado.
Con el 99.63% de los votos escrutados, Dilma logró 47 millones 421 mil 754 votos y Serra alcanzó 33 millones 047 mil 754 sufragios.
La verdadera sorpresa de la elección fue Marina Silva, la ex ministra de Medio Ambiente de Lula y que renunció al PT hace dos años, que logró 19.37% y 19 millones 611 mil 888 votos. En las últimas dos semanas, según los analistas de encuestas, Silva le "robó" 7% de los votos a Rousseff.
El Partido Verde, diminuto hasta esta elección, había anunciado antes de la votación que apoyaría a Serra en segunda vuelta, pero todavía resta saber los movimientos de Silva, convertida en un árbitro del futuro político de Brasil a partir de 2011.
Silva fue primera en Brasilia y segunda en Río de Janeiro y Amazonas, rompiendo la polaridad entre el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), de Serra, quien por su parte tiene el trabajo nada fácil de revertir una diferencia de más de 13 puntos con quien será su rival el 31 de octubre.
Por qué no pudo Dilma
La segunda vuelta tendrá lugar por la alta votación que obtuvo Marina y el nivel de abstención registrado, según afirma el filósofo Luis Delgado indicó en entrevista exclusiva a teleSUR. "Sumado a la cantidad de votos de Marina (Silva) más las abstenciones que se están dando permitiría la segunda vuelta", aseguró.
Delgado afirmó que el 18 por ciento del electorado que se abstuvo en estas elecciones debe llevar a la reflexión al Gobierno y a los partidos de oposición. "¿Qué significa 18 por ciento, 20 millones de electores que no van a las urnas? (...) es para pensar (...) las promesas que no se cumplen", consideró.
En cuanto al candidato que obtendrá el apoyo del Partido Verde en la segunda ronda, el filósofo sostuvo que "habría que prestar atención en cómo ese caudal de votos sería administrado".
Otro analista, Carlos Alberto de Melo, estimó que la gran diferencia entre la votación a Rousseff y lo que preveían los sondeos antes de los comicios, se debe a que "no se contaba con la votación a Marina Silva".
"Creo que se trata un poco de voto de protesta de un sector del electorado que no se convencía ni con Dilma ni con Serra y finalmente acaba votando a Marina tal vez para ganar tiempo y forzar un segundo turno", explicó de Melo, profesor del Instituto de Enseñanza e Investigaciones Insper, un centro de análisis independiente de Sao Paulo.
El analista André Pereira César, de la Consultora CAC, dijo a la AFP que "el hecho nuevo de estas elecciones fue el crecimiento de Silva. De ser una figura secundaria en toda la campaña, acaba llevando la elección presidencial al segundo turno". Para el analista, "el 20% de votos ahora pasan a valer oro puro. En las próximas tres semanas, ella dará las cartas".
El presidente Lula, al votar en Sao Bernardo do Campo, Gran Sao Paulo, había minimizado la dificultad de enfrentar un balotaje. "Nunca gané en primera vuelta", recordó sobre sus pleitos definidos en balotaje en 2002 y en el 2006.
Las últimas dos semanas son consideradas clave para entender por qué las encuestas se equivocaron sobre el balotaje: denuncias de corrupción hicieron renunciar a la jefa de ministros de Rousseff, Erenice Guerra, lo que inauguró un inédito choque de Lula con los grandes medios de comunicación, pidiendo que transparentaran su apoyo a Serra.
Y además, según Datafolha, en sectores evangélicos, la ex guerrillera Rousseff perdió la mitad del apoyo, luego de una campaña de difamación por Internet en forma anónima de que iba a legalizar el aborto y desprecia a Jesucristo.
El escrutinio estuvo marcado por otra sorpresa, causada por las diferencias de las encuestas con el conteo de votos: la cadena Globo, en un hecho inédito, demoró 50 minutos la difusión de la encuesta de boca de urna de Ibope, que dio a Rousseff 51%, lo que resultó errado.
Marina eufórica
Marina Silva afirmó que su programa es el gran vencedor del pleito, aunque no accedió a la segunda vuelta. "Esta jornada nos deja felices. Salimos victoriosos. Defendimos una idea victoriosa y Brasil escuchó nuestro llamado", dijo Silva en un multitudinario acto del Partido Verde en Sao Paulo.
La candidata del partido Verde pasó prácticamente toda la campaña electoral oscilando entre 8% y 10% de las intenciones de voto, aunque en las últimas dos semanas inició un crecimiento y terminó duplicando su caudal de apoyos.
Silva saludó a Dilma y a Serra, pero no dio ninguna pista de si llamará a votar por alguno de los dos, aunque llamó al Partido Verde a iniciar de inmediato una amplia discusión interna sobre la política de alianzas a seguir para el balotaje y dejó claro que quien quiera contar con su capital electoral, deberá adaptar su agenda.
"Este no es el punto final. Es el inicio de un proceso, que en mi opinión debe marcar la nueva política con las ideas que defendimos, porque fue por esa plataforma que nos votaron", dijo Silva, quien volvió a criticar el nivel de la campaña en la primera vuelta.
"Fue acertado no sumarnos al 'vale todo' electoral. Estamos ganando, aún perdiendo y aunque no vayamos a la segunda vuelta. No hay pérdidas, sólo ganancias. Estamos en el primer lugar de una nueva política en Brasil", dijo.
Otros resultados
Además del presidente, los brasileños votaron para elegir a los gobernadores de los 26 estados y el Distrito Federal, 54 de los 81 senadores y a los 513 miembros de la Cámara de Diputados, así como los diputados de las asambleas legislativas estatales.
Proyecciones oficiales indican que la coalición oficialista tendrá una cómoda mayoría en ambas cámaras del Congreso, lo que facilitaría la gestión de Rousseff en caso de ganar la segunda vuelta.
El Partido de los Trabajadores obtuvo la victoria en 12 gobernaciones, de un total de 26 disputadas. La derecha obtuvo 11 gobernaciones y en los otros tres estados ganaron candidatos de otros partidos.
El PT logró el triunfo en los Estados de Rio Grande Do Soul, Rio de Janeiro, Espírito Santo, Bahia, Piauí, Maranhao, Ceará, Pernanbuco, Sergipe, Mato Grosso, Roraima y Acre. En la capital Brasilia, el Distrito Federal, el candidato del PT, el ex ministro de Deporte Agnelo Queiroz, disputará una segunda vuelta, pues obtuvo el 48%.
Por su parte, el Partido de la Social Democrácia de Brasil (PSDB), que llevó como candidato presidencial a José Serra, consiguió las gobernaciones en Santa Catarina, Paraná, Sao Paulo, Minas Gerais, Rio Grande Do Norte, Paraíba, Alagoas, Mato Grosso Do Sul, Goiás, Tocantis y Pará.
El candidato del PSDB, Geraldo Alckmin, que ya ocupó el cargo de gobernador en el pasado, obtuvo algo más de 11 millones de votos y se hizo con la victoria en la región más poblada de Brasil con el 50,66% de los votos, evitando la segunda vuelta. Con este resultado, el partido de Serra logra revalidar su mandato en el estado de Sao Paulo, donde gobierna de manera ininterrumpida desde hace 16 años.
En cambio, en Río de Janeiro, revalidó la gobernación un aliado del gobierno, y lo hizo con una victoria aplastante del 66% de los votos, con más de 45% de ventaja sobre su más cercano competidor. "Ninguna ciudad del mundo tiene la agenda que tiene Río de Janeiro en los próximos seis años", dijo Sergio Cabral, tras saber los resultados, en referencia al campeonato mundial de fútbol en 2014 y las Olimpíadas de 2016.
En los Estados Amapá, Amazonas y Rondonia los triunfadores pertenecen a partidos independientes.
Francisco Everardo Oliveira Silva fue el candidato a diputado que más votos obtuvo. Pero la noticia no se detiene allí: es que Oliveira Silva es el payaso que en estos comicios se presentó para lograr un escaño en el Parlamento, y lo alcanzó con creces.
Conocido popularmente como "Tiririca", Oliveira Silva pertenece al Partido de la República (PR), por el estado de San Pablo, y fue el candidato que más respaldo popular tuvo, con más de un millón de sufragios a su favor.
Según informaciones del Tribunal Superior Electoral (TSE), el 6,3% de los votos válidamente emitidos en San Pablo fueron para él, seguido muy atrás por Gabriel Chalita, del Partido Socialista Brasileño (PSB), que obtuvo poco más de 525.000 votos.
El candidato cuyo verdadero nombre es Francisco Everardo Oliveira, ha tenido una campaña proselitista, la cual ha generado gran disputa debido a su lema de campaña que expresa el siguiente mensaje.
"Vote por Tiririca, no puede quedarse peor de lo que está. ¿Qué hace un diputado federal? No lo sé, pero si me eligen yo les cuento", señaló el payaso, comentando que estaba dispuesto a apoyar "a los que necesitan incluso de mi familia.
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